Sharansky: Podemos resolver la crisis del Muro y las conversiones. No estoy seguro de poder reconstruir la confianza

Natan Sharansky (AP/Marcus Schreiber)

El presidente de la Agencia Judía Natan Sharansky, a la vanguardia de la disputa incendiaria entre Israel y la Diáspora, lamenta el colapso de una relación minuciosamente construida con los líderes reformistas y conservadores

DAVID HOROVITZ

Natan Sharansky, el presidente de la Agencia Judía, cree que las dos crisis profundas que han estallado en los lazos entre Israel y gran parte de la comunidad judía de Estados Unidos – sobre la oración en el Muro Occidental y la conversión – pueden y serán resueltas.

En una entrevista con The Times of Israel, Sharansky dijo que la legislación sobre la conversión aprobada por los ministros el domingo -que cimentaría un monopolio ultra-ortodoxo sobre las conversiones al judaísmo en Israel- probablemente no pasaría en su formato actual. De sus contactos con ministros y miembros de la Knesset, dijo, no cree que el primer ministro Benjamin Netanyahu pueda reunir una mayoría para aprobar la legislación en su forma actual.

En cuanto a la decisión de Netanyahu de congelar la implementación de un acuerdo cuidadosamente negociado para dar a las corrientes no ortodoxas del judaísmo un papel formal y reconocido en la supervisión de un área de oración plural permanente al sur de la principal área de oración del Muro Occidental, Sharansky dijo que creía que se encontraría una “fórmula” para permitir que el acuerdo siguiera adelante.

El presidente de la Agencia Judía, Natan Sharansky, asiste a una reunión de emergencia en la Knesset con el lobby para fortalecer los lazos con el mundo judío, 27 de junio de 2017. (Yonatan Sindel / Flash90)

“No es necesario llamarlo ‘reconocimiento'”, postuló. “Pero hay que permitir que representantes de los Reformistas y Conservadores regulen el lugar donde oran. Esa es la condición mínima desde la cual comenzaron todas las negociaciones”. Sharansky dijo que no podía decir qué “fórmula” exacta se encontraría, pero “creo que muy rápidamente” se puede resolver.

Al mismo tiempo, expresó su profunda decepción por el manejo de Netanyahu del asunto, diciendo que el primer ministro había puesto estrechos intereses de coalición por encima de las necesidades más amplias del pueblo judío. Señaló, incidentalmente, que no creía que el gobierno hubiera caído si Netanyahu hubiera resistido la presión ultraortodoxa sobre los temas.

Y dijo que la preciosa confianza que se había establecido entre los líderes israelíes y los de la diáspora, tal como el compromiso del Muro Occidental tomó forma en los últimos años, pudo haberse dañado irrevocablemente.

También destacó la asombrosa ignorancia entre los ministros del gobierno israelí sobre el judaísmo reformista y conservador – corrientes de judaísmo con las que la mayoría de los judíos estadounidenses están afiliados. “Cuando le dije al gobierno hace un año o dos, ¿sabe usted que el 85% de los partidarios de AIPAC son judíos reformistas y conservadores, la mitad del gobierno se sorprendió. Realmente pensaban que eran partidarios del boicot de Israel, todos estos locos de J Street, Rompiendo el Silencio. Y nada más”.

Muchos israelíes son igualmente ignorantes, agregó. “Hay muchos israelíes, buenos israelíes, buenos sionistas, judíos encantadores, que creen que la Reforma es una especie de secta que destruyó el judaísmo desde el interior en América y ahora están buscando más lugares para destruir, porque así viven, destruyendo. Y que ahora están tratando de venir aquí.

Sharansky añadió: “Les digo, ¿saben ?, eso es exactamente lo que los antisemitas decían de los judíos en Rusia”.

Una de las muchas reuniones de negociación que condujeron al compromiso del Muro Occidental de enero de 2016. En la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu, con el ex secretario del gabinete Avichai Mandelblit (chaqueta negra), el rabino Steven Wernick, jefe de la sinagoga unida para el judaísmo conservador, director ejecutivo del movimiento Masorti Yizhar Hess (anteojos) y la rabina Julie Schonfeld, Asamblea Rabínica del movimiento conservador. (Cortesía: Yizhar Hess)

The Times of Israel habló con Sharansky en su oficina de la Agencia Judía a última hora del martes por la tarde y le preguntó si creía que esta crisis puede ser resuelta. A lo que Sharansky respondió que tiene que ser resuelta, porque es demasiado importante para el futuro de nuestra unidad.

