Enlace Judío México e Israel.- Para que el mundo se emancipe del antisemitismo, las religiones y movimientos políticos tendrán que aceptar la libertad de conciencia individual y el pluralismo cultural, los cuales son esenciales si el universalismo y el particularismo van a coexistir. Que el universalismo y el particularismo pueden, de hecho, coexistir y prosperar juntos es demostrado por 3,000 años de historia judía. Cuando el mundo finalmente entiende los méritos de adoptar los valores universales sin arrojar la identidad étnica, los judíos y el judaísmo serán entendidos y aceptados en forma genuina.

RAFAEL CASTRO

El antisemitismo es el odio más antiguo del mundo. Este odio ha sido justificado bajo fundamentos religiosos, económicos, políticos y sociales. No obstante es una teoría filosófica convincente del antisemitismo. Esta teoría debe explicar la persistencia y ubicuidad del antisemitismo a través de las épocas.

¿Por qué doctrinas y religiones tan diversas como el helenismo, la cristiandad, el Islam, el nacionalismo, el comunismo, y la interseccionalidad han atacado a los judíos? Una explicación prima facie es que el judaísmo, como una ideología distinta, invita a la hostilidad de puntos de vista mundiales alternativos. Esta tesis no explica por qué el judaísmo, el cual se espanta del expansionismo, no busca prosélitos, es visto como una doctrina amenazante. La tesis tampoco cuenta para la escasez de antisemitismo en sistemas de creencias tan diversos como el hinduismo, la religión drusa, el zoroastrismo, el conservadurismo contemporáneo, y la democracia liberal.

A fin de entender filosóficamente la hostilidad hacia el judaísmo, es útil colocar las ideologías en un espectro abarcando desde lo absolutamente universalista a lo enteramente particularista. Ideologías universalistas tales como el helenismo, la cristiandad, el Islam, y el comunismo han atacado históricamente a los judíos y al judaísmo. La supervivencia de una identidad judía particularista hace una burla de las afirmaciones de ellas de superioridad ideológica y verdad universal. En el otro extremo del espectro, el nacionalismo y nativismo son ideologías particularistas que resienten del cosmopolitanismo que encarnan los judíos.

La interseccionalidad ilustra cómo etiquetas convencionales como la izquierda y derecha ocultan la naturaleza ideológica del antisemitismo. En teoría, la interseccionalidad defiende valores universalistas estimados para los judíos, tal como la justicia social y la igualdad. En la práctica, su foco exclusivo en los intereses de las “minorías oprimidas” lo hace un movimiento particularista. Los activistas de la interseccionalidad ven los logros socioeconómicos judíos y el Sionismo como hostiles a los intereses particularistas que ellos afirman representar, aunque los judíos han sido invariablemente una minoría oprimida a lo largo de la mayoría de su historia.

Por el otro lado, la democracia liberal, el conservadurismo contemporáneo, el hinduismo, el zoroastrismo, y la religión drusa son doctrinas que se reconcilian con el judaísmo. La democracia liberal, como el judaísmo, mezcla elementos del particularismo y del universalismo: Integra los intereses particularistas dentro de un sistema político pluralista que sirve a los valores universales. El conservadurismo contemporáneo es también filo-semita porque equilibra universalismo y particularismo. Los conservadores valoran la laboriosidad de las comunidades judías y respetan la distinción religiosa judía. El hinduismo, zoroastrismo, y la religión drusa aceptan al judaísmo porque ellos mismos son credos particularistas.

Es importante notar que los credos particularistas tales como el hinduismo, zoroastrismo, y la religión drusa son amigables hacia el judaísmo mientras que las doctrinas políticas particularistas no lo son. Los credos particularistas no son molestados por las creencias religiosas diferentes ya que no buscan prosélitos. Las doctrinas políticas particularistas, por el otro lado, demandan sumisión colectiva a sus normas y valores. Debido a que los judíos suscriben a leyes y creencias religiosas separadas, han sido vistos como una amenaza para la armonía social desde la época de los faraones.

Un movimiento nacional no abrazó el antisemitismo, incluso durante muchas décadas. El movimiento de unificación italiano del siglo XIX, o Risorgimento, fue amistoso hacia los judíos y el judaísmo. Esto fue en parte porque los judíos italianos eran sólo una pequeña minoría, y en parte porque los patriotas italianos consideraban a los judíos aliados naturales contra una Iglesia Católica hostil hacia la unificación italiana. Pero incluso los nacionalistas italianos se volvieron finalmente contra sus pares italianos. En 1938, el régimen fascista de Mussolini presentó legislación antisemita que culminó en la deportación de miles de judíos italianos a Auschwitz.

Estos acontecimientos ilustran por qué tanto el universalismo político y religioso y el particularismo político amenazan a los judíos y al judaísmo. Las comunidades judías deben evitar apoyar a movimientos políticos y religiosos que esposan objetivos universalistas mientras defienden doctrinas políticas particularistas.

A veces deben tomarse elecciones difíciles. ¿Deben las comunidades judías apoyar a políticos progresistas que fortalecen ideologías anti-judías en el nombre de la tolerancia y diversidad religiosa, o deben aplaudir a nacionalistas que critican el multiculturalismo y el relativismo cultural?

El mejor curso de acción nunca es claro. En estos casos, las comunidades judías estarían bien asesoradas en respaldar la diversidad edificada sobre valores en común. El multiculturalismo dentro del marco de un pacto que compromete a todas las comunidades con principios en común es inteligente. Esta estrategia ha sido recomendada por el Rabino Lord Jonathan Sacks, el ex Gran Rabino del Reino Unido.

No es casualidad que el antisemitismo sea el odio más antiguo y resiliente del mundo. Sin proponérselo, los judíos y el judaísmo desafían a doctrinas poderosas. Debido a que las doctrinas políticas raramente equilibran universalismo y particularismo y debido a que las principales religiones del mundo son universalistas, los judíos han soportado odio durante el curso del milenio.

El siglo XX fue testigo de la derrota de doctrinas virulentamente particularistas y universalistas como el nazismo y el comunismo. Desde la década de 1960, el catolicismo y el protestantismo convencional han atenuado radicalmente sus ambiciones universalistas. Estos acontecimientos han contribuido a una disminución significativa del antisemitismo en todo el mundo y auguran bien para el futuro.

En el siglo XXI, las amenazas principales para los judíos y el judaísmo se originan a partir del islamismo – una doctrina agresivamente universalista – y a partir de los movimientos nacionalistas agresivos. Los políticos izquierdistas que abrazan la interseccionalidad también presentan una amenaza. Pero, su incapacidad para resolver los problemas del mundo real probablemente hará que estas ideologías pierdan fuerza en las próximas décadas.

Para que el mundo se emancipe del antisemitismo, las religiones y movimientos políticos tendrán que aceptar la libertad individual de conciencia y pluralismo cultural, los que son esenciales si el universalismo y el particularismo van a coexistir. Que el universalismo y particularismo pueden, de hecho, coexistir y prosperar juntos es demostrado por 3,000 años de historia judía. Cuando el mundo finalmente entiende los méritos de abrazar los valores universales sin arrojar la identidad étnica, los judíos y el judaísmo serán entendidos genuinamente y aceptados universalmente.

 

 

*Rafael Castro es un analista político educado en Yale y la Universidad Hebrea radicado en Berlín.

 

 

Fuente: The Begin-Sadat Center for Strategic Studies
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.