LUIS DE LEÓN

En opinión del escritor y diplomático Maurizio Serra, autor de la biografía más completa de Italo Svevo, que se acaba de publicar en España, “pocos autores son hoy tan contemporáneos” como este intelectual italiano por el uso que hace del alejamiento de la realidad y cómo lo refleja en su obra.

En una entrevista con Efe, Serra, uno de los principales estudiosos de la literatura europea de entreguerras, afirma que Svevo, al vivir a caballo entre un siglo XIX dominante y un siglo XX neurasténico, puede ser una buena guía para el XXI que parece avanzar retrocediendo.

“Svevo tiene una parte de adhesión y otra de fuga de la realidad, inseparablemente unidas. La antivida, pues, como condición de su obra”, asegura Serra, cuyo interés por la figura de Svevo viene de tiempo atrás y se concretó después de escribir su anterior biografía sobre un escritor-personaje tan “extrovertido” como Curzio Malaparte (Tusquets), premio Goncourt de biografía.

A Serra le pareció interesante tratar el caso contrario, porque, “paradójicamente, dice, existe cierta afinidad temática entre los dos autores. Nadie duda hoy en Europa de la grandeza y originalidad de Svevo, mientras que en el caso de Malaparte el juicio es todavía muy controvertido, a pesar de que sus libros se siguen leyendo y reimprimiendo”.

El autor de “La antivida de Italo Svevo” (Fórcola Ediciones) no comparte la opinión de que este autor habría sido el primer “revolucionario” de la narrativa italiana del siglo pasado y tampoco el primer autor de tendencia “centroeuropea”.

“Svevo viene de una tradición muy italiana”, sostiene Serra y como ejemplo de ello dice que al final de “La conciencia de Zeno” encontramos una paráfrasis de un cuento de Bocaccio.

En cuanto a su influencia “centroeuropea” por su origen judío y triestino, ciudad que hasta el final de la Primera Guerra Mundial perteneció al Imperio austrohúngaro, no tuvo importancia para Svevo, “que nunca escribió una líneas en alemán, pese a conocerlo. Era simplemente un escritor de frontera con la cabeza en Italia y el corazón en su casa de Trieste”.

“Toda la obra de Svevo fue un himno a su ciudad natal, Trieste, desde el comienzo hasta el final de sus últimos extraordinarios escritos inconclusos. El empresario Ettore Schmitz (el verdadero nombre de Svevo) viajó mucho por Europa, pero para el escritor Svevo sólo existía Trieste, una provincia que la convierte en universal”.

Svevo tuvo un extraña carrera literaria, pues tras publicar una novela en 1892, “Una vida”, y otra en 1898, “Senilidad”, sin éxito alguno, abandonó la escritura y se dedicó por entero al negocio de los suegros, que tenían una fábrica de pinturas industriales.

Veinticinco años después, y a la edad de 63 años, publicó su tercera novela, “La conciencia de Zeno”, que también pasó desapercibida para la crítica y el público, y en la que su protagonista recurre al psicoanálisis para intentar conocer las razones de su adicción al tabaco (Svevo también era un gran fumador), aunque en el fondo busca explicarse su errática vida.

Será James Joyce, profesor de inglés suyo cuando vivió en Trieste antes de la Primera Guerra Mundial, quien le ayude a darla a conocer entre los críticos europeos y a partir de entonces la obra de Svevo, traducida al francés, fue ganando lectores, traducciones y reconocimiento en toda Europa, dos años antes de su muerte en un accidente de coche.

Fuente: Efe