Enlace Judío México e Israel – Cuando David Ben Gurión regresó a Palestina iniciaron los años de mayor trabajo. En 1920 fundó la Histadrut, la confederación sindical de trabajadores hebreos de Israel, que en poco tiempo se convirtió en una poderosa corporación económica dueña de fábricas, comunidades agrícolas, servicios de salud y hasta su propio banco, el banco Hapoalim.

En ese mismo año, David presenció la colocación de la primer piedra de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en la cual estuvo presente el mismísimo Albert Einstein.

En 1930 formó el Mapai, partido unido de los trabajadores y posteriormente David Ben Gurión se convirtó en Presidente de la Sojnut, la agencia judía que se encargaba de gobernar todo lo referente a la población judía en Palestina.

Las instituciones judías surgían en la región con gran rapidez, y si bien es cierto que Israel logró su independencia hasta 1948 fue desde principios del siglo XX que un Estado judío ya estaba en pie. Con instituciones, autoridades, leyes, población, industria, sistemas bancarios, y toda la infraestructura que un país debía tener.

David Ben Gurión fue el más importante arquitecto de todos aquellos proyectos, había un objetivo y había motivación, había un país que se encontraba en proceso de construcción, un país que, en gran medida, fue logrado por su sabio liderazgo.

Pero el proyecto sionista no fue aceptado por todos, los palestinos árabes no tardaron en demostrar su inconformidad y la violencia se comenzó a desbordar. En 1936 la revuelta árabe se desató. Incitados por el Mufti de Jerusalén Al Husayni, los palestinos árabes se sentían invadidos, mientras que los palestinos judíos se aferraban a lograr su hogar nacional, el hogar que los británicos les habían prometido 20 años atrás.

Cada pueblo tenía sus exigencias y argumentos, y ante ello una comisión británica encabezada por Lord Earl Peel determinó que la mejor solución ante el conflicto era la creación de dos Estados: uno árabe y uno judío. Como líder del lado judío Ben Gurión aceptó la oferta, es cierto que se trataba de un pedazo demasiado pequeño de tierra, tan sólo el 20% de la Israel histórica, pero también era cierto que un país que permitiera la libre migración de judíos era algo urgente y desesperadamente necesario, sobre todo en aquellos tiempos en los que los judíos de Europa eran cada vez más amenazados.

Aquella revuelta árabe iniciada en 1936 tuvo una duración de 3 años, y cuando ésta terminó la situación para los judíos no mejoró. Los británicos decidieron emitir los emblemáticos libros blancos, documentos que limitaban la inmigración de judíos a Palestina, ésta, es, quizá, la coincidencia más trágica en la historia judía, pues se prohibió la entrada de judíos a Palestina en esos precisos años, en los que urgía un refugio para escapar de lo que más tarde se conocería como el Holocausto.

Los judíos europeos comenzaron a ser deportados y asesinados mientras que los británicos les imposibilitaron salvar sus vidas cerrándoles el paso a Palestina. Los desafíos se duplicaron, la existencia de un país judío dejó de ser una ideología nacionalista para convertirse en algo desesperadamente necesario.

Ante el monstruoso escenario David Ben Gurión dijo: “Lucharemos contra Hitler como si no hubieran libros blancos y lucharemos contra los libros blancos como si no existiera Hitler”.

Finalmente y con resultados desastrosos la Segunda Guerra Mundial terminó, un tercio de la población judía de Europa fue asesinada. Tan despiadado fue el asesino como todo el testigo que permaneció indiferente ante dicho genocidio. Si Inglaterra no hubiera cerrado las puertas de Palestina a la población judía europea se hubieran salvado seis millones de judíos, se hubieran salvado un millón y medio de niños.

Después de la guerra el caos en Palestina continuaba. Judíos radicales decidieron que la violencia sería el medio para obtener los objetivos, mientras David Ben Gurion insistía en que la diplomacia era el único camino. Finalmente, El Reino Unido decidió transferir el complicado tema a las Naciones Unidas, organismo que después de una votación, decidió dividir el territorio de Palestina en dos. Seis meses después de aquella votación se proclamó la independencia del Estado de Israel. La carta de independencia fue leída por el único portavoz, la voz que materializó tan histórico evento fue, nada más y nada menos, que la de David Ben Gurión.

Pero el festejo duró poco, pues 5 países árabes vecinos atacaron simultáneamente para desaparecer al recién nacido Estado judío. En medio de una guerra en curso, se llevaron a cabo las elecciones en el Estado de Israel, en las cuales David Ben Gurión salió electo como Primer Ministro, y Ministro de Defensa del Estado de Israel, desde ese cargo se mantuvo al frente, siempre firme, siempre valiente. Insistió en unir a todos los grupos combatientes judíos bajo un sólo cuerpo militar, pues tenía claro que sólo un ejército unido podría enfrentar a 5 países enemigos. La guerra terminó en marzo de 1949, el Estado de Israel logró sobrevivir, pero el futuro no sería fácil, pues nuevos retos estaban por venir.