Enlace Judío México.- Con el prejuicio contra los judíos apareciendo entre los migrantes, aumentan los temores que ‘una nueva generación de antisemitas esté alcanzando la mayoría de edad en Alemania’

BOJAN PANCEVSKI

Solomon Michalski adoraba ir a su nueva escuela en una calle frondosa de Berlín porque era vibrante y diversa, con la mayoría de los estudiantes de familias inmigrantes. Pero cuando el nieto adolescente de sobrevivientes del Holocausto dejó entrever que era judío, los antiguos amigos comenzaron a gritarle insultos en clase, dice él. El año pasado algunos de ellos, blandiendo lo que parecía un arma, lo separaron de los demás y dijeron que lo ejecutarían.

No fue un hecho aislado. La policía registró 1,453 incidentes antisemitas en Alemania el año pasado, más que en cinco de los siete años previos, y organizaciones incluyendo al Congreso Judío Estadounidense dicen que son informados menos de un tercio de tales incidentes. Su persistencia obstinada en el país donde fue tramado y ejecutado el Holocausto está aumentando la preocupación que décadas de trabajo para erradicar el antisemitismo están siendo desechas lentamente mientras se extiende el prejuicio contra los judíos más allá de su hogar tradicional en la extrema derecha.

“Temo que una generación nueva de antisemitas está alcanzando la mayoría de edad en Alemania,”, dijo Josef Schuster, director de la principal organización judía del país, a periodistas el miércoles.

La policía alemana atribuye más del 90% de los casos a nivel nacional a delincuentes de extrema derecha. Pero activistas judíos y representantes de las víctimas dicen que los datos son engañosos porque la policía etiqueta automáticamente cualquier hecho donde los perpetradores no son conocidos como ocasionados por la extrema derecha.

El problema va más allá de Alemania. El asesinato de una anciana sobreviviente del Holocausto en París durante este mes, en lo que los fiscales dijeron fue un ataque antisemita, ha alimentado una percepción que los actos antijudíos—desde insultos casuales a violencia brutal—están en aumento a lo largo de Europa y que los gobiernos parecen incapaces de hacer mucho al repecto.

Levi Salomon, director del Foro Judío para la Democracia contra el Antisemitismo, una organización con base en Berlín que documenta crímenes de odio contra los judíos, dice que la mayoría de los incidentes violentos estos días llegan de perpetradores musulmanes.

“Es errado generalizar o estigmatizar a las comunidades musulmanas,” dijo Salomon. ”Pero decir que no hay ningún problema específico allí es peor aún. Tenemos que idear estrategias urgentes para lidiar con esto.”

Otros pintan un cuadro más matizado, diciendo que el prejuicio y los estereotipos albergados por los inmigrantes recientes de comunidades en gran parte musulmanas han sumado a una tendencia subyacente existente de antisemitismo entre algunos alemanes y comunidades migrantes más antiguas de Europa Oriental, resultando en un ambiente cada vez más amenazante.

Liam Rückert, un estudiante de Berlín de 15 años de edad, dijo que recientemente fue acosado por compañeros de clase árabes y polacos. Y Klara Kohn, de 16 años cuyo padre sobrevivió al campo de muerte de Auschwitz y al campo de concentración de Dachau, dijo que estudiantes alemanes en su colegio de elite en Hanover la habían burlado, cantando “¡gas para los judíos!”

Heinz-Peter Meidinger, director de la asociación de docentes de Alemania, dijo que un punto candente particular de antisemitismo parecía ser las escuelas, muchas de ellas en Berlín, donde los hijos de familias inmigrantes conformaban entre el 70% y el 100% de los estudiantes.

“La parte clave del problema son los padres,” dijo el Sr. Meidinger. “Pero no podemos llegar a ellos como docentes. La mayoría de ellos no hablan alemán y a veces son hostiles hacia las autoridades.” Él dijo que había una tendencia entre las comunidades árabes y turco parlantes a ver a los judíos en Alemania en el contexto del conflicto israelí-palestino.

La misma palabra “judío,” dijo Meidinger, ahora es un término genérico de abuso en algunos patios escolares.

