Enlace Judío México.- La tormenta amenaza hundir el barco y acabar con la vida de la tripulación. Los marineros, en estado de pánico, entienden que no se trata de un evento climático anormal sino Divino. La intervención celestial también ha delatado a Yoná como único responsable de lo que está sucediendo. Los marineros quieren saber más y le preguntan a Yoná:” ¿Qué has hecho?”. Yoná confiesa su crimen: escapar del llamado Divino. Yoná también se da cuenta que, aunque ya no con palabras, sino a través de una tormenta, Hashem lo va seguir buscando (o acorralando) para que lleve a cabo su urgente misión: salvar la vida de los habitantes de Ninevé.

RAB YOSEF BITTON

¿QUÉ SIGNIFICA ESCAPAR DE DIOS?

Escapar de Dios significa escapar de lo que Él espera de mí. Veamos. Por lo general, y especialmente en nuestros privilegiados tiempos, Hashem nos concede una generosa lluvia de bendiciones, abundancia material, salud y talentos. Muchas veces no somos capaces de reconocer la “intervención Divina” en todo lo que tenemos. Hashem, puede entonces usar otros recursos. Un amigo envió a su hijo a estudiar a una universidad en el exterior. El padre le depositaba dinero todos los meses para que no le faltara nada. Pero el hijo “no acusaba recibo”; no tenía una palabra de apreciación o gratitud hacia su padre. Luego de un tiempo el padre dejó de mandarle dinero. Y entonces el hijo lo llamó: “Papá, ¿cómo estás? Hace mucho que no hablamos. Quería agradecerte por toda tu ayuda. No tengo palabras… Oh, ¡casi me olvidaba! ¿Es posible que este mes te hayas olvidado de depositar dinero en mi cuenta?”.

Los Sabios sugirieron que, al igual que este padre, Hashem puede retener Su bendición. Ya que es posible que como Yoná, lo único que nos despierte es una “tormenta”.

¿CÓMO ENFRENTAR UNA TORMENTA?

¿Qué hago cuando la generosa lluvia Divina se transforma en un chaparrón? Rabá dijo: אם רואה אדם שיסורין באין עליו יפשפש במעשיו . “Cuando uno percibe que está sufriendo, debe examinar su conducta”. Cuando ח“ו uno sufre una enfermedad, penurias económicas, u otro tipo de crisis—más allá de abocarse a buscar la solución práctica al problema y rezar por la asistencia Divina, uno tiene que examinar su acciones y sus metas. Y tal como en el caso de Yoná, tengo que reenfocarme en lo que Dios espera de mí.

DESCUBRIENDO MI MISION EN LA VIDA

¿Cómo aplicamos la experiencia de Yoná a nuestras vidas?

Los Yehudim tenemos 2 metas. En primer lugar, tengo una misión colectiva que es observar el Pacto que tenemos con Hashem, aprender y respetar Su Torá. Pero más allá de esta obligación también tengo una misión personal. Esa meta individual no es tan obvia como la primera.

Tengo que descubrirla buscando mis talentos especiales y las virtudes, innatas o adquiridas, que poseo y me destacan de los demás. Y cuando descubro mis talentos, descubro mi misión. Imaginemos que poseo una gran inteligencia, y la utilizo para brillar en videojuegos y en juegos de cartas. ¿No estaría así desperdiciando el talento que Dios me concedió? ¿No estaría, como Yoná, escapando de la responsabilidad que implica poseer una alta inteligencia? ¿No espera Dios de mí que yo use mi IQ para estudiar Torá, enseñarla, aconsejar a los demás o encontrar la cura al cáncer? Lo mismo sucede con un individuo a quien Hashem bendijo con dinero o con una profunda empatía o con elocuencia. Todos estos recursos y talentos deben ser encauzados para lograr aquello que Dios quiere de mí.

Ignorar mis talentos es ignorar mi potencial y escapar como Yoná, de lo que Hashem espera de mí.

 

Continuará…

 

 

Fuente:halajá.org