Probablemente conozcas a Albert Einstein como el padre de la relatividad o una de las mentes más brillantes que ha puestos sus pies sobre este mundo. Pero, ¿sabías que pudo haber sido el Presidente de Israel?

Un poco de historia, para Chaim Weizmann, quien fuera el Primer Presidente de Israel, Albert Einstein fue “el mejor judío vivo”. Así, tras la muerte de Weizmann el 9 de noviembre de 1952, sólo un sucesor parecía un ajuste natural para la Presidencia de Israel.

Siguiendo ese pensamiento, la Embajada de Israel envió una carta a Albert Einstein el 17 de noviembre, ofreciéndole oficialmente la presidencia. De acuerdo con esa carta, el científico tendría que trasladarse a Israel, pero no tendría que preocuparse de que el trabajo fuera una distracción de sus otros intereses. Después de todo, era sólo la presidencia.

“El Primer Ministro le aseguró que en tales circunstancias, un gobierno y personas plenamente conscientes de la importancia suprema de sus labores le facilitarían completa libertad para llevar a cabo su gran trabajo científico”, escribió Abba Ebban, un diplomático israelí.

A pesar de la vejez de Einstein -tenía 73 años en ese entonces-, habría sido una opción muy popular. Por un lado, como un profesor de origen alemán que encontró refugio en América durante la ascensión de Hitler al poder, había sido un defensor de mucho tiempo del establecimiento de un santuario libre de persecución para los judíos. Por otro, el liderazgo de Einstein en el establecimiento de la Universidad Hebrea de Jerusalén sugirió que podría ser un candidato dispuesto, y los gobernantes pensaron que su experiencia en matemáticas habría sido útil para el floreciente estado.

“Podría incluso ser capaz de resolver las matemáticas de nuestra economía y hacer que tenga sentido”, dijo un estadístico a la revista TIME.

Sin embargo, Einstein rechazó la oferta, insistiendo en que él -el hombre cuyo apellido es sinónimo de “genio”- no estaba calificado para la posición.

También citó la vejez, la inexperiencia y las habilidades insuficientes en su relación con las personas como razones por las que no sería una buena opción.

“Toda mi vida me he ocupado de asuntos objetivos, de ahí que me falte tanto la aptitud natural como la experiencia para tratar adecuadamente con la gente y ejercer funciones oficiales”, escribió.

Aunque fue implacable en su decisión, Einstein esperaba que no afectara su relación con la comunidad judía, una conexión que él mismo describió como su “vínculo humano más fuerte”.

¿Eras consciente de que Einstein podría haber gobernado Israel? Nosotros ni lo imaginábamos. ¿Crees que se necesitan más hombres de ciencia en los lugares de poder? ¿O quizá no sean los más indicados?

 

Fuente:taringa.net