En una entrevista en la casa de esta familia esta semana, Solomon Michalski dijo que sus atormentadores eran “de hecho chicos serenos, pero que sacaban esto de sus padres.”

Solomon—el segundo nombre del muchacho, el cual él pidió que use The Wall Street Journal—cambió de escuelas después que fue amenazado, pero se encontró reviviendo su calvario la semana pasada después de informes que una niña judía de siete años había enfrentado amenazas similares en otra escuela de Berlín.

Los padres de Solomon, quienes hasta hace poco acogieron a un refugiado sirio, no tomaron ninguna acción hasta que su hijo llegó a casa con moretones. Después de eso, Wenzel Michalski, padre de Solomon y director de la filial alemana de Human Rights Watch, invitó a sus padres, sobrevivientes del Holocausto, a dar una charla en la escuela.

Eso cambió poco. Un docente dijo que Solomon debe tratar de evitar provocar al estudiante palestino que era su atormentador más violento, dice Michalski. La dirección de la escuela se disculpó más tarde en una declaración y prometió investigar las acusaciones de antisemitismo y asegurar que los perpetradores enfrentarán consecuencias.

Los docentes también han enfrentado abuso de sus propios estudiantes. Jessica Schmidt-Weil, quien enseñaba en una clase de adolescentes de origen predominantemente meso-oriental en Berlín, dijo que ella cambió de escuela hace dos años después de haber sido abusada por estudiantes. Ella ahora mantiene en secreto su fe judía.

La noción que alguno entre los bastante más de un millón de arribos recientes— muchos de Siria, donde la crítica a Israel enlazada con los clichés antisemitas ha sido parte del discurso oficial durante décadas—podrían estar albergando prejuicio acerca de los judíos ha presentado un dilema para las autoridades aquí.

Los representantes judíos dicen que el conjunto de herramientas intentadas y probadas de Alemania para combatir al antisemitismo a través de la educación está fallando en alcanzar a las comunidades que a menudo no hablan alemán y saben poco sobre el Nazismo y el Holocausto.

Barbara John, una ex zar de la integración en Berlín, dijo que han surgido casos de familias árabes resistiendo a la educación en Holocausto o negándose a enviar a sus hijos al viaje escolar tradicional a campos de concentración desde la década de 1960.

Por entonces, sin embargo, la comunidad judía de Alemania, de medio millón de integrantes antes del ascenso al poder de Hitler, se había vuelto prácticamente extinguida. Comenzó a crecer nuevamente en la década de 1990 gracias a la inmigración de la ex Unión Soviética y, más recientemente, de Israel, haciendo de la lucha contra el prejuicio antisemita una necesidad aún más urgente. Alemania ahora tiene un estimado de 200,000 judíos, de los cuales más de 100,000 están en Berlín. Las quejas persistentes acerca de la calidad de las estadísticas de crímenes provocaron que las autoridades de Berlín trabajaran en equipo con organizaciones judías en el año 2015 y establecieran Rias, una institución independiente que recoge datos sobre incidentes anti-judíos, desde discurso de odio a ataques.

Benjamin Steinitz, director de Rias, contabilizó 936 de tales incidentes en Berlín en el 2017. La policía registró apenas 288.

Este año, el gobierno recientemente nombrado de la Canciller Angela Merkel anunció que crearía el primer comisionado del país para combatir el antisemitismo, ahora se espera sea nombrado en abril.

Con los medios de comunicación apuntando con el dedo cada vez más a los perpetradores musulmanes, algunas organizaciones islámicas están tomando medidas para combatir el prejuicio entre sus miembros.

Aiman A. Mazyek, presidente del Consejo Central de Musulmanes, dijo que dispondría de 10 imanes para que se unan a los rabinos y visiten escuelas problemáticas en Berlín. “Hay racismo apegado a toda religión,” dijo el Sr. Mazyek. “Nuestro trabajo es ayudar a quitar el racismo de nuestro medio y educar a la gente acerca de nuestra religión, explicar que estamos dedicados a vivir en respeto, paz y tolerancia con otras religiones.”

En cuanto al Sr. Michalski, él dice que hace poco comenzó a googlear precios de propiedades en Israel. “Por primera vez he pensado seriamente en partir. Espero que no llegue a eso”, dijo él.

 

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México

 

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