Enlace Judío México – Xi Jinping, Trump y Netanyahu podrían adquirir a CR7 y a Messi para sus equipos nacionales, pero prefieren ayudar a aplicar el Protocolo XIII de los míticos “Sabios de Sión”, según este clérigo sirio.

¿Qué? ¿El Mundial? Pues sí, también es otra maléfica y dañina conspiración sionista por si no lo sabías o no te había quedado claro.

Durante el sermón del pasado viernes 22 de junio en la mezquita Lala Pasha en la ciudad de Damasco, traducido por el instituto Memri, el Dr. Ali Al-Malla de plano sacó todo su desprecio contra el fútbol (aunque bien que lo conoce), o quizá solamente el coraje que le había provocado lo mal que le había ido hasta entonces a Egipto, Túnez y Marruecos en la fase de grupos, que terminaron por despedirse del torneo con un rotundo fracaso sobre el césped ruso.

Al-Malla tituló específicamente a su sermón “Ninguna voz es más fuerte que la voz del futbol sóccer y la Copa del Mundo”, según dijo a los fieles damasquinos que se congregaron para el rezo del jumu’ah musulmán, y comenzó la aventura verbal con la que de inicio acusó de golpe a 26 de las 32 selecciones nacionales de ser adversarios acérrimos del Islam.

“Quisiera arrojar luz sobre algunos asuntos. Las vidas de las personas se han estancado. Si hay un juego a las 15:00 p. m., a las 14:00 p. m., nadie se queda en el trabajo y las carreteras están totalmente desiertas. ‘¿Qué sucedió?’ uno se pregunta, ‘Debe haber un partido’, te dicen. ‘¿Quién juega contra quién?’ uno pregunta. Un análisis mostrará que estos países son enemigos jurados del Islam, países que conspiran contra los árabes y los musulmanes día y noche”.

Pero el Dr. Al-Malla no sólo reveló este sesudo dato a sus fieles, pues sacó a la luz su también sesudo conocimiento de la añeja literatura antisemita y les reveló también el verdadero origen del torneo que hace vibrar a millones a nivel mundial durante el verano de cada cuatro años: no se trata más que de un malvado plan sionista.

“Los Protocolos de los Sabios de Sión, cuando se estableció la organización judía, uno de los artículos [de los Protocolos], el artículo 29, creo, dice: ‘Distraeremos a los árabes usando artes y deportes’. De hecho, han hecho exactamente eso, y así es como llegamos a donde estamos hoy”.

¡Hábrase visto! Sólo que el eminente doctor citó mal a la obra de marras, pues es el “Protocolo XIII: Distracciones” de la burda invención zarista de principios del siglo XX la que dice algo así según una traducción del ruso original al español: “Muy pronto propondremos por medio de la prensa concursos de arte, de belleza, de deportes, de todo. Estas futilezas alejarán definitivamente los ánimos de ciertas cuestiones en las que nos sería molesto entrar en lucha con ellas”.

Eso sí, a lo mejor el señor comenzó con este sambombazo de información de esos malévolos sionistas, que ahora ya hasta roban las nubes a otros países, pero hizo una sana y constructiva crítica contra el conocido “síndrome del director técnico”, ese que pone a la gente a gritarle cosas a la pantalla de la televisión con corajes de miedo mientras el balón rueda en la cancha…pero, sí, ya se había tardado, este “síndrome” no es más que otra supuesta distracción sobre lo que ocurre en contra de los palestinos.

“Vemos los partidos durante horas. Nos interesan los jugadores. Nos enfocamos en la defensa. La gente desarrolla teorías: ‘¿Por qué no enviaron a este o a aquel jugador?’, ‘¿Qué tipo de entrenador es este?’. La gente desarrolla teorías tras teorías, mientras que la Mezquita Al-Aqsa está siendo contaminada y Gaza está siendo atacada, pero nadie está prestando atención. Queridos hermanos, la mayoría del derramamiento de sangre que sufrieron los árabes y los musulmanes ocurrió durante los torneos de la Copa del Mundo. En 2006 y 2010, la gente miraba los partidos mientras Israel bombardeaba Gaza”.

Pero aún hay más, como diría Raúl Velasco: no es que la selección de China sea tan mala que en su única participación en un Mundial, el de Corea-Japón 2002, su portería se haya engullido 2 goles de Costa Rica, 4 de Brasil y 2 de Turquía, sin anotar uno solo a favor; tampoco es que la selección de EE.UU. no sea la gran cosa por no haber calificado por 9 Mundiales consecutivos o que la selección de Trinidad y Tobago le cancelara en 2017 su boleto para Rusia; y menos que Israel, quizá igual o peor que China en este deporte, sólo haya podido ir al Mundial de 1970 y tener un desastroso papel, por cierto, en la primera de las tres contiendas mundialistas que ahora México tendrá la dicha de haber albergado. El Dr. Al-Malla tiene la explicación a todo esto, y no es el mal futbol que cosechan en la cancha desde tiempo inmemorial.

“Durante tres días he estado reflexionando cómo EE.UU. no se destaca en el fútbol. ¿Alguna vez han oído hablar de la clasificación de EE.UU. a los octavos o cuartos de final, o ganar la Copa del Mundo? ¿Ya sea EE. UU. o China? Esos países tienen una especialidad diferente. Parece que los países del mundo están divididos en diferentes especialidades. Los europeos se han tomado la molestia de distraer a los árabes, mientras que [EE.UU. y China] tienen otra responsabilidad. Todos los países han llegado a un acuerdo entre ellos. Por eso nunca verán a Israel, a EE.UU. ni a China en la Copa del Mundo”.

“China nunca se ha clasificado, y tampoco lo han hecho los EE.UU. Bueno, tal vez sólo una vez, pero fueron eliminados después de dos días. Tampoco gastan dinero en jugadores, aunque podrían comprar a los clubes del Real Madrid y Barcelona. El precio sería intrascendente para ellos. ¿Por qué no hacen eso? Pregúntense. La razón es que su responsabilidad está en otra parte: la venta de armas a los árabes”.

Pues así las cosas según el clérigo de Damasco, al que le fallaron algunos datos de almanaque futbolero. El gigante asiático, Trump y Netanyahu podrían comprar a Cristiano Ronaldo y a Messi para que sus representativos nacionales pudieran alzarse con la Copa de 18 quilates, pero no, prefieren hacer negocios en vez de sudar la camiseta, mientras Europa le aplica el ruin Protocolo XIII sionista en definición 4K a millones de fanáticos del gol.

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