Enlace Judío México / Rab. Shlomo Katz – Rab. Chaim Shmuelevitz z”l (rosh yeshiva de Mir en Shangay y Jerusalén) escribe: Una persona que no valora la dicha de su propia vida, puede ultimadamente acortar el tiempo que le queda. En esta misma línea comentaristas antiguos nos dicen que Jacobo vivió 33 años menos que su padre Isaac, comparan ese tiempo con las 33 palabras hebreas que intercambió con el faraón (Genésis 47:8-9).

“El faraón dijo a Jacobo, ‘¿Cuántos son los días y años de tu vida?’ Jacobo contestó al faraón: ‘Los días y los años de mi travesía han sido ciento y treinta años. Pocos y malos han sido los días y los años de mi vida, y aún no alcanzan la vida de mis antepasados en su tiempo de travesía’.” Porque Jacobo se quejó de la calidad de su vida, su tiempo fue reducido.

Rab. Shmuelevitz destaca que dicha aseveración requiere de una explicación más extensa. ¿Por qué fue Jacabo castigado gracias a las palabras del faraón?, sin las cuales no se alcanza la cuenta de 33 palabras. La respuesta es que Jacobo no fue castigado por las palabras mismas; en cambio las 33 palabras son una pista para nosotros de por qué su vida fue acortada. ¿Por qué preguntó el faraón por su edad?, es una pregunta demasiado directa para hacerla a un desconocido. La respuesta es que Jacobo parecía ser bastante longevo frente a los ojos del faraón. Su apariencia reflejaba la angustia que había vivido a lo largo de su vida y no cumplía con los estándares de bitajon (confianza en D-os) que una persona de ese calibre espiritual debía tener. Dado que Jacabo tuvo la responsabilidad de esa pregunta, la misma se encuentra dentro de las 33 palabras que la Torá usa para darnos esta lección. (Sijot Musar 5731 No.3)