La guerra de Hamás contra la población palestina

Enlace Judío México.- Este domingo, cuando se revelaron los datos del nuevo túnel subterráneo de Hamás destruido por Israel días después de detectarlo y de ver que ya se adentraba en territorio israelí unos 150 metros, pensamos no tanto en los israelíes sino en los palestinos. En la abismal distancia entre la supuesta preocupación de Hamás por sus ciudadanos en Gaza, por cuyos males acusa continuamente a Israel, y la realidad en el terreno. O sea…entre las palabras y los hechos.

ANA JEROZOLIMSKI

Claro que nos preocupó pensar en la posibilidad que Hamás hubiera alcanzado a usar el túnel para un atentado-es que no lo cavó hacia Israel para ir de paseo-pero lo que más nos impactó fueron los datos que dejaban en claro que en realidad, ese túnel era no menos peligroso para los propios palestinos.

Hamás había construido el túnel pegado al cruce fronterizo Kerem Shalom, por el que pasa diariamente la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. Además, su recorrido ponía en peligro el abastecimiento de gas de Israel a Gaza por pasar debajo del gasoducto lo cual también impuso a Israel un desafío especial al llevar a cabo el operativo de destrucción, para no arriesgarse a volarlo.

Pero eso es justamente lo que habría sucedido, si Hamás llevara a cabo un atentado en el lugar. Aunque a esta altura ya deberíamos estar curados de espanto, dado que en varias oportunidades hubo ataques justamente en lugares que servían a la población palestina-recordamos perfectamente una visita al pasaje de Karni, que ya no existe, por el que entraban a Gaza numerosas mercaderías, que fue escenario de atentados-pero esta vez el tema resultó especialmente grave. ¿Por qué? Porque Hamás sostiene que Gaza está sumida en una seria crisis, que la población no tiene esperanza, que la situación a raíz del ataque israelí en la guerra del 2014 es insostenible y que de todo tiene la culpa Israel.

Que la situación en Gaza es difícil, es un hecho clarísimo. Que Israel tenga la culpa, es otra cosa. Los únicos pasajes fronterizos que funcionan con regularidad todo el año, son los que conectan con Israel: Erez en el norte y Kerem Shalom en el sur. Por Erez pasa gente, ya sean enfermos que salen con sus acompañantes a tratamiento en hospitales israelíes, comerciantes o personal diplomático y de organizaciones internacionales que funcionan en Gaza. Por Kerem Shalom, entran diariamente a Gaza las mercaderías que necesita para subsistir. Esto, mientras el pasaje de Rafah, que conecta Gaza con Egipto, está casi siempre cerrado, desde que Hamás tomó el poder en junio del 2007. Es interesante que justamente un país árabe, que evidentemente conoce bien a Hamás, sea el que decida tener ese pasaje cerrado, salvo excepciones, mientras Israel, por los suyos, de hecho está ayudando a Gaza.

Hace varios días, Israel cerró Kerem Shalom y continúa cerrado hoy hasta nuevo aviso. El cierre original se debió -ahora lo sabemos- al descubrimiento del túnel de Hamás. Esto ya es perjudicial para los palestinos, y evidentemente Hamás sabía que Israel no podría continuar con la rutina de la diaria transferencia de mercaderías a Gaza, al comprender que debajo del pasaje humanitario, hay una bomba de tiempo.

Veamos un poco de números para tener más clara la situación.

En el transcurso del 2017 cientos de camiones por día introdujeron mercaderías a la Franja de Gaza, en beneficio de su población civil. Entró un total de 570.000 toneladas de alimentos, 7.044 toneladas, 10.000 toneladas de equipos electrónicos, 15.000 toneladas de productos textiles, 3.3 millones de toneladas de materiales de construcción y 12.000 toneladas de artículos agrícolas además de medicamentos y otros productos.

Lo que Israel prohíbe introducir a Gaza en forma absoluta, son por supuesto armas y municiones y materiales que tienen uso dual, o sea que puede ser civil pero también para objetivos bélicos. Y los materiales de construcción entran para proyectos específicos, de acuerdo a lo coordinado con las organizaciones internacionales que los aprueban. Aun así, Hamás ha logrado apoderarse de parte de ellos para sus túneles.

Hasta el 11 de diciembre, habían entrado a Gaza 141.109 camiones con mercaderías.

En la dirección opuesta, salen mercaderías de Gaza por Kerem Shalom hacia Israel, exportaciones de producción de Gaza a Israel o al exterior. Hasta el 11.12, habían salido 28.729 toneladas en 2.411 camiones. También eso se habría arruinado, si hubiese sido cometido el atentado planeado por Hamás.

Años atrás, decenas de miles de palestinos de Gaza entraban a trabajar en Israel, lo cual constituía una fuente clara de ingresos para numerosas familias de la Franja. A raíz del deterioro de la situación de seguridad, de los crecientes disparos de cohetes, Israel cerró la frontera al pasaje casi libre de palestinos a Israel. Pero mantiene la posibilidad de ingreso a palestinos que necesitan tratamiento médico en Israel y comerciantes que salen a veces inclusive a seminarios organizados por Israel en beneficio de agricultores o, tal como se hizo recientemente, un curso de paramédicos. Toda esa gente entra a Israel por el norte, por Erez.

Entre el 20.12.16 y el 24.12.17-día en que recibimos los datos actualizados de la oficina de Coordinación con los Territorios, el brazo del ejército que atiende las necesidades de la población civil palestina- habían sido emitidos 53.156 permisos de entrada a Israel a palestinos de Gaza. Y entre el 1.1.17 y el 20.12.17, se había coordinado el pasaje de 846 ambulancias palestinas para tratamientos de urgencia.

También este tipo de permisos especiales dados por Israel, fueron puestos en varias ocasiones en peligro, al usar Hamás cínicamente a palestinos que sabían salían a hospitales en Israel, para cometer atentados.

En junio se cumplieron 10 años del gobierno de Hamás en Gaza. En nada ha ayudado a la población palestina. Y según datos publicados ayer en Twitter por el diplomático israelí (dicho sea de paso, árabe cristiano), desde el 2014, cuando finalizó la última guerra de envergadura entre Hamás e Israel, la organización terrorista que gobierna la Franja de Gaza gastó 120 millones de dólares en túneles del terror, tal como los llama Israel.

Deek comenta que con ese dinero, Hamás habría podido construir 1500 casas, 3 plantas industriales para proveer a Gaza de agua limpia (gran parte de su agua la recibe de Israel), habría podido tener 24 mil camas en hospitales.

“En lugar de invertir en el futuro”, resumió Deek, “Hamás invierte en odio y sufrimiento”.

El túnel destruido esta semana por Israel en Kerem Shalom, es una nueva prueba de ello.

 

 

 

 

Fuente: cciu.org.uy

Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

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