Enlace Judío México.- En memoria de la víctimas del genocidio nazi. Agosto de 2018.

ENRIQUE DE JESÚS ANAYA GONZÁLEZ.

Los sueños se esfumaron y las sonrisas también.

Los días de alegría y jugar en el parque se acabaron, ahora son largas y agónicas jornadas de trabajo.

Las alegres comidas en casa se convirtieron en horas de soledad y de intensa hambre.

Los abrazos y caricias familiares se transformaron en golpes hirientes e incomprensibles.

La confianza que se inundaba en la familia se cambio en el temor cotidiano al escuchar las vociferaciones germanas.

Los rostros de la familia y de los amigos se desdibujaban con el pasar del tiempo en los fríos muros de los campos de muerte.

En derredor las estridentes burlas de los torturadores contrastaban con el profundo silencio y la mirada baja de los no arios.

El más mínimo error en el cumplimiento de lo ordenado era motivo de brutales golpes aun sobre el niño con pijama de rayas.

La piel poco a poco se pegaba a los huesos, los ojos se hundían y la piel se transparentaba.

El pentagrama se quedó vacío sin las notas de los que transmiten lo intenso de la vida por medio de la música.

Y los versos desaparecieron de la pluma de los poetas.

No solo los cristales se rompieron, sino también los corazones, las esperanzas y los sueños.

Los ojos verde olivo de la amada no se verán más.

Tampoco la madre judía sentirá la tersa piel de su bebé.

La barbarie nazi como una horrenda pesadilla aparecía y en la humanidad muchos guardaron silencio.

 

 

 

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