Enlace Judío México.- En los últimos días Polonia ha sido el centro de atención debido a su nueva ley que penaliza hasta con tres años de prisión a quien se refiera a los campos nazis como “campos de la muerte polacos” así como a quien sugiera o acuse a la nación polaca de colaborar con los nazis en medios de comunicación.

SARONA PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Estoy a favor y en contra de la reciente ley.

Estoy a favor de penalizar el término “Campos de la Muerte Polacos”. Seguramente más de uno dirá “Oh, pero estaban en Polonia, así que eran polacos”.

Aquí es cuando debemos recordar que Polonia dejó de existir como Estado independiente entre 1939 y 1945, cortesía de Alemania y la URSS, los campos de exterminio fueron construidos, administrados y estuvieron localizados por el Gobierno General Nazi, encargado de la administración y sometimiento de Polonia. Para los polacos, este término significa que los campos fueron construidos y dirigidos por polacos que gaseaban judíos, es un sin sentido y estoy de acuerdo con el gobierno polaco en esa parte específica de la ley. Auschwitz, Treblinka, Sobibor, Chelmno, todos fueron campos de exterminio construidos y administrados por la Alemania Nazi, campos donde judíos, gitanos, polacos, homosexuales, prisioneros soviéticos y otros grupos fueron brutalmente torturados y asesinados (algo que muchos no saben es que las primeras víctimas de Auschwitz fueron polacos no judíos). Como detalle adicional, también apoyo esta ley porque lo último que quiero ver en 30 años es a un partido o grupo alemán afirmando que Alemania no fue responsable, ya que eran “campos polacos”.

Ahora, me opongo al resto de la ley que afirma que “la nación polaca” no fue responsable por el Holocausto. Por “Nación polaca” podemos entender dos cosas: El Estado de Polonia y el pueblo polaco.

El Estado de Polonia ciertamente no fue responsable del Holocausto, simplemente no existió durante aquellos años y su gobierno legítimo se encontraba exiliado en Londres.

El pueblo polaco tuvo ciertamente un rol ambiguo durante el Holocausto. En lugares como Lwow, Jdwabne y Kielce los habitantes de esas ciudades asesinaron activamente a sus vecinos judíos, como en cualquier otro país, al igual que el resto de los países ocupados, Polonia tuvo sus propios colaboradores con los nazis, simplemente basta con investigar el rol del gobierno de Vichy en Francia, el gobierno de Antonescu en Rumanía o el gobierno Ustache en Croacia (en ese casi sí podemos decir que Jasenovac fue un campo de la muerte croata).

Los casos de ciudadanos polacos no judíos que delataron, persiguieron y asesinaron a sus compatriotas judíos son conocidos, no son un secreto para nadie.

Pero también existe la otra cara de la moneda: El Yad Vashem reconoce a 6,706 polacos como Justos entre las Naciones, gentes que arriesgaron todo para salvar a sus compatriotas judíos. Puede que parezca una pequeña fracción del total de la población polaca, sin embargo, muchas fuentes aseguran que cientos de miles de polacos colaboraron de una u otra forma para salvar a sus compatriotas judíos, el autor Richard C. Lukas afirma que hasta 3 millones de polacos colaboraron de alguna manera en los esfuerzos de rescate. Polonia era el único lugar de toda Europa donde si un judío era descubierto en una casa, no solo la persona que lo escondía sería asesinada, su familia completa lo sería también.

Quizás el ejemplo más claro de este contraste ocurrió en Varsovia a lo largo de la guerra. Al construirse el gueto judío parte de la población polaca vio con indiferencia aquello, eran “los judíos” quienes estaban encerrados no ellos. En 1943 el gueto se sublevó. Algunos testimonios cuentan que al arder el gueto algunos transeúntes se reían de aquello, de ver arder a “los judíos”. Pero mientras eso sucedía, la Armia Krajowa, el movimiento de resistencia nacional polaco, logró dar una pequeña pero real ayuda a los insurgentes judíos, armas y algunos combatientes. La heroica sublevación del gueto fue suprimida brutalmente por los alemanes, algunos de los sobrevivientes se unieron a la Armia Krajowa y lucharon de nuevo durante el levantamiento de Varsovia que fue nuevamente suprimido de manera brutal por los alemanes ante la mirada pasiva de las tropas soviéticas al otro lado del río Vístula. Fue el movimiento de resistencia polaco a través de hombres como Jan Karski y Witold Pilecki que entraron voluntariamente a los campos de exterminio alemanes y enviaron informes de aquello, informando al mundo sobre el destino de los judíos en aquellas fábricas de muerte.

Podría continuar con más ejemplos, pero creo que mi punto ha quedado claro: La historia no es un blanco y negro, ni todos los polacos salvaron judíos ni todos los polacos los asesinaron.

Me niego a llamar a Auschwitz, Treblinka y Sobibor “Campos polacos”. Continuaré llamándolos Campos de la Muerte de la Alemania Nazi y concuerdo con el gobierno polaco.

Y finalmente termino con ésto:

Me niego a culpar al Estado Polaco por el Holocausto.

Me niego a apoyar al resto de la ley aprobada por el senado polaco.

Me niego a generalizar y llamar a todos los polacos “colaboradores nazis”, me rehúso a olvidar y perdonar a los criminales polacos que colaboraron con los nazis para asesinar a sus compatriotas judíos, y me niego a olvidar a todos aquellos polacos que bajo un enorme riesgo, salvaron miles de vidas, aún a costa de las suyas.

Quien destruye un alma, se considera que destruyó un mundo entero. Y quien salva una vida, se considera que salvó un mundo entero“. – Talmud de Jerusalén, Sanedrín 4:1