Enlace Judío Méxio – Uno de los pasajes más enigmáticos de la Torá es la creación del hombre. En ella D-os habla en plural y pregunta si el hombre debe ser creado. Muchos eruditos y textos se han hecho la pregunta de a quién le habla D-os y por qué habla en plural. Cientas de respuestas se han dado en todas las tradiciones. En la religión judía hay varios pasajes y midrashim (relatos) talmúdicos que responden a esta pregunta.

El siguiente midrash (relato) es uno de ellos. Aperece en el Sefer Ha-Agadá y nos dice que D-os consulta con los ángeles. Narra la discusión que éstos tienen sobre la creación del hombre.

La creación del hombre y los ángeles ministeriales

Rabí Simón dijo: Cuando D-os estaba por crear a Adán los ángeles ministeriales se unieron en grupos y campañas; algunos de ellos decían “que el hombre sea creado”, mientras los otros exhortaban “que no sea creado”. Por ello está escrito “el amor y la verdad se enfrentaron” (Salmos 85:11) (1). El amor dijo: “permitan que sea creado, pues hará actos de amor y bondad”. Mientras que la verdad dijo: “no permitan que sea creado, porque todo él será falsedad”.

La virtud dijo: “permitan que sea creado pues hará actos virtuosos”. Mientras que la paz dijo “no permitan que sea creado, pues su vida entera será conflicto.” ¿Qué fue lo D-os hizo? Tomó a la justicia y la arrojó a la tierra, como está dicho “Echaste por suelo la verdad” (Dan. 8:12) Incluso los ángeles ministeriales se atrevieron a preguntarle a D-os “¿Señor del Universo por qué humillas de esta forma a tu representante? Permita que la verdad se levante de la tierra” y por ello está escrito “Permite que la verdad brote de la tierra” (Salmos 85:12)

El sabio rabí Juna de Seforis dijo: Mientras los ángeles ministeriales hablaban unos con los otros y discutían unos con otros, D-os creó a Adán y les dijo: “¿Para qué discuten? El hombre ya está hecho” (2)

Notas:
(1) El escritor de este midrash (relato) interpreta nekusha (beso) como nekesh (tomar armas), ya que el hebreo al carecer de vocales permite ambas interpretaciones. Sin embargo, este verso tradicionalmente se traduce como que el amor y la verdad se besan

(2) Rabí Juna lee el pasaje como “ne’ase” (hecho) en vez de “na’ase” (hagamos)