Enlace Judío México.- El presidente palestino está ingresado por una neumonía.

HENRIQUE CYMERMAN

Tras tres ingresos en el hospital El Istishari de Ramala en una semana, el presidente palestino Mahmud Abbas, de 83 años, difundió ayer fotos suyas en pijama paseándose por los pasillos del centro médico para hacer frente a los crecientes rumores sobre su delicado estado de salud. Abbas no ha designado a un sucesor claro que pueda asumir el liderazgo palestino sin riesgo de fracturas, por lo que las noticias sobre su salud disparan las especulaciones sobre una carrera por el puesto. Precisamente uno de sus posibles sucesores, Jibril Rajub, restó ayer gravedad a la situación y aseguró a este diario que “no tememos por su vida”, y que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha seguido trabajando desde el hospital.

Rajub, miembro del comité central de Al Fatah, añadió que Abbas –que fuma cerca de dos paquetes de tabaco diarios y desde hace tiempo lidia con problemas de corazón– “sufre una neumonía y los médicos han decidido alargar su estancia en el hospital para mantenerlo en observación, aunque su situación está mejorando”. Abbas ingresó para ser operado de un oído y después se descubrió que tenía neumonía, por lo que está siendo tratado con antibióticos. El rais palestino ha hablado por teléfono con el presidente egipcio, Abdul Fatah al Sisi, para tranquilizarle sobre su salud y explicarle que está mejorando.

A finales del 2016, Abas fue operado de urgencia del corazón y el pasado febrero, mientras se encontraba en la sede de la ONU en Nueva York, tuvo que ser trasladado al hospital porque se sentía mal.

El rais palestino ha intentado evitar una lucha sucesoria repartiendo el poder entre seis personalidades próximas. Los más destacados para sucederle son Rajub, exjefe de seguridad y actual responsable de deportes, que mantiene excelentes relaciones con Israel y con Hamás, donde dos de sus hermanos tienen puestos de liderazgo; Mohamed el Elul, que controla los Tanzim, el brazo armado de Al Fatah; el actual primer ministro de la ANP, Rami Hamdalah, que en su primera visita a Gaza sufrió un intento de asesinato; el general Majed Faraj, jefe de seguridad; y el sobrino de Yasser Arafat, Nasser el Qidwa, exembajador en la ONU. El más popular, en cualquier caso, sigue siendo Maruan Barguti, quien dejará oír su voz desde la cárcel israelí, donde cumple cinco cadenas perpetuas. Pero Barguti ha visto cómo su grupo dentro de Al Fatah sufría una derrota en las elecciones internas.

Desde el exilio se espera también un intento de intervención del gran enemigo de Abbas, Mohamed Dahlan, que desde Dubái y con el apoyo económico de los países del Golfo y Egipto, intenta mejorar su prestigio en Cisjordania y Gaza.

En un momento crítico de las relaciones con Israel, los palestinos han amenazado al primer ministro Benjamín Netanyahu con que vuelva a hacerse cargo de “la basura” de los campos de refugiados de Balata y Jabalia, y de las necesidades cotidianas de 4,5 millones de palestinos. Sin embargo, con un presupuesto de 2.000 millones de dólares que llega de la comunidad internacional, es poco probable que el liderazgo palestino renuncie al control institucional y financiero.

Los analistas esperan que cuando falte Abbas el liderazgo se divida en un triunvirato del nuevo presidente de Al Fatah, el de la OLP y el primer ministro. En la Muqata, la sede de la ANP en Ramala, consideran que pasará tiempo hasta que alguien destaque lo suficiente como para reemplazar a las figuras históricas de Arafat y Abbas.

 

 

Fuente:lavanguardia.com