Enlace Judío México.- El Éxodo de los sobrevivientes del Holocausto de Europa tuvo su propio Amalek, y su nombre fue Mackenzie King*.

JACK ENGELHARD

Entre la reciente ola de inmigrantes, parece que hay un sentido de derecho … derecho, en lugar de gratitud.

Algunos, como los Dreamers, marchan para INSISTIR en sus DERECHOS.

Otros, como los sobrevivientes del Holocausto que llegaron a Estados Unidos en la década de 1940, no imaginaron ningún derecho. Ellos, como mi propia familia, estaban agradecidos por cualquier cosa.

Pequeños favores era todo lo que pedían … y pequeños favores fue lo que recibieron.

No había Israel en 1944 cuando mi familia logró huir de la Francia invadida por los nazis, Toulouse, para ser exactos. Había América y estaba Canadá.

Cualquiera servía. Ellos (mi familia otra vez) estaban agradecidos por la ayuda tanto de FDR (Franklin Delano Roosevelt, Presidente de EE.UU. de 1933 a 1945)) como del canadiense Mackenzie King.

No había fronteras abiertas en ese momento. No para estas personas … 106 familias que, en 1944, atravesaron los Pirineos y desde Lisboa navegaron en el Serpa Pinto hacia cualquier tierra que los llevara. Por qué no Canadá … país grande, Canadá … poca población … mucho espacio. No había espacio suficiente, como se vio después.

Cuando le preguntaron cuántos refugiados del Holocausto Canadá estaría dispuesta a aceptar, el gobierno de Mackenzie King anunció que “ninguno es demasiado“.

Ahora ese es un comentario famoso. El canadiense Justin Trudeau, para ilustrar cómo han cambiado los tiempos, lo utilizó a la inversa ayer para justificar la entrada de miles de inmigrantes de países musulmanes y de otros lugares … hombres (en edad militar) que superan en número a las mujeres por un margen considerable. (Canadá ahora trae 250,000 inmigrantes por año)

Esa nunca fue la historia para los sobrevivientes del Holocausto, para quienes todo se trataba de las mujeres y los niños.

Debemos esperar que las llegadas de hoy sean agradecidas. ¿Quién sabe? Aunque sabemos que estos refugiados esperan grandes favores.

Esperan e incluso exigen atención médica, alimentación, vestimenta y vivienda, y es precisamente lo que reciben.

Nada parecido se esperaba, o se dio, en 1944 entre los pasajeros del Serpa Pinto. Estas personas estaban agradecidas de haber encontrado esta nave, cualquier barco, pero no el Saint Louis, que fue devuelto a la Gestapo. No así el Serpa Pinto. Este fue un barco con suerte, si la gente huye, a la gente que se queda sin hogar se las puede llamar afortunadas.

Pero estas personas eran los sobrevivientes, un término que no se usaba mucho en ese momento. Pero habían sobrevivido, solo que ahora enfrentaban más alta mar, más submarinos alemanes; ninguna tierra de bienvenida a la vista.

FDR solo había susurrado lo que Canadá había dicho en voz alta, que ninguno era demasiado. Por fin, sin embargo, algunos entraron.

Unas 5.000 personas llegaron a Canadá. Para mi familia fue Montreal. Pero antes de eso, fueron llevados a Filadelfia (y luego se convirtieron en ciudadanos estadounidenses).

Llegaron a Filadelfia a tiempo para celebrar la primera noche de Pesaj, 1944.

Pero esa primera noche en Filadelfia, ese primer Seder en relativa seguridad, fue un momento que esta familia nunca olvidaría.

No tenían a Angela Merkel saludándoles con cálidos discursos, ni Justin Trudeau les daba la bienvenida con abrazos y besos en el aeropuerto. Todavía estaba Mackenzie King.

Pero mientras relataban el Éxodo del Faraón como una oración contestada, también recordaron la redención de Hitler con mucha gratitud.

De Seder a Seder, nunca una queja sobre la falta de hospitalidad. La gratitud era el sinónimo alrededor de la mesa.

*Mackenzie King fue Primer Ministro de Canadá de 1935 a 1948

 

El novelista norteamericano Jack Engelhard, de gran éxito en Nueva York, escribe regularmente para Arutz Sheva.

Acaba de lanzar su HOLLYWOOD EDITION ampliada de “News Anchor Sweetheart”. Engelhard escribió el bestseller internacional “Propuesta Indecente” y el thriller de periodismo interno “The Bathsheba Deadline”. Ha recibido el Premio Ben Hecht por Excelencia literaria. Sitio web: www.jackengelhard.com

Fuente: Arutz Sheva – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico