Enlace Judío México.- Lo que me decìa mi madre.

DR NATALIO DAITCH

Mi madre Aida Karchmer de Daitch Z”L, ella siempre comentaba que sus padres le decìan, que cuando llegaba el mes de elul los judíos en ciertas partes de Europa temblaban, e incluso algunos se desmayaban, por el miedo al juicio que se avecinaba.Esta postura de aquellos judíos que vivían un judaísmo visceral es difícil de entender, incluso para muchos como el que escribe, que en su medida se considera un judío cercano y apegado a la Torá.

Elul de ayer y de hoy.

Dejando de lado y lamentablemente aquellas franjas de nuestro pueblo que viven alejados de la pràctica judìa diaria, asimilados o cuasi-asimilados. Para ese “otro resto” de judíos que tanto en las diásporas como en Israel se mantienen apegados a las mitzvot o mandamientos, hoy domina otra idea que se resume como elul “el mes de la oportunidad”, donde Hashem está especialmente receptivo a nuestras plegarias y a nuestro retorno. Como un Padre que abre sus brazos aguardando el retorno de sus hijos. Y es por este camino que aparecen las iniciales de elul como “ani le dodi, be dodi li”(yo soy para mi amado y mi amado es para mì), o como se afirma en la jasidut: “el Rey (D’os) sale al campo (se encuentra cercano).

Por amor ¿o por temor?.

No cabe duda que se necesita de ambas para movilizarnos. Por un lado no podemos dejarnos deprimir o paralizar por el miedo, pero al mismo tiempo tampoco podemos tomar elul como un mes “light” o liviano. Es decir, un mes más. Aunque tantas veces, y para tantos de nosotros es difícil encontrar el camino intermedio, que según lo expresado por los jajamim o sabios es el mas adecuado.

Tiempo de balance y reflexión. El final.

No cabe duda, y en estos días donde se dicen selijot, se pide disculpas, y se escucha el shofar, es el tiempo para el balance y la reflexión. La introspección, buscando en que fallamos y también en que podemos mejorar. Tanto en lo individual como en lo colectivo.

Para concluir, en lo global, insistiré en un tema que me obsesiona. El denominado holocausto blanco o silencioso. La asimilación, que en muchas comunidades del orbe hace estragos, con la diferencia respecto de la Shoá que son los propios judíos (por su propia voluntad o ignorancia o confusión) que suben a los vagones que conducen a los campos de exterminio y al crematorio de las almas judías .Ellos en su desamparo o vacío espiritual, y nosotros como meros observadores cómplices o complacientes, aunque no mas sea por omisión, y de esto se trata cuando tiempo atrás en una publicación Europea de los años veinte o treinta que se llamaba “Der id”(El judío), el escritor cuyo nombre no aparece se pregunta lo mismo: ¿existe de parte de los judíos observantes en alguna medida, algún grado de responsabilidad no mas sea indirecta, o por algo que se podría haber hecho y no se hizo, para intentar atraer a nuestros hermanos que se encuentran perdidos o alejados?.

Obvio que estas lineas intentar ser un modesto llamado de atención, si recordamos el Génesis cuando D’os pregunta a Caín: ¿Dónde esta tu hermano Abel?, y él contesta: ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?.

Es mi deseo, que este nuevo año traiga redención a todos los judíos, que no cabe duda nunca será individual y siempre se hará en forma colectiva. Como el minián o quorum de 10 personas que se requiere para el rezo colectivo y poder decir Kadish. Que el Todopoderoso nos rescate a todos los judíos sin excepción ni exclusión, y entonces y solo entonces, nuestra matriarca Raquel (como está citado en el profeta Jeremías), encontrará consuelo, y se secarán sus lágrimas. Solo entonces dejará de llorar (y se alegrará) por sus hijos que habrán retornado del exilio físico y espiritual hacia el monte de Sión (lo mas sagrado de lo sagrado) el centro de toda la tierra.

Buenos Aires. Argentina.