Enlace Judío México – El 6 de octubre de 1973, Egipto y Siria atacaron por sorpresa al Estado de Israel. Este episodio pasó a la historia con el nombre de la Guerra de Yom Kipur, pues la población y el ejército israelí fueron sorprendidos el día más sagrado del calendario judío.

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El ataque egipcio inicial fue devastador para el ejército israelí, pero no había tiempo para llorar, pues la guerra con Egipto no era el único frente de batalla, Siria también atacaba al norte de Israel de manera agresiva y simultánea. Se trataba del ejército sirio tratando de recuperar los Altos del Golán, esa zona que determinaba para las ciudades del norte de Israel toda su vulnerabilidad y su completa seguridad.

En el frente norte, el ejército israelí contaba con 6,000 soldados y 170 tanques, mientras que el ejército sirio utilizaba 50,000 soldados y 1,200 tanques para realizar el ataque; había un tanque israelí por cada siete tanques sirios, para cada soldado israelí estar en el Golán era un auténtico suicidio.

Los primeros intentos israelíes por defender los Altos del Golán fueron un fracaso total, pues los aviones de la fuerza aérea israelí que habían despegado para intentar la defensa fueron derribados causando una pérdida fatal; un gran acierto del ejército sirio, pues tan sólo en las primeras horas 40 aviones de la fuerza aérea israelí cayeron a tierra completamente destruidos. Las pérdidas eran dramáticas para el pequeño Estado judío, pues en los primeros dos días, 250 soldados israelíes murieron en los Altos del Golán a manos del ejército sirio.

Fue ahí, en la frontera norte de Israel, donde tuvo lugar una de las guerras de tanques más impresionantes de la historia. Asumiendo su importante desventaja numérica, el ejército israelí comenzó a luchar, pues sabía que si los tanques sirios lograban traspasar las montañas del Golán, las muertes de civiles israelíes se empezarían a sumar.

De pronto como si fuera un cese al fuego ordenado por el mismísimo cielo cayó la noche, esto podría haber significado un momento de tregua para los desesperados soldados israelíes, sin embargo, estuvo muy lejos de ser así, pues los tanques sirios contaban con luces infrarrojas que les permitían ubicar a los tanques enemigos. De este modo, aun a 1,200 metros de distancia los tanques del Estado de Israel explotaban en medio de la oscuridad. La desventaja militar estaba provocando una devastadora fatalidad, la noche significó para los israelíes más muertes, más angustia y más inseguridad.

Finalmente la totalidad de los reservistas israelíes llegaron al campo de batalla y las posiciones de la guerra comenzaron a cambiar. Desde el momento en que el ejército del Estado de Israel logró posicionarse, comenzaron a defenderse y posteriormente a contraatacar. Penetraron en territorio sirio para destruir sus bases militares más amenazantes, este hecho involucraba agregar más bajas al ejército israelí, pero también aseguraba que los ataques sirios no se volvieran a repetir.

Desesperado por ver a las tropas israelíes sobre territorio sirio, el Presidente Assad ordenó al ejército egipcio aumentar las operaciones de ataque hacia el Estado judío, de este modo, las tropas israelíes se tendrían que retirar, pero a esas alturas, el ejército egipcio ya no estaba en condiciones de ayudar, pues también en el sur los reservistas israelíes habían llegado, modificando completamente todo el escenario.

Imparables, los aviones Phantom de la fuerza aérea israelí se dedicaron a destruir la infraestructura aérea siria, así como también la base naval. Ya en posición de vencidos, tanto Siria como Egipto empezaron a ansiar que la ONU ordenara un alto al fuego, sin embargo, sucedió todo lo contrario, el ejército israelí recibió armamento proveniente de Estados Unidos, la guerra continuaría y esta vez, a favor del Estado judío.

A pesar de la derrota, Anwar el Sadat se dedicó a celebrar su inicial victoria contra el Estado de Israel. En un discurso para la población egipcia alabó la forma en que su ejército había logrado atravesar el Canal de Suez, pero mientras eso sucedía, los tanques israelíes avanzaban sin ninguna oposición sobre una Península del Sinaí completamente vacía. Los soldados egipcios se habían ido a festejar antes de tiempo y ahora, con el General Ariel Sharon al mando, importantes puestos egipcios estaban siendo bombardeados.

El 15 de octubre se ordenó un alto al fuego, pero se violó inmediatamente y en la frontera sur el ejército israelí continuó avanzando, apoderándose de una de las carreteras más importantes de El Cairo. Finalmente, otro cese al fuego fue ordenado pero esta vez, fuerzas de la ONU llegaron para asegurarse que fuera respetado. Soldados egipcios y soldados israelíes estaban tan cerca que podían verse las caras, agotados por tantos días de batalla, era hora de evaluar las pérdidas tanto materiales como humanas.

Esos días de octubre en aquella carretera cobraron en la historia un valor trascendental, pues fue ahí, en el km 101 de la carretera de El Cairo donde iniciaron las primeras negociaciones, las que más tarde, culminarían en un acuerdo de paz.