Enlace Judío México – El sábado pasado se leyó la perashá de Noaj (Noé). En ella se narra el Gran Diluvio que ocurrió siglos atrás en las épocas de los primeros pueblos. Una de los aspectos más intrigantes de este evento es la decisión de D-os de acabar con toda la tierra, animales incluidos. Los Sabios y distintos comentaristas se preguntan por qué una descisión tan extrema, ¿qué relación existe entre el hombre y los animales para que unos paguen por los otros? El siguiente midrash (relato talmúdico) nos lo explica. Nos dice que los animales fueron creados para el beneficio del hombre, que el momento en que éste deja de tener sentido, los animales también. Esperamos les guste.

Sefer Ha- Agadá. El Gran Diluvio

“Y así fue destruida toda sustancia viviente sobre la faz de la tierra, ambos hombre y ganado” (Génesis 7:23)

El hombre claramente había pecado, sin embargo, ¿en qué forma había pecado el ganado?

Rabí Yoshua ben Corjá nos responde esta pregunta con una parábola de un hombre que preparó una fiesta de casamiento para su hijo. Preparó un palio nupcial junto con todo tipo de manjares. Sin embargo, pocos días después su hijo murió. De tal forma que el hombre desmontó el palio y tiró la comida diciendo: “He preparado todo esto por el bienestar de mi hijo. Ahora que está muerto, ¿para qué necesito yo un palio nupcial?”

De la misma forma D-os dijo: “He creado a los animales, tanto las bestias salvajes como al ganado únicamente por el bienestar del hombre. Ahora que el hombre ha pecado, ¿para qué necesito yo a los animales?