Eduardo Huerta para Enlace Judío México e Israel- El  domingo 2 de diciembre, la Comunidad Hebrea de Guadalajara  invitó a representantes de varias instituciones religiosas de la ciudad al Ex Convento del Carmen, para compartir “Luces por la paz”.

Católicos, evangélicos, musulmanes, integrantes del movimiento Hare Krishna entre otros ofrecieron mensajes alusivos  a la convivencia armoniosa entre los pueblos; así mismo, las palomas de papel llevaron en sus alas los deseos de paz.

El rabino de la comunidad hebrea de Guadalajara, Gustavo Geier, explicó:

“La historia que da origen a esta festividad no es de origen bíblico. De hecho, la encontramos en Macabeos I y II, libros apócrifos que no entraron al canon bíblico judío o Tanaj. La prescripción de la celebración de la festividad se encuentra en el Talmud, libro del cual se extrae la Halajá (ley judía)

La historia data del año 167 A.E.C. cuándo, luego de 2 años de ocupación del territorio de Judea por parte de los sirios helenistas, y con parte del pueblo judío helenizado, Antioco IV subió la apuesta en su conquista y profanó el gran templo de Jerusalem y los altares menores de las poblaciones alrededor. Al ingresar soldados a la aldea de Modiin, para cumplir con la orden de su mandatario, el sacerdote local, Matitiahu, de la familia de los Hasmoneos, impidió la profanación, y de esta manera comenzó la revuelta con los opresores.

Matitiahu y sus 5 hijos enfrentaron el poderío sirio, en una guerra de guerrillas a la cual se fue sumando el pueblo que iba comprendiendo que el camino que habían elegido no era el correcto a los ojos del Creador.

En Janucá se celebra el “milagro”, que en realidad fue más de uno. El milagro de un grupo de campesinos que, enfrentando a un ejército organizado, y ante la alternativa de vencer o terminar en la destrucción total del pueblo, tradiciones y modus vivendi, logran vencer.

El milagro de los pocos que se unen frente a los muchos, y logran triunfar. El milagro de un pueblo dividido ante la adversidad, se une y cambia el destino.

Finalmente, el milagro que recordamos es que, al recuperar el templo, ingresaron y sólo encontraron una vasija con el aceite consagrado que contenía lo suficiente para iluminar durante solo un día.

Sin embargo, el aceite duró ocho días. lo necesario para preparar más aceite y que estuviera consagrado y seguir manteniendo la llama del templo.

El mensaje de esa luz es que la Comunidad Hebrea de Guadalajara vuelve a convocar a toda la comunidad tapatía a compartir luces por la paz.

La diversidad de la convocatoria a representantes de los diversos credos y confesiones que integran nuestra sociedad, hacen de este evento una apuesta conjunta a la convivencia, la apertura y la aceptación de las diferencias que hay, que lejos de separar, enriquecen este mundo, que intentamos mejorar cada día.

Que sea este un nuevo intento y no el último de hermanarnos por la construcción de ese mundo mejor que todos queremos, para nosotros, y para las congregaciones futuras”.

De la misma manera,  los representantes de las diferentes agrupaciones religiosas pasaron a encender una Janukiá.

Entre aplausos y un hermoso coro finalizó el evento, llenando a todos de la alegría de Janucá y de la paz por la cual se nombró el evento.