Enlace Judío México.- Lejos de lo que podemos suponer, la Ciudad de México es una metrópoli rural o semiurbana. Como lo lee. Sólo 40% del territorio de la capital del país es asfalto, dividido en avenidas, edificios y viviendas. El resto no lo es y eso es una enorme oportunidad a futuro para todos sus habitantes.

LUIS WERTMAN ZASLAV

Sin embargo, dos de las delegaciones más representativas de este fenómeno, Xochimilco y Tláhuac, sufrieron el impacto de los sismos de septiembre y una inundación previa que ha puesto en aprietos a los productores de una amplia gama de productos orgánicos, a precio justo y con una extraordinaria calidad.

Uno de los problemas que tiene la Ciudad de México es la difusión de sus bondades. En la mayoría de los aspectos que rodean a una urbe de este tamaño, la capital no es distinta a cualquier otra que supere los diez millones de habitantes, aunque la información que genera para los medios y para las redes sociales sea, principalmente, sobre sus carencias y no tanto acerca de sus ventajas.

Tomen en cuenta el fin de semana pasado. Más de tres millones de personas salieron a las calles para asistir a eventos públicos diversos, apenas un mes después del terremoto. Desde el desfile en Paseo de la Reforma (más de un millón de personas), pasando por el juego del Cruz Azul y el concierto de Paul McCartney, entre otros, la ciudad dio una lección de resiliencia pocas veces vista en el mundo.

Es probable que esto no sorprendiera a muchos asistentes; al final se trataba de un fin de semana un poco más movido de lo común en la gran capital mexicana. No fue así. Se trató de uno de los ejercicios de ciudadanía y de apropiación del espacio público más notables en nuestra historia reciente.

Es curioso que esa misma ciudad no abrace con mayor fuerza a sus zonas rurales y lo que en ellas se produce. Por ejemplo: el amaranto es un cereal de alto nivel de proteína natural que es originario de la Ciudad de México; aquí está el segundo lugar en producción de nopal, pero el primero en calidad; y en la tierra de esta metrópoli crecen olivos, maizales e incluso se crían truchas de varios kilos. Esta variedad de productos debería ser una fuente cotidiana de salud en todos los sentidos, tanto física como financiera.

Por ello, en conjunto con la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para la Comunidades (Sederec), encabezada por Rosa Icela Rodríguez; la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONU-FAO) de Marco Antonio García; la asociación civil Igma, representada por Lourdes Begné; Corbuse Instituto Gastronómico de Aliat Universidades, del chef Gabriel Iguiniz; las cámaras de comercio; restaurantes; la Asociación de Hoteles capitalina y el Consejo Ciudadano, haremos una venta directa de los productores.

Este es un modelo internacional de la FAO que elimina a los intermediarios a través de cadenas cortas diseñadas para asistir a los productores, poner a la mano del consumidor hortalizas, quesos, miel, frutas secas, golosinas, conservas, y un sinfín de mercancías naturales, orgánicas y con una garantía de origen, porque usted sabe exactamente de dónde viene y quién cultivó o preparó y de paso hacer negocio. A la mayoría de estos productores los podrá conocer, lo que adelanto es una experiencia de que, cuando se quiere, se puede.

La cita es el próximo fin de semana, 10 y 11 de noviembre, en Expo Reforma, que está ubicada en Morelos 67 a unas cuadras de Paseo de la Reforma, de 9:00 a 20:00 horas el primer día y de las 9:00 hasta las 18:00 horas el domingo. La entrada es gratuita.

De antemano, agradezco a Humberto Lozano, presidente de la Cámara Nacional de Comercio en la Ciudad de México por su compromiso y hospitalidad; a Eloy Rodríguez, líder de los hoteleros; a Manuel Gutiérrez, de la Asociación Mexicana de Restaurantes; a Hugo Vela, presidente de la Canirac; y a Jesús Padilla, presidente de Coparmex CDMX, por su participación en este gran Mercado de Productores.

Ya sea para que haga el mandado o simplemente quiera ver a los mejores chefs del país (algunos del mundo) cocinar con productos de la Ciudad de México, éste es un evento al que debemos acudir. No sólo para apoyar lo nuestro y a los nuestros, sino para valorar la enorme riqueza que tiene esta capital, para mí, la mejor ciudad del planeta.