Enlace Judío – La decisión de Abbas ocurre al tenor de la serie de movimientos diplomáticos que ocurrieron alrededor de Israel desde ayer, por lo ocurrido en la Franja de Gaza durante las manifestaciones de la “Gran Marcha del Retorno”.

El presidente palestino Mahmoud Abbas pidió este martes al enviado palestino en Washington regresar a Ramallah, comunicó el jefe de negociaciones de la Autoridad Palestina, Saeb Erekat, de acuerdo a Reuters.

Husam Zomlot, el principal representante de la Organización para la Liberación de Palestina en Washington, ya se encuentra de camino a Cisjordania, dijo Erekat. Una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores comunicada por la agencia oficial de noticias palestina Wafa dijo que la decisión “es una respuesta al traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén”.

La embajada de EE.UU. fue inaugurada ayer al sur de Jerusalén, donde se localizaban hasta ahora las oficinas del consulado norteamericano, en una ceremonia presidida por una comitiva oficial enviada por el presidente Donald Trump, y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, así como el presidente de Israel, Reuven Rivlin.

Durante la ceremonia, se elogió a Trump por haber tomado en diciembre pasado la decisión de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y el subsecuente traslado de la embajada norteamericana, que es vista tanto por Trump como por Netanyahu como un paso que avanza la paz no solo entre israelíes y palestinos, sino también en la región.

Un intenso movimiento diplomático se ha visto desde ayer alrededor de Israel, tanto por los saldos letales de la “Gran Marcha del Retorno” como por la inauguración de la embajada de EE.UU. en Jerusalén. El gobierno de Sudáfrica retiró a su embajador en Israel para “consultas”, como protesta ante las acciones defensivas de Israel contra las manifestaciones violentas en Gaza.

Turquía, que también condenó a Israel, siguió los pasos al retirar a sus embajadores en Israel y EE.UU. Hoy dio un paso más y decidió expulsar de manera temporal al embajador israelí en Ankara, Eitan Naeh. Ante esta acción, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, liderado por Netanyahu, decidió expulsar como respuesta al cónsul turco en Jerusalén.

El toma y daca entre Turquía e Israel no solo se limitó a nivel diplomático: tanto Netanyahu como el presidente de Israel, Recep Tayyip Erdogan, se enfrascaron en otro de sus ya habituales confrontaciones de declaraciones el uno con el otro por el tema de Gaza. El mandatario turco dijo a Netanyahu que tenía “sangre palestina en las manos”, mientras que este último le espetó que sus manos están “manchadas con la sangre de innumerables kurdos de Turquía y Siria”.

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