Uno de los elementos que hacen que la prohibición de Jametz sea excepcional es que, a diferencia de otros alimentos prohibidos, la prohibición de Jametz incluye también la restricción de su posesión. Vamos a explicar detalladamente este tema ya que no es muy conocido.

RABBI YOSEF BITTON

Hay tres Mitsvot en la Torá relacionadas con la prohibición de Jametz, que no se refieren a comer Jametz:

1. בל יראה “Tu Jametz, no será visto en tu propiedad”, (Ex. 13: 7).

2. בל ימצא “Tu Jametz no será encontrado en tu propiedad, (Ex. 12:19).

3. השבתת חמץ “Durante la víspera de Pésaj eliminarán el Jametz de sus propiedades” (Ex. 12:15).

La Torá Shebe’al pe, es decir, la tradición halájica, explica que los primeros dos versículos, esas dos prohibiciones, se consideran una sola e idéntica prohibición: “poseer” Jametz durante Pésaj (el énfasis está en el pronombre posesivo: “Tu” Jametz… que tanto se repite).

Maimónides consagra casi un capítulo entero, el capítulo 4 de Hiljot Jametz uMatsá, para explicar este concepto. Entre otras cosas aclara que aunque el Jametz se encuentre fuera de mi residencia, si ese alimento Jametz me pertenece, estoy transgrediendo esas 2 prohibiciones Bíblicas. En Halajá 2, dice: “… si el [alimento] Jametz pertenece a un judío, a pesar de que ese Jametz esté enterrado, o se encuentre en otra ciudad, o se lo haya entregado a un gentil para que lo cuide, se estará violando [los mandamientos]: “[Jametz] no será visto…” y “[Jametz] no será encontrado.”

En otras palabras, lo que está prohibido por estos dos pesuqim es “poseer” Jametz, independientemente de dónde se encuentre ese alimento Jametz.

También tenemos una tercera mitzvá llamada “tashbitu”

“Durante el primer día [la víspera de Pésaj] eliminarán el Jametz de sus propiedades” (Ex. 12:15). Una vez más, la Tora shebe’al pe explica que está Mitzvá se refiere a “dar término a nuestra posesión de Jametz” antes que comience Pésaj.

En resumen, hay dos prohibiciones bíblicas idénticas (un caso excepcional en la Torá!) y un mandamiento positivo, y todo esto afectado a un solo tema: “poseer” Jametz durante Pésaj.

¿Qué hay que hacer entonces para “desposeer” nuestro Jametz antes de Pésaj? Desde el punto de vista Bíblico (y siempre siguiendo la opinión de Maimónides) estas tres mitsvot se cumplen todas a la vez con un solo acto: el “Bitul jametz”, es decir, renunciando sinceramente a la posesión de cualquier Jametz que me pertenezca, independientemente de dónde se encuentre ese Jametz. Al declarar que uno renuncia a la posesión de su Jametz, y afirmar que de ahora en adelante mi Jametz se considera “sin dueño” (hefqer) uno estaría: 1. Cumpliendo la Mitzvá de “poner fin a la posesión de su Jametz” y 2. No estaría transgrediendo las dos prohibiciones de la Torá de poseer Jametz durante Pésaj.

Pero, como todos sabemos, esto no es lo que hacemos en Pésaj… ¿Por qué? Los rabinos de la Gemará (Jazal) explicaron que si sólo “declarásemos” que nuestro Jametz ya no tiene dueño y no lo sacásemos físicamente de nuestras casas, podría existir un par de complicaciones prácticas. En primer lugar, dijeron, podríamos “declarar” que renunciamos a nuestro Jametz, pero si poseemos algún alimento Jametz valioso, una botella de whisky, por ejemplo, ¿estaremos realmente renunciando con sinceridad a la posesión de ese Jametz? En segundo lugar, dijeron los Jajamim, siendo que el Jametz es uno de los alimentos más comunes (pan, galletas, pasta, cereales, etc.), aun cuando declarásemos que nuestro Jametz ya no nos pertenece, si no sacamos el Jametz de nuestras casas, correríamos el riesgo de comer Jametz accidentalmente.

Es por todo esto que nuestros rabinos de la Mishná nos instruyeron “deshacernos físicamente” (“bi’ur Jametz” = eliminación del Jametz) de todos los alimentos Jametz antes de que comience Pésaj, y recién después de deshacernos de Jametz renunciamos (“Bitul Jametz”) a la posesión de cualquier Jametz que pudiera encontrarse en nuestras casas, y no lo hayamos identificado ni eliminado.

Esto es entonces, lo que hacemos en la práctica:

(1) Limpiamos nuestro hogar, automóviles, oficinas y otras propiedades antes que comience Pésaj para identificar y eliminar todos los alimentos Jametz que poseemos.

(2) Llevamos a cabo una inspección final de todas nuestras propiedades para asegurarnos que hemos eliminado todo el Jametz que allí se encuentre (Bediqat Jametz).

(3) Nos deshacemos físicamente de cualquier alimento Jametz que hayamos encontrado en nuestras propiedades antes y durante la búsqueda (Bi’ur Jametz). Podemos dar nuestros alimentos Jametz como regalo a una persona no judía si se trata de alimentos en buen estado, o si lo que nos queda es por ejemplo, sobras de pan o de galletas, podemos dárselo de comer a los pájaros, o a los peces en el mar o en el río, o quemarlo o tirarlo en la basura fuera de nuestra propiedad.

(4) Finalmente, después de deshacernos de todo nuestro Jametz decimos el “Kal Jamirá…”, que significa: “{Declaro que] todo Jametz que me pertenece, que no lo haya detectado (durante el bediqá) o que no lo haya eliminado (durante el bi’ur), ya no me pertenece más, y que de ahora en adelante se considera sin dueño (hefqer) como el polvo de la tierra, este es el Bitul Jametz.

De esta manera, cumplimos con todos los requisitos bíblicos y rabínicos: 1. Buscamos y sacamos todo el Jametz de nuestras propiedades. 2. Renunciamos a la posesión de cualquier alimento Jametz que no hayamos identificado ni encontrado, y que podría todavía estar en nuestras propiedades.

 

Fuente:halaja.org