Por un lado, le pareció horrible que justo cuando la Junta de Gobernadores (de la Agencia Judía) empezaba sus reuniones aquí y habían venido para una breve visita al gobierno, se tomaran estas dos decisiones, una tras otra – quizás las decisiones más dolorosas que se pueda imaginar para la comunidad judía estadounidense.

Por otro lado, el momento no podía ser mejor, si se piensa que se haber ocurrido dos semanas más tarde, o cinco semanas más tarde, no habría habido representantes enojados aquí de todas las principales comunidades, que inmediatamente se movilizaron para trabajar.

“Tenemos muchos grandes retos”, dijo Sharansky, “retos presupuestarios, desafíos estructurales. Todos se dejaron de lado. Todo el mundo se movilizó. Y emitimos un mensaje”.

Todos (los líderes judíos de EE.UU.) recibieron muchos correos electrónicos de personas de sus comunidades que estaban enojados y decían: basta. Tenían que hacer oír esos mensajes. Hablar con los ministros y miembros del Knesset, y explicar.

¿Cuál es la solución – sobre la ley de conversión, y el Muro Occidental?

“Respecto a la ley”, dijo Sharansky, “se tiene que detener. Y ayer, nos reunimos con (los Ministros) Naftali Bennett y Ayelet Shaked. Hablé con ellos 15 minutos antes de la votación del proyecto de ley (en el gabinete del domingo), y no entendieron (cuáles eran las implicaciones). Ahora lo entienden y han comenzado a buscar maneras de cambiar algo (en la legislación planeada).

Dicen que es importante detener a los trabajadores extranjeros que vienen aquí (y se convierten). Pero hay maneras mucho más simples de lidiar con eso”.

Hoy estuvimos en la Knesset. La mitad de las personas que nos hablaron de esto eran de la coalición. Realmente no veo que el primer ministro vaya a tener mayoría para esta ley. Así que creo que se puede detener.

En cuanto al Kotel, es más difícil, porque no es legislación de la Knesset”.

Tzachi Hanegbi, el ministro encargado por Netanyahu para resolver la crisis, habló con Sharansky y los líderes de la Diáspora y dijo que la parte física del pabellón para la oración pluralista se comenzaría a implementar de inmediato. El tema de su supervisión formal, que es la parte más problemática, habrá que negociar cómo implementarla.

La parte complicada es la cuestión del reconocimiento (para el judaísmo no ortodoxo en la supervisión del área de oración pluralista). El primer ministro dijo que personalmente reconoce (las corrientes no ortodoxas del judaísmo), pero como gobierno, no puede hacerlo.

El primer ministro Benjamin Netanyahu con MK Tzachi Hanegbi (R) en la reunión semanal del partido Likud en la Knesset el 28 de marzo de 2016. (Yonatan Sindel / Flash90)

“Estoy convencido de que todos los judíos nos apoyan, y yo los reconozco a todos. ¿Pero qué hacer? Tenemos una coalición. Algunos de nuestros socios no pueden reconocerlos. Y nos exigen cancelar todos los acuerdos (sobre el Muro Occidental). No estoy dispuesto a cancelar. Estoy dispuesto a congelar”, dijo Netanyahu.

Para Natan Sharansky, cancelar o congelar es solo un juego de palabras. Después de escuchar a los ministros, sabe que hay que volver a hablar de ello. No es necesario llamarlo “reconocimiento”. Sino de permitir que representantes Reformistas y Conservadores regulen el lugar donde oran. Es la condición mínima desde la cual se iniciaron las negociaciones.

Creo que cuando la opinión pública entienda esto mejor, la presión crecerá, y se podrá implementar.

No importa la fórmula, el caso es que sea un lugar respetado de oración, donde no tengan que esconderse de nadie, y donde puedan dirigir su propia oración, y no tengan que depender de un ministro del gobierno o de un burócrata.

