Hoy en día podemos observar cómo se convulsiona el Medio Oriente, pasando por un largo, sangriento y cruel período de reajustes hegemónicos y luchas de liderazgo.

KAREN BENSUSSEN

Como sabemos, la mayoría de los países musulmanes en el cercano Oriente son sunitas, con excepción de Irán y Bahrein.

Arabia Saudita ha permanecido como el líder en los países árabes sunitas, oponiéndose fervientemente al creciente poderío de Irán, Qatar era socio de Arabia Saudita en cuanto a políticas e intereses regionales.

Sin embargo, los actores están cambiando de postura y los ajustes y alianzas en la región se observan cada vez más tensos.

El fortalecimiento del terrorismo y apoyo del radicalismo islámico ha ido en aumento en las últimas décadas. Arabia Saudita ahora es el que reclama a Qatar el auspicio al terrorismo.

¡Pareciera que los saudís creen que el mundo se va a tragar sus alegatos! Es muy claro que ninguno de los tres países en cuestión; Arabia Saudita, Irán y Qatar, quedan libres de culpa.

Parecen broma las acusaciones de Arabia Saudita hacia Qatar por fomentar el terrorismo y apoyar a grupos “peligrosos”. Bien dice el dicho: “El buen juez por su casa empieza”.

Es cierto que Qatar no es ningún ángel de la bondad, pero tampoco lo son Irán y mucho menos Arabia Saudita; si se trata de encontrar culpables, los tres países han colaborado y contribuido a apoyar a diferentes grupos fundamentalistas y terroristas según sus propios intereses.

Qatar asiste y ampara a la “Hermandad Musulmana” y al “Hamás”, situado en la franja de Gaza, también calificado como terrorista.

Irán apoya, entrena y financia a “Hezbolá” situado en Líbano, y ayuda al presidente dictador Bashar al Assad a permanecer en el poder.

Ni qué decir de Arabia Saudita que no se queda atrás, solo recordemos que en los atentados del 11 de septiembre de los 19 terroristas suicidas, 15 eran saudíes, de hecho hoy en día en Estados Unidos, tras extensas investigaciones, está culpando a los saudíes por la catástrofe. Es de conocimiento general que apoyaron y financiaron al grupo “Al Qaeda”, del cual su líder, Osama Bin Laden también era saudí.
Otro dato que no se puede pasar por alto es que tanto Qatar como Arabia Saudita han apoyado al ISIS.

¿Por qué países como estos apoyan al terror?

Varias teorías sugieren que es una lucha por la hegemonía de la región, la cual se manifiesta por medio de batallas de grupos terroristas en diferentes zonas geográficas, con el fin de establecer su influencia.

Si observamos este fenómeno desde una perspectiva más amplia concluimos lo que muchos analistas opinan: estamos presenciando una guerra entre el sunismo y el chiismo, personificada por los dos Estados que representan a cada facción; Irán, que representa al chiismo, y por lo tanto hará lo que tenga a su disposición para lograr que su influencia en la región se amplíe y fortalezca.

En el otro extremo encontramos a Arabia Saudita, máximo líder y representante del sunismo en Medio Oriente, que debido a su visión wahabita, que tienen el control total de los aspectos sociales y políticos del reino, justificando el dominio de unos sobre otros, y como meta expandir su influencia, y por lo tanto, su poderío en la región. El apoyo por parte de los saudíes a ISIS, tenía como objetivo derrocar al presidente Sirio chiita Bashar al Assad, el mismo protegido por Irán (y Rusia, por cierto).

Cabe cuestionarnos acerca de Qatar ¿Qué tendrá que ver en el asunto?

Bueno, supuestamente Qatar era un aliado incondicional de Arabia Saudita, perteneciente al bloque sunita, sin embargo ahora, con el nuevo panorama en la región, Qatar ha tomado sus precauciones ante una posible derrota de la insurgencia Siria y un liderazgo más fuerte de Irán hacia el mundo musulmán.

Además, estos dos países tienen una relación económica muy estrecha, particularmente en la industria del petróleo y el gas, una gran parte del petróleo de Qatar proviene de una zona que está relacionada con Irán, también Irán y Qatar comparten y controlan el yacimiento más grande de gas en el mundo.

Aunado a esto, el canal de noticias Al Jazeera, creado en Qatar y difundido en las distintas estaciones de toda la región, ha provocado un despertar en el mundo islámico. Tradicionalmente las noticias eran manipuladas y difundidas según el interés del gobierno, sobre todo de la monarquía saudita. Con la llegada de Al Jazera los ciudadanos de los distintos países de la zona se dieron cuenta de que vivían bajo regímenes tiranos, y que además sí era posible hacer un cambio, una revolución para exigir sus derechos.

La primavera árabe fue claro ejemplo del efecto dominó que aconteció en los países árabes. En parte las revueltas se dieron gracias a la transmisión de los acontecimientos en la plaza Tahrir en El Cairo, por Al Jazeera.

De esta forma los diferentes regímenes fueron puestos en duda. Hecho que a Arabia Saudita no le gustó nada. En Arabia Saudita no se cuestiona a la monarquía, y tan solo con pensar en poner en tela de juicio al reino Saudí, es una ofensa, un peligro para la monarquía y uno de los principales elementos detonadores de la furia saudí en contra de Qatar.