Enlace Judío México / Rab. Shlomo Katz – En la perashá de esta semana (porción de Torá que se lee semanalmente) empieza el largo exilio que vivieron los Hijos de Israel en Egipto. Al inicio de la lectura Yosef revela su verdadera identidad a sus hermanos y les ordena “Cuenten a mi padre de mi gloria en Egipto y todo lo que han visto” (45:13) ¿A qué se refería Yosef? Una vez que sus hermanos le hubieran hablaron a Jacobo sobre la gloria de Yosef en Egipto, ¿qué más quedaba por decir? [¿qué más vieron los hermanos?] Rab. Moshe Gruenwald z’’l (1853 -1911 rabino de Khust, Hungría) explica:

La Guemará (Meguilá 29a) nos enseña que cada vez que el pueblo judío fue exiliado, la Shejiná (la Presencia Divina) fue con ellos. Rab. Gruenwald nos dice: Incluso cuando Yosef bajo solo a Egipto, la Shejiná fue con él, como leemos “D-os estuvo con Yosef” (Genésis 39:2). Cuando Yosef se reveló a sus hermanos vieron la Shejiná con él y entendieron que el exilio estaba por empezar. Lo que Yosef le pidió a sus hermanos fue “Díganle a mi padre de mi gloria y díganle que vieron la Shejiná en Egipto.”

Con esto en mente podemos entender mejor el mensaje que dio Yosef a su padre (45:9) “Baja hacia mí; no permanezcas inmóvil”. Jacobo sin dudas tenía miedo que moverse a una tierra de impurezas como Egipto representaría el final de su crecimiento espiritual. Aun así los hombres tienen prohibido detener su crecimiento, como nuestros Sabios enseñan “A los ángeles se les llama ‘aquellos que permanecen inmóviles’ a los hombres se les llama ‘aquellos que caminan’.” Los ángeles ya son perfectos; no pueden crecer. El hombre en cambio, es estático. “No tengas miedo” le dijo Yosef con su mensaje a Jacobo. “La Shejiná está aquí, así que no permanecerás inmóvil si vienes.”

Ello también explica porque Jacobo se sintió confortado cuando vio los vagones; el regalo que Yosef había mandado (ver verso 27). Más adelante, vagones serían usados por los levitas para transportar el Tabernáculo, la casa de D-os, a través del desierto. Los vagones que Yosef envió simbolizan el hecho de que D-os acompaña a Su pueblo en el exilio (Agurat Ha’bosem).