Enlace Judío México e Israel – El modelo de donantes en Gaza es ineficaz, ya que los países sólo pueden proporcionar fondos y casi no tienen ninguna responsabilidad sobre el uso efectivo de lo que aportan. Sin embargo, un modelo de inversión fomentará una mayor participación y un mayor interés en la estabilidad.

ROÍ KIBRIK

La situación en Gaza es terrible. En realidad, peor que eso. A los habitantes de Gaza se les ha privado de electricidad, agua, empleos y salarios; fueron despojados de su autoestima y autoridad paterna, y algunos gazatíes dicen que también les han quitado la esperanza de un futuro mejor. La crisis humanitaria ya está aquí: dos millones de personas que se ahogan en la desesperación existencial están al borde de la explosión.

A pesar de la metáfora conveniente, Gaza no es una olla de presión de la que se puede levantar la la tapa o utilizar una válvula para disminuir la presión. La explosiva situación en Gaza no se puede resolver sólo abriendo y cerrando el cruce fronterizo de Erez, o ampliando el área de pesca a nueve millas náuticas.

Tal vez muchos quisieran que Gaza desaparezca, que se hunda en las profundidades del olvido. A nadie parece gustarle Gaza, nadie quiere el territorio. El propio primer ministro Netanyahu dijo recientemente que si Gaza pudiera ser entregada a cualquiera, podría haber apoyado su reocupación. Se rumorea que los gazatíes afirman que incluso Dios no quiere a Gaza.

Pero Gaza está aquí para quedarse. Y por mucho que se le aísle, se encuentra nuevamente en el centro de la política regional. Gaza es una cuestión regional y dado que cualquier choque en el enclave costero podría prender a toda la región, muchos actores regionales se encuentran involucrados en el área, cada uno por sus propios intereses y consideraciones, no por amor, sino por su propia preocupación.

Los principales protagonistas de este drama son Hamás, la Autoridad Palestina, Israel y Egipto, que tienen distintos y a veces conflictivos intereses en Gaza. Esta situación plantea dificultades para hacer frente a la crisis humanitaria y lograr la estabilidad y la seguridad.

Aparentemente, no hay mucho que esperar de otros actores extranjeros involucrados en Gaza. Todos ellos (Turquía, Catar, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, la ONU, la Unión Europea y Estados Unidos) la utilizan para promover intereses nacionales y regionales. Erdoğan usa la situación en Gaza para provocar a Israel y obtener ganancias políticas en casa mientras se posiciona como un líder importante en el mundo musulmán. Catar utiliza su apoyo a Gaza para obtener ventajas en el Golfo y posicionarse en la región. La situación en Gaza puede importarle a la Unión Europea y las agencias de la ONU, pero no tienen el poder político para cambiar la realidad (afortunadamente, recientemente la ONU pudo actuar como mediador eficaz junto con Egipto y ayudar a evitar otra ronda de violencia).

Sin embargo, aunque realmente Gaza no les importe, el hecho de que el área se haya convertido en una moneda pública-política utilizable, es quizás su mayor fuente de poder político. Los intereses creados que los jugadores extranjeros tienen en el enclave costero pueden ser un buen punto de partida para cambiar la realidad. El principal desafío, por lo tanto, es movilizar a estos actores para promover su interés en Gaza y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Una de las medidas que se deben adoptar es pasar de un modelo de donantes a un modelo de inversión. El modelo de donantes, como el Comité de Especial de Enlace que se reúne cada año desde 1993 para discutir la rehabilitación de Gaza luego de otra ronda de enfrentamientos, le brinda fondos a Gaza, mientras que los donantes casi no tienen ninguna responsabilidad sobre el uso efectivo de lo que aportan. Por otro lado, un mecanismo de inversión requiere que los inversionistas administren sus fondos. El modelo de inversión fomenta una mayor participación y un mayor interés en la estabilidad, y crea condiciones favorables para respaldar cada inversión.

No es una solución mágica, sólo otra importante herramienta. Mientras más jugadores inviertan en Gaza, mayores serán las posibilidades de que no se hunda.

El Dr. Roí Kibrik es Director de Investigación en Mitvim – El Instituto Israelí de Políticas Exteriores Regionales.

Fuente: Ynet / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico

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