Enlace Judío México.- La reciente revelación a la opinión pública de que un alto cargo de Podemos Cataluña fue el encargado de la defensa legal del mayor cerebro yihadista en tiempos recientes en Cataluña y en España vuelve a evidenciar la cooperación y afinidad entre los asesinos y ciertos grupos políticos.

Acción y Comunicación sobre Oriente Medio para Enlace Judío

ACOM lleva años denunciando esa íntima colaboración basada en una red de grupos y asociaciones que promueven simultáneamente actividades independentistas e islamistas. Esos grupos de la órbita de Podemos-En Comú, CUP y aledaños lleva aparejada una obsesiva fijación antisemita que se refleja en las iniciativas tomadas desde las instituciones en que esos grupos políticos participan:

– Las declaraciones de boicot institucionales en Cataluña que desde ACOM hemos ido revirtiendo en los Tribunales de Justicia. Mociones que en reiteradas ocasiones ha recibido la colaboración de ERC.

– Invitando a tomar asiento en el parlamento catalán a individuos como Raji Sourani, que incluso han cumplido pena de prisión por su pertenencia a banda terrorista. Sourani no duda en afirmar que “los terroristas palestinos deben recibir un salario vitalicio por sus esfuerzos”, mientras que al representante de representante de los judíos barceloneses, Uriel Benguigui, es denominado por las CUP como “agente extranjero” en ese mismo foro institucional, en la más rancia línea antisemita de los peores totalitarismos del pasado siglo. El Presidente de la Comunidad Judía de Barcelona recibió los insultos precisamente de Benet Salellas, Diputado de la CUP que se encargó de la defensa de los 11 terroristas que intentaron atentar en el Metro de Barcelona en 2008.

– Invitando a foros públicos, sufragados por el Ayuntamiento de Barcelona, a terroristas que no han renunciado ni al uso de la violencia, ni se arrepienten de su actividad terrorista.

– Declaraciones de exclusión y discriminatorias BDS como la aprobada en el ayuntamiento de Barcelona.

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Tras el terrible atentado yihadista de Barcelona se pone el foco en una situación tan conocida como silenciada hasta la fecha: la izquierda extremista y el independentismo cada vez más radicalizado ha promovido la inmigración musulmana a Cataluña sobre la base de que esa base demográfica beneficiaría al proceso soberanista. Hoy son 515.000 musulmanes, la mayoría inmigrantes recientes, que representan un 6,9% de la población. Esa cifra dobla el porcentaje del total de España y haría de una Cataluña independiente el segundo país en porcentaje de población musulmana de Europa occidental tras Francia (7,5%), y por delante de Alemania (4%), Dinamarca (3,8%), Suecia (3%), Gran Bretaña (2,8%), o Italia (2%).

Ese rápido proceso de penetración islámica ha traído a su vez la extensión acelerada de un fenómeno salafista en la región de Cataluña que la convierte en uno de los mayores focos de yihadismo de Europa.

Mientras la connivencia entre el nacionalismo y la extrema izquierda con el islamismo crecía, la cooperación con el Gobierno de España y los Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, años que se veía como adversarios en el proceso soberanista, se ha obstaculizado. Los datos que se van sabiendo del criminal acto terrorista de Barcelona ponen de manifiesto esta grave responsabilidad política de los mandos políticos de los Mossos y de los más altos cargos de la Generalitat.

En este contexto, no es de extrañar la profunda inquietud de la Comunidad Israelita de Barcelona y de cualquier judío afincado en Cataluña, sabiéndose objetivo primordial prioritario del islamismo que se ha alimentado desde las instituciones locales, hasta el punto de la abierta hostilidad contra Israel y los que apoyen al Estado Judío en esa región. Esto se produce a la vez que, como sucede con todos los estamentos de la sociedad Cataluña, se presiona a las instituciones judías para que pierdan su neutralidad y se posiciones abiertamente a favor del proceso separatista. También ocurre mientras, desde algunos segmentos del independentismo, se han insinuado simpatías o colaboración del Estado de Israel con las aspiraciones separatistas.

Israel ha demostrado su profunda amistad a España, entre otros casos, con una estrechísima colaboración en materia de seguridad y lucha contra el terrorismo que el Gobierno de la Nación y los cuerpos de seguridad siempre han reconocido y apreciado. Sin embargo, las maliciosas sugerencias de colaboración de Israel con los independentistas, radicalmente falsas y sin prueba ni evidencia alguna, dañan conscientemente la imagen de Israel en el resto de España y crean una peligrosa e injusta imagen de deslealtad de Israel, y de los que lo apoyan, con nuestra democracia y nuestras instituciones.