Los kibutz están listos para lanzarse a la modernidad tecnológica de Israel

Enlace Judío México – La adopción de las nuevas tecnologías tiene múltiples aplicaciones: alentar a las industrias de kibutz existentes a utilizarlas en su proceso de producción; alentarlos a establecer sus propias empresas tecnológicas, como la energía solar o las tecnologías agrícolas; invertir en startups que operen en campos de interés y asesorárles o probar sus tecnologías en los kibutz dándoles un espacio para trabajar.

Los kibutz de Israel, las comunidades colectivas que se establecieron a comienzos del siglo XX y que generalmente se dedicaban a la agricultura, están decididas a embarcarse de la noción de la startup nation y enfocarse en las nuevas tecnologías.

“Ahora somos lo suficientemente fuertes como para comenzar a ser emprendedores de nuevo”, comentó Ofir Libstein al diario israelí The Times of Israel, director ejecutivo de la Asociación de la Industria del Kibutz (AIK). “En los últimos años hemos logrado desarrollar un tercer pilar, junto con la agricultura y la industria: la tecnología. Queremos alentar a los kibutz a establecer sus propias startups, introducir tecnologías en sus procesos de fabricación e invertir en nuevas empresas. Después de todo, fuimos las primeras startups de Israel“.

Después de desempeñar un papel clave en la fundación de la nación, los kibutz de Israel cayeron en un estanco social y económico durante una crisis financiera que se apoderó del país en los años ochenta. Desilusionados por el aparente fracaso del modelo de cooperación económica, muchos miembros jóvenes se fueron a las ciudades, lo que generó preocupaciones sobre la desaparición de lo que posiblemente podría llamarse la primera startup de Israel.

Pero los kibutz regresaron alejándose de sus raíces socialistas: se establecieron empresas industriales locales, aceptando salarios diferenciales y se sometieron a un tipo de privatización que permite a los miembros trabajar fuera del mismo y a los no miembros trabajar en las instalaciones.

En la actualidad, los 270 kibutz del país representan alrededor del 50% del sector agrícola de Israel y el 9% de su industria tradicional. La firma de riego por goteo Netafim, fundada en 1965 en el Kibutz Hatzerim, fue adquirida este año por la firma mexicana Mexichem por 1 mil 5 millones de dólares, y es quizás la joya en la corona de su industria. Pero junto a Netafim, hay muchas otras empresas exitosas, como el fabricante de vehículos blindados Plasan, en el Kibbutz Sasa en el norte de Israel; el fabricante de lentes ópticas Shamir, en el Kibutz Shamir en la Alta Galilea; y Plasson Industries Ltd., del Kibutz Maagan Michael, un fabricante de accesorios para tuberías de plástico.

“Desde la crisis de los años 80, los kibutz han estado en modo de supervivencia, para mantener su modelo económico y social”, dijo Libstein. Ahora, debido a su cambio de modelo, se han estabilizado en gran medida y están listos para rugir nuevamente, dijo. Y junto con sus empresas tradicionales de manufactura y agricultura, están incursionando en nuevas tecnologías.

Los datos proporcionados por La AIK muestran que las ventas de las empresas de kibutz alcanzaron un máximo histórico de 12 mil 8 millones de dólares en 2017, y hubo un aumento del 46% en las inversiones del kibutz sobre startups, por un total de 21 millones de dólares, en comparación con los 15 millones de dólares en 2016. Estas inversiones fueron realizadas por 24 kibutz que invirtieron en 19 empresas nuevas. “Se espera que esta tendencia crezca en los próximos años y sirva como uno de los motores de crecimiento futuro importantes”, dijo.

La adopción de la tecnología tiene múltiples aplicaciones: alentar a las industrias de kibutz existentes a utilizar más tecnología en su proceso de producción; alentarlos a establecer sus propias empresas tecnológicas en áreas de interés para las cooperativas, como la energía solar o las tecnologías agrícolas; invertir en startups que operen en campos de interés y asesorárles, permitiéndoles probar sus tecnologías en sus áreas y dárles un espacio para trabajar; así como convertirse en un centro para nuevas empresas, permitiendo que los nuevos empresarios que viven cerca establezcan sus negocios en las instalaciones del kibutz a cambio de tarifas de alquiler u opciones en la empresa.

Los kibutz tienen unos 200 edificios y comedores públicos que se mantienen casi sin uso que pueden utilizarse como espacios de trabajo conjuntos para nuevas empresas y empresarios de alta tecnología.

Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico

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