Rab Yaakov Menken / Enlace Judío México

“Sea pues que a la doncella a quien yo diga ‘Baja tu canto para que yo pueda beber’ y ella responda ‘bebe, que también daré de beber a tus camellos.’ Ella será a quién Tú has decretado para tu siervo Isaac. Así sabré que has tenido bondad con mi señor” (Gen 24:14)

En la perashá (porción de Torá) de esta semana Abraham manda a Eliezer, su sirviente a una misión: Encontrar una esposa para Isaac. Así que Eliezer se dirigió a Harán a casa de los parientes de Abraham (como le había sido indicado) y pidió por ayuda divina para encontrar a la pareja ideal para Isacc.

¿Cuál fue el criterio en el cual Eliezer se basó para escoger a la mujer? ¿Qué tenía de especial la respuesta de Rebeca “bebe y daré de beber a tus camellos” que Eliezer podía saber de este único gesto que ella era la indicada para casarse con Isaac? ¿Eliezer estaba buscando únicamente una señal del Cielo, o estaba viendo alguna señal racional compatible con las necesidades de este mundo?

Según el Bais HaLevi (rabí Yosef Dov Soloveitchik de Brinsk), si analizamos la petición que hizo Eliezer con cuidado, podemos ver que aunque estaba pidiendo ayuda del Cielo lo hizo con sabiduría. Muchas cualidades cruciales de la muchacha en cuestión serían reveladas con la prueba.

Antes que nada demostraría buena disposición para dar agua a un desconocido. Además, la mujer no traería un recipiente aparte para servirla puesto que iba al pozo a buscar agua para su casa, tendría que permitir a Eliezer beber directamente de la cubeta. Ella no podría saber si ensuciaría el agua o la contaminaría con alguna enfermedad.

En segundo lugar, si llevaba la cubeta de regreso a su casa, ello mostraría falta de inteligencia o previsión, puesto que el agua podría haber sido ensuciada. La prueba final sería como se deshiciera del agua, dado que no la llevaría a casa. Si simplemente la regaba, esto sería humillar a Eliezer y reflejaría falta de consideración. En cambio, si daba el agua restante a los camellos, esto sería una muestra de inteligencia.

Aun así, aunque la mujer esperada cumpliera con todas estas características podría ser que no fuera la indicada para Isaac. Por eso Eliezer ruega a D-os que incluso con dichas señales, mandara a la mujer correcta para ellos.

En los hechos, vemos que Rebeca no hace exactamente lo que Eliezer pidió, en vez, demuestra incluso mayor virtud. En primera instancia, no menciona lo que hará con el agua restante. Su principal prioridad es darle de beber agua a Eliezer, sólo tras haberle dado, menciona a los camellos. Además saca agua adicional hasta que los camellos se haya saciado para no hacer evidente la necesidad de derramar el agua.

Es interesante pensar en la distinción que hace el Bais Halevi entre generosidad y consideración a los demás. Así como es posible que una persona sea considerada y no generosa, también nos dice que un acto de generosidad puede no ser lo suficientemente considerado.

El Jofetz Jaim, rabí Yisroel Mayer Kagan, nos dice que cuando Abraham recibe en su tienda a los tres visitantes no los invita a pasar inicialmente. Primero les ofrece una sombra bajo un árbol y una comida ligera antes de sentarlos a comer carne. ¿Por qué? Porque Abraham entendía que aunque él estuviera deseoso de brindarles hospitalidad, los viajeros podrían no estar deseosos de parar varias horas. Por ello, Abraham espera para ofrecer una muestra de hospitalidad más extendida, una vez que se cercioró de que no había inconveniente.

La Torá nos enseña que tanto Abraham como Rebeca compartían no sólo generosidad, sino también consideración sincera – y esta es una lección importante. Lo que para un anfitrión es un gran acto de generosidad de su parte puede ser visto como desconsideración por su huésped. Que D-os siempre nos de la inteligencia y previsión necesarias para tener la suficiente consideración y generosidad.

Fuente: torah.org