Enlace Judío México e Israel.- Queridos amigos, el Medio Oriente da para mucho, al punto que ya nada debería de sorprendernos. Sabemos que desde que Israel optó por dejarle a los palestinos resolver sus problemas, retirándose unilateralmente de la Franja de Gaza, a objeto que iniciaran en dicho enclave la base de lo que habría de ser un futuro Estado palestino, la pugna entre los “líderes” árabe-palestinos, se inició o tomó una fuerza imposible de imaginar.

EDUARDO HADJES PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Lo primero que hizo la Autoridad Nacional Palestina (ANP), supuesta organización líder de dicho conglomerado, fue destruir todo lo dejado por Israel, que debió ser la base económica para su prosperidad, ya que no podían permitir que algo “sionista” trajera bienestar a su propio pueblo. Se efectúan elecciones y resulta, para sorpresa de la OLP, Al Fatah, ANP y sus dirigentes, que Hamás los derrota estrepitosamente.

Dentro de los conceptos de libertad y democracia que caracteriza a la dirigencia palestina, el triunfo electoral se extendía al derecho a la vida de sus contrincantes. Es gracias a la intervención israelí que adeptos de Mahmoud Abbas logren sobrevivir al poder huir desde la Franja a Cisjordania, previo a la matanza de cientos de palestinos de la OLP, a manos de palestinos de Hamás.

Son innumerables las veces que ambas fracciones han entrado en conversaciones en busca de la paz entre ellos, para llegar a ser un solo grupo en busca de su identidad. La voracidad y ambición de liderazgo de ambas partes ha impedido que dicha aspiración se concrete. El odio entre ellos ha sido incluso más gravitante que los anhelos de ambos, de destruir Israel, haciéndolo desaparecer.

Sería interminable el tratar de describir cada uno de estos intentos de unificación y la ridiculez de los obstáculos que han interferido, pero nada de ello se puede comparar con lo que acontece en la actualidad.

Como ya ha sucedido otras veces, tenemos varios “en primer lugar”:

Abbas se opone terminantemente a que Hamás converse con Israel para evitar una nueva confrontación entre ambos.

Netanyahu ya advirtió a los dirigentes de Hamás que sus múltiples y casi diarios ataques a Israel, desde la Franja de Gaza, han alcanzado tal peligrosidad para la seguridad y vida de su población, que si no se suspenden rápidamente, el ejército deberá intervenir y en esta oportunidad, el golpe será “nunca antes visto”.

Miles de hectáreas han sido quemadas a causa de los globos incendiarios que permanentemente palestinos están enviando al sur de Israel. Cada viernes, miles de palestinos son azuzados y, en algunas oportunidades, obligados a concurrir hasta la frontera, donde realizan protestas “pacíficas” incendiando cientos de neumáticos, lanzando bombas Molotov, piedras y, en reiteradas oportunidades, granadas y disparos, por parte de terroristas palestinos, camuflados entre medio de civiles.

Estas movilizaciones ya han causado cerca de 200 muertos palestinos, ya que en reiteradas oportunidades el ejército israelí se ve obligado a actuar, ya que la seguridad y vida de sus ciudadanos así lo requiere. La paciencia tiene un límite y, en su inconciencia, Hamás la ha rebasado en reiteradas oportunidades.

Actuando de intermediarios Egipto y la ONU, Israel y Hamás se han acercado a un acuerdo para detener, aunque sea por un tiempo no determinado, esta hostilidad. Los palestinos saben que ya no pueden continuar profitando de la tolerancia israelí. Por eso, Hamás quiere llegar a un acuerdo, mientras Abbas se opone terminantemente a ello.

Para lograr su objetivo, la ANP ha cortado el envío de fondos provenientes de impuestos recaudados por Israel y de donaciones de organizaciones internacionales, la UE y naciones que voluntariamente concurren con su aporte, tratando de hacer de la vida de los palestinos algo menos miserable.

Esto, Abbas no lo puede permitir.

El Presidente vitalicio de la ANP necesita que los palestinos de la Franja tengan el máximo de desgracias en su diario vivir, incluida la muerte de decenas o cientos de palestinos. Si se pudiera llegar a miles, mayor alegría para Abbas. Felizmente para los palestinos, Israel hace todo lo humanamente posible porque las víctimas fatales sean lo más limitado que se pueda.

En las últimas negociaciones entre Hamás y la ANP, Abbas exige la rendición total de los primeros, incluido la entrega de sus armas. Éstos, quieren que Abbas los financie, se preocupe de lo administrativo y de los problemas económicos y de abastecimiento, pero sin renunciar a su poder militar, lo cual no están dispuestos a entregar.

Como se ve, ambas posiciones son irreconciliables y el sufrimiento de la población, con su hambre, muertes y falta de expectativas, a ninguno de sus líderes le importa. Creo que en sólo dos cosas están de acuerdo. Una es destruir a Israel y la otra, la vida de su pueblo les es absolutamente secundario y, mientras más desastrosa sea, mayor tiempo podrán seguir profitando del poder.

Como consecuencia del bloqueo económico que ha impuesto Hamás, los gazatíes están sufriendo la carencia de remedios, alimentos, agua, luz y combustibles. Se da el absurdo de que Qatar ha donado a Hamás el financiamiento de petróleo para aumentar de 4 a 8 horas diarias de electricidad.

Para lograr esto recurrió a Israel, que provee y transporta el combustible hasta la Franja, lo que provocó el enojo de Abbas, el cual endureció aún más su bloqueo económico. En esta oportunidad, ni Hamás se atrevió a culpar a Israel.

Ante tal barbarie, como de costumbre, el mundo permanece indiferente. Ante su nueva afición de culparse el uno al otro, los palestinos no trepidan en hacer todo lo que les sea posible para perjudicarse mutuamente. Hamás acusa a la OLP de estar colaborando con EE.UU. e Israel. Abbas dice lo mismo de Hamás. Los dos incitan a sus ciudadanos que sigan entregando la vida de sus hijos, no en aras de una mejor vida para ellos, sino que en busca de logros personales de sus caudillos, los cuales, aparentemente, están enfrascados en demostrar cuales son más crueles y corruptos.

Ambos esperan que Israel pierda la paciencia y actúe para detener la quema indiscriminada de sus campos, el asesinato de sus civiles y el permanente despliegue de sus jóvenes soldados movilizados y, una vez entrados en acción, el mundo y sus organismos internacionales a la cabeza, condenen a Israel, por no permitir lo que ellos por ningún motivo tolerarían en sus propios territorios.

Mientras la Franja de Gaza se hunde cada día un poco más en la miseria y la desesperanza, Cisjordania va mejorando su calidad de vida, gracias a los israelíes que siguen instalando industrias en sus territorios, pese a la intensa campaña del propio Abbas por lograr que cada día más países adhieran al boicot que, en definitiva, perjudica más a los palestinos que a los israelíes.

Felizmente, creo que logré abarcar en un sólo punto….lo más importante.


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