Enlace Judío México.- El domingo 26 de noviembre de 2017 fue un día histórico en Polonia. Los telespectadores de la televisión nacional vieron a la primera ministra polaca Beata Szydlo, el viceprimer ministro Mateusz Morawiecki y muchos otros dignatarios polacos convergiendo en la ciudad de Torun, a tres horas al norte de Varsovia. Vinieron a unirse a una delegación israelí para rendir homenaje a gentiles justos.

DOV LIPMAN

La historia comienza con el padre Rydzyk, de la Iglesia Principal de Torun, que decidió erigir un muro conmemorativo con los nombres de los polacos que fueron asesinados por los nazis porque salvaron vidas judías durante el Holocausto. La capilla donde se encuentra el muro fue dedicada y nombrada en memoria del Papa Juan Pablo II, quien se sabe que ha salvado muchas vidas judías mientras servía como sacerdote local durante la Segunda Guerra Mundial. Jonny Daniels, fundador de la organización “From the Depths“, visitó el monumento y se conmovió tanto que decidió convocar una conferencia en el sitio entre líderes israelíes y polacos con el tema “Remembrance and Hope“.

Me sentí honrado de ser parte de la delegación israelí, junto con el ministro Ayoub Kara y el vicepresidente de la Knéset, Hilik Bar. Llegamos al sitio conmemorativo y nos sentimos abrumados por lo que vimos –

Leyendo nombres grabados en el muro conmemorativo (Laura Ben David)

una impresionante pared de mármol negro con 1.170 nombres y el año en que fueron asesinados, grabados en orden alfabético en columnas en su cara, e imágenes de ángeles dorados tocando las trompetas en cuatro direcciones frente a la pared.

Una voz en off recitaba continuamente cada nombre lenta e inquietantemente mientras se escuchaba música solemne en el fondo. Al ver y escuchar esos nombres, en la mayoría de los casos muchos miembros de la misma familia, nos sobrecogimos tanto de tristeza como de gratitud: tristeza por la muerte de tantas personas maravillosas por actos increíbles de bondad y gratitud a estos héroes que pagaron el máximo sacrificio con los riesgos que tomaron para salvar a nuestra gente.

Luego comenzaron los discursos. Dignatario tras dignatario habló de la necesidad de que Israel y Polonia no solo sean aliados sino también mejores amigos. Los líderes polacos, incluido el primer ministro, expresaron apasionadamente su aprecio por el hecho de que los líderes israelíes se esforzaran por venir a Torun para rendir tributo a los justos gentiles. Y luego, tanto en sus comentarios públicos como en conversaciones privadas con nosotros, declararon su intención de ponerse de parte de Israel y combatir el BDS (movimiento de boicot a Israel) y el antisemitismo. Los líderes israelíes expresaron su agradecimiento a los polacos que entregaron sus vidas mientras salvaban a los judíos, y reconocieron el apoyo de Polonia a Israel y al pueblo judío en la actualidad.

El momento más emotivo de la conferencia se produjo cuando dos sobrevivientes del Holocausto polaco contaron sus historias: cómo los Gentiles Justos, incluidas las hermanas de un convento local, sin ayuda de nadie salvaron sus vidas. Ver a los líderes polacos dar ovaciones a estos judíos ahora de edad avanzada me recorrió el cuerpo de escalofríos.

La ceremonia concluyó con todos de pie para escuchar a un rabino recitar Salmos, y un sacerdote recitó una oración. Ver a los líderes polacos de pie escuchando solemnemente mientras las palabras del Rey David de hace 3.000 años resonaban en las paredes de la capilla es un momento que nunca olvidaré.

Luego, la conferencia continuó con una cena en la que los líderes de ambos países pudieron pasar tiempo en conversaciones privadas. Hubo un poco de charla informal, pero también una conversación seria sobre los asuntos más críticos del momento, entre ellos Irán, Siria, el conflicto israelí-palestino, el movimiento de boicot anti Israel BDS y las Naciones Unidas.

Conversando con la Primera Ministra de Polonia (Laura Ben David)

Ya se había establecido un ambiente de amor y hermandad porque una delegación israelí vino a Torun para unirse al reconocimiento de los polacos que salvaron vidas judías y fueron asesinados por ello. Esto allanó el camino para debates productivos, lo que permitió a nuestra delegación compartir las necesidades de Israel sobre sus problemas básicos de seguridad.

El impacto de lo que habíamos logrado me golpeó en el camino al aeropuerto para nuestro vuelo de regreso a Israel. Nos detuvimos en una gasolinera donde un caballero se me acercó y me preguntó: “¿Por favor, puedo estrecharle la mano? Lo vi en la televisión antes, y me conmovió escuchar a un israelí expresas gracias a los polacos en la forma en que usted lo hizo. Aprecio especialmente su llamado para que nuestros países trabajen juntos para luchar contra el racismo y la discriminación“.

Hace apenas 75 años, los nazis transformaron Polonia en un cementerio como su base principal para asesinar al pueblo judío. No hay duda de que muchos polacos se unieron a ese esfuerzo. Pero no todos. Y hoy, con el amor por Israel que emana de la dirección y la ciudadanía polaca, incumbe a Israel centrar su atención en los justos gentiles, especialmente en aquellos que fueron asesinados por sus actos de heroísmo. Deberíamos enseñarles sus historias a nuestros hijos, y las delegaciones a Polonia no solo deberían visitar los campos de exterminio sino también monumentos conmemorativos como el que vimos en Torun.

Es hora de que Israel y Polonia se presenten públicamente como uno solo en la lucha contra el extremismo y la intolerancia religiosa, hacer equipo juntos con el mensaje de que debemos recordar el pasado por lo bueno y por lo malo, y mirar el futuro como fuertes aliados que combaten el odio en todas partes.

Fuente: The Times of Israel.blogs – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico