Enlace Judío México.- El pilar central de la cosmovisión judía es la santidad y centralidad de la vida. Nuestras leyes nos indican que debemos interrumpir cualquier observancia religiosa y hacer todo lo posible para preservar nuestra vida, y la de nuestros semejantes. El suicidio y la eutanasia activa están prohibidos.

MIGUEL STEUERMANN

El principio enunciado, rige para todos sin excepción, incluyendo la vida de nuestros enemigos. Buscamos justicia, no venganza.

En los últimos días y a partir del delicado estado de salud de quién fuera un nefasto Canciller de la República Argentina he leído expresiones lamentables. Festejo que el gobierno argentino haya decidido de inmediato comenzar gestiones para que Timerman continúe su tratamiento en los mejores centros médicos del mundo. Es deplorable que los Estados Unidos le nieguen la visa cuando el propósito de su viaje es sostener su vida.

Dicho lo anterior, seguramente Ud. conoce, que debemos haber sido de los primeros y más críticos respecto de la actuación de Timerman en el mamarracho de entendimiento con Irán. Sus mentiras, traición a la patria, Constitución Nacional y condición judía, son imperdonables.

Hace pocos días compartía con un familiar de las víctimas de Amia, (su hermano perdió la vida en el atentado), nuestro genuino deseo que un personaje tan gris y nefasto tenga larga vida y salud, para rendir cuentas ante la justicia terrenal y sea repudiado por propios, extraños y la historia. La muerte no purifica ni exculpa y desgraciadamente muchas veces sirve como una evasión al necesario juzgamiento.

Ya que toco el tema de “los familiares”, y en los últimos días por el caso Timerman nuevamente aparecen siendo utilizados, permítame compartirle algunas verdades.

Sólo en la Argentina, donde todo es un cambalache funcional a las necesidades de turno, la impunidad reina, las miserias humanas están a la orden del día, cuatro personas pueden conformar una agrupación de “familiares”. En el país de los ciegos el tuerto es rey.

Seamos claros, las “agrupaciones de familiares” no existen. Cuatro personas sólo pueden representarse a sí mismas. Si las víctimas del atentado fueron 85 y el promedio por familia fueran de un núcleo íntimo de tan sólo 5 personas, estaríamos hablando de más de 400 personas, y si son como en la mayoría son 10, hablaríamos de por lo menos 850 familiares.

La verdad es que las “agrupaciones” han servido para que, en el vacío de justicia, unos pocos cobraran un protagonismo que no hubieran tenido de otra manera y que nadie les delegó. En el mejor de los casos buscando justicia, en el peor, favores de cualquier tipo.

“Apemia” es Laura Guinsberg, su hija y algunos amigos, “Memoria activa”, Diana Malamud, Adriana Reisfeld, sus familiares y algunos amigos; “18J”, Serio Burstein, Olga Degtiar, su marido y uno más. Tenemos a Luis Czyzewski, Sofía Guterman y alguno más, que hablan a título personal.

La enorme mayoría de los familiares nunca fueron convocados ni participaron de ninguna “agrupación”, y agregan al dolor de su perdida, que utilicen a sus muertos en intereses que poco tienen que ver con la genuina necesidad de Justicia.

Finalmente vale recordar que Timerman y otros muchos, no pusieron la bomba. Desde ya son parte de una impresentable cadena de ocultamiento, corrupción y búsqueda de impunidad, que debe dar cuentas ante la justicia, los familiares, la sociedad toda y la historia, por sus actos.

Larga vida a Héctor Timerman, para que sea juzgado por su accionar, vea y sepa que no perdonamos, ni olvidamos.

 

 

 

Fuente:radiojai.com

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