Enlace Judío México – La Dra. Analía Bortz, quien es la primera mujer latinoamericana ordenada Rabina  estuvo en México, y tras un encuentro con la Jebra Kadisha de Bet-El, concedió en exclusiva la siguiente entrevista a Enlace Judío.

 

 

Enlace Judío México: ¿Qué sucede en este momento con el intento ortodoxo de anular las conversaciones tanto conservadoras como reformistas en Israel?

Rabina Analía Bortz: Yo creo que estamos en un momento muy difícil en la sociedad israelí. Lo que tenemos es una polarización de la sociedad. Personas que sólo se enfocan en la parte jaredí (ultraortodoxa), que tiene que ver con lo político y no con lo religioso. Eso lo vemos en la Knesset (parlamento), en la Corte Suprema. Donde instancias de las mujeres quedan ancladas, ya que los maridos no les quieren dar el divorcio.

Y el Rabinato Principal, que está monopolizado por estas personas, que al ver que están perdiendo su fuerza frente a los seculares, o con instancias más liberales, como serían los reformistas, conservadores o la ortodoxia moderna; o, porque políticamente no se llega a un acuerdo con los distintos alcaldes, ellos coartan el camino de la gente para poder vivir en Israel que, por lo que –lamentablemente- se está viviendo adentro, no se puede justificar más.

En mi opinión personal Israel es uno de los países más maravillosos del mundo, es un país donde la cultura, el High Tech, está creciendo. Es un país donde hay mucha responsabilidad de unos sobre otros; hay muchísima colaboración y es una nación donde, a pesar de ser tan pequeña, lo tiene absolutamente todo. Pero es la corrupción política, en ciertas áreas, donde los ortodoxos, específicamente los jaredim, no permiten al país crecer. La decisión es netamente política, no legal y no religiosa, para no aceptar conversiones.

Si una persona, así como lo dice el Shuljan Aruj, fue rechazada tres veces y pese a ello insiste, si es un hombre, se sigue los pasos necesarios y se hace una conversión de acuerdo a la Halajá. Eso no tiene que entrar en las manos políticas, sino en las religiosas. Nosotros como judíos no sólo debemos aceptar, sino dar la bienvenida a aquel que sacrifica una religión que tuvo previamente, para ser aceptado en el judaísmo. La Ley que quieren sacar es un terrorismo político a la apertura mental de la gran mayoría del Pueblo de Israel.

EJM: Hace años entrevistamos a un funcionario de la Sojnut y comentó que no somos 14 millones de judío en el mundo, sino 13, debido a que hay un millón de no afiliados. Ante este panorama ¿Cuál es el escenario que usted ve, tanto para Israel como para las comunidades en el mundo?

RAB: Esa es la primera pregunta clave. Yo diría que todos los de afuera nos reconocen como judíos. Pero el problema que tenemos es que nosotros no reconocemos y no nos respetamos como judíos.

Mucho de lo que está pasando en este momento es que hay judíos que dicen maspik (suficiente). Si no me respetan como judío, yo tengo un mundo muy amplio donde me van a recibir como persona ‘¿para qué tengo que seguir peleando y pasar por todo el sufrimiento actual, aunado al sufrimiento del pasado?’. Por eso mucha gente se desafilia, se desintegra de la comunidad. Muchos chicos que estudiaron en escuelas judías se congregan en organizaciones anti-israelíes. ¿Por qué? Porque hay una presión interna que no nos deja ser quien realmente somos. No nos deja mostrar la belleza del Pueblo Judío, en una sociedad israelí.

Así, lo que sucede en este momento es una gran asimilación, México es un caso muy distinto, en Estados Unidos una asimilación del 50% y en ciertas áreas un 71%, con el tema de los lugares más liberales. El gran enemigo es la apatía, porque si algo aún nos interesa tenemos esa línea de irlo a buscar. Pero, si hay apatía ¡ya está!

Algunos factores que al ser considerados por los jóvenes se cuestionan, ‘¿para qué me voy a sacrificar?’, son: mucha asimilación, mucho antisemitismo, mucha apatía, está la presión israelí interna, de que si uno no va con la línea interna ortodoxa-ultra ortodoxa, no está considerado.

Nosotros deberíamos de hacer un mea culpa: ¿qué estamos generando para las nuevas generaciones, cómo mantenemos nuestra identidad judía con orgullo?.

La ortodoxia también está separada, en el tema de quién es parte del kolel, lo que eran los mitnadvim, opositores de los jasidim. Así tienes a los jasidim: chabad, de bardishev, etc. También entre ellos tienen problemas. Y la ortodoxia también se encuentra dividida: el ortodoxo moderno, el que es más ortodoxo, el que lleva peyes o usa medias hasta acá. Hay una conexión del ortodoxo que se siente como con otro ortodoxo.

Lo que yo creo que hoy debemos hacer es invertir, es generar el respeto uno por el otro; y, que no existe solamente una verdad. El que me dice que tiene la Verdad con mayúscula, perdió mi confianza. Ya que existen diferentes verdades. Existe un D-os y cada uno puede llegar a Él a su manera.

Cuando hablamos de una Verdad, esa puede alienar a mucha gente que no la tiene. Lo que tenemos que hacer es unirnos, cada uno con su verdad, pero unidos y no separados. La diferencia no tiene que traer división. La diferencia debe traer el aporte de cada uno. En lugar de fragmentarnos, por qué no empezamos a respetarnos y aceptarnos, y no sólo tolerarnos.