Para Sharansky, está claro que, a pesar de que el tema fue discutido ampliamente en los últimos años, la mayoría de los israelíes no entienden, y algunos en Occidente tampoco de lo que se está hablando. “Tenemos que acelerar nuestra campaña de explicación”.

“En Israel, descubrí una ignorancia increíble respecto al judaísmo no ortodoxo. Prejuicios …”

El primer ministro Benjamin Netanyahu saluda a la animada audiencia cuando llega para hablar en la reunión de AIPAC en el Washington Convention Center el martes 4 de marzo de 2014 en Washington. (Crédito de la foto: AP / Carolyn Kaster)

“Cuando le dije al gobierno hace un año o dos que el 85% de los partidarios de AIPAC son judíos reformistas y conservadores, la mitad del gobierno se sorprendió. Pensaban que eran partidarios del boicot de Israel, todos estos locos de J Street, Rompiendo el Silencio. Eso es todo”.

Sharansky admite que en las condiciones de la Diáspora, sobrevivir y no asimilarse es un gran desafío. Desde el principio, hace 200 años, cuando los judíos comenzaron a vivir entre los gentiles, y los que querían seguir viviendo activamente entre los gentiles, pero sentirse judíos en casa, algunos recurrieron a diferentes formas de judaísmo.

“No es el lugar donde rezo”, dice, “el lugar donde hablo con Dios. Sino el lugar donde muchos judíos, que quieren permanecer judíos, se reúnen. Así que el Estado de Israel, si continúa diciendo que es el hogar de todos los judíos, definitivamente tiene que decirles: ‘Contamos con ustedes. Y también con sus comunidades, sus rabinos, sus nietos'”.

Según Sharansky, muchos judíos de la Diáspora dicen a Israel: ‘Sean democráticos como nosotros’. Pero no entienden que estamos haciendo algo mucho más desafiante que ellos: estamos tratando de ser democráticos en Oriente Medio.

Igualmente, muchos judíos en Israel dicen a la Diáspora: ‘No se asimilen como nosotros. Somos religiosos o seculares’. Pero no entienden que los judíos de la Diáspora están haciendo algo mucho más difícil. No asimilarse en Estados Unidos no es lo mismo que no asimilarse en Israel.

“Ellos usan estas herramientas (de diferentes corrientes del judaísmo)”, continúa Sharansky. “Si pudiéramos inventar otras ahora, en un momento de la existencia del Estado de Israel, tal vez inventaríamos herramientas diferentes. Pero estas son las que existen”.

Sin embargo, nuestro primer ministro entiende la Diáspora. Entiende las corrientes no ortodoxas del judaísmo. Él entiende cuánto compromiso hay con Israel. Debería haber sabido cómo se interpretaría. Y no estoy seguro de que su coalición hubiera caído por esto. Podría haber dicho a los partidos ultra-ortodoxos: Este es el trato.

El Ministro del Interior Aryeh Deri (centro), el Ministro de Salud Yaakov Litzman (izq.) y diputado por Judaísmo de la Torá Moshe Gafni asisten a la tercera conferencia de Shas en el hotel Ramada en Jerusalem el 16 de febrero de 2017. (Yonatan Sindel / Flash90)

En su reunión del gobierno del domingo, Sharansky dijo al Primer Ministro que él sabe mejor que cualquier otro primer ministro de Israel lo que es la judería norteamericana. Porque trabajó en ello más que cualquier otro (en este tema).

Pero Netanyahu se comportó como político atendiendo a la necesidad inmediata de la coalición.

Netanyahu, junto con Sharansky y todos los líderes comunitarios de Estados Unidos habían logrado establecer relaciones con los líderes de los movimientos reformistas y conservadores durante estas negociaciones que nunca antes habían existido. Había mucha confianza. Llamadas telefónicas directas. Reuniones. Cooperación. Coordinación. Sharansky sentía gran orgullo en esto.

Ahora dice: “Creo que podemos superar estas crisis (actuales). No estoy seguro de que podamos restaurar este tipo de relación y confianza. Y eso es una gran pérdida”.

Fuente: The Times of Israel – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico

Silvia Schnessel: Silvia Schnessel es corresponsal de Enlace Judío en España. Docente y traductora, maneja el español, el hebreo, el francés, el inglés y el catalán. Es amante del periodismo, del sionismo y de Israel.