Estamos aprendiendo lo que ocurrió el 17 de Tamuz, un día de ayuno público. Los rabinos mencionaron 5 eventos trágicos. Hoy veremos el tercer punto. La ofrenda del sacrifico diario fue interrumpida.

RABBI YOSEF BITTON

Uno de los acontecimientos trágicos que recordamos en el día 17 de Tamuz es la interrupción de la ofrenda diaria en el Bet haMiqdash, Gran Templo de Jerusalén.

Cada día en el Bet haMiqdash se ofrecían 2 sacrificios, uno por la mañana y otro por la tarde. El sacrifico diario era tan importante que también se ofrecía en Shabbat y hasta en Yom Kippur. Esta Mitsvá fue cumplida ininterrumpidamente desde el momento que fue ordenada a Moshé Rabbenu hasta el día 17 de Tamuz del año 586 AEC, es decir, por cerca de 700 años.

En los tiempos del primer Bet haMiqdash, el ejército de Babilonia invadió Jerusalén. La muralla de contención de la ciudad fue destruida en el día 9 de Tamuz. Pero el Bet haMiqdash, que estaba protegido por otros muros internos, siguió operando y el sacrifico diario era la mejor prueba de ello. La Guemará cuenta que el día 13 de Tamuz los Cohanim, los sacerdotes que estaban a cargo de los sacrificios públicos, comenzaron a quedarse sin animales. Los Cohanim trataron de sobornar a los soldaos del ejército invasor y tratar de conseguir animales a cualquier precio. Esto funcionó por 4 días, hasta el 17 de Tamuz. Ese día, por primera vez en 700 años, el sacrificio diario no fue realizado. Y así, el Bet haMiqdash, aunque todavía siguió en pie por tres semanas más, dejó virtualmente de funcionar como tal.

La Guemará (Yerushalmí Ta’anit Capítulo 4) cuenta que algo similar ocurrió en los tiempos del segundo Bet haMiqdash (año 68 de la era común). Los Cohanim trataban de adquirir animales del ejército enemigo. Les entregaban, a través de la muralla, dos baldes llenos de monedas de oro. Y a cambio, los romanos les entregaban dos animales Kesherim (Kosher) para el sacrifico diario. Hasta que un día, los romanos tomaron el oro y en los baldes colocaron 2 cerdos, que afortunadamente saltaron fuera del balde antes de llegar al otro lado de la muralla. Este evento, de cualquier manera, quedó en la memoria como un trauma nacional.

En el famoso libro “La Guerra de los judíos” (tomo 6) el autor Flavio Josefo escribe lo siguiente: “Tito, el general romano que encabezó la conquista de Jerusalén en el año 68, ordenó a su ejército abrir una brecha en la muralla de la ciudad para que sus soldados pudieran acceder sin dificultades. Ese día Tito escuchó que el sacrifico diario no había sido ofrecido [por primera vez desde el año 516 AEC!] y el pueblo judío, al escuchar esta triste noticia estaba completamente desmoralizado. ”

Hoy, lamentablemente, no contamos con el Bet haMiqdash. Pero de acuerdo a la indicación de nuestros profetas, los sacrificios han sido reemplazados por las Tefilot (plegarias, rezos). La primera Tefilá que decimos en el día se llama Shajarit, que viene a reemplazar al sacrifico de la mañana (tamid shel shajar), y en segundo lugar la Tefilá de la tarde, Minjá, que reemplaza al sacrifico de la tarde (tamid shel ben ha’arbayim) .

Y algo más: todos los días recitamos un texto de Tehilim, poemas religiosos escritos por el Rey David, llamado Shir Shel Yom, cada día de la semana recitamos un texto diferente. Y antes de la recitación decimos: “Este era el canto que cantaban los Leviim (Levitas, que eran los asistentes de los Cohanim, encargados entre otras cosas de la música y los cantos que se entonaban en el Bet haMiqdash). Estos poemas de Tehilim eran cantados por los Leviim, un mínimo de doce hombres, en el duján, que era como una plataforma de 3 escalones, en el momento que se ofrecía el sacrificio diario, por la mañana y por la tarde.

 

 

Fuente:halaja.org