Enlace Judío México.- Una y otra vez me topo con la misma historia alrededor del mundo: “Nunca he tomado clases de español. No he tenido el gusto de conocer a un profesor(a) de castellano. El idioma lo he aprendido sola viendo telenovelas latinoamericanas”.

ANDRÉS ROEMER

Desde los años 1990 llegaron las primeras telenovelas en su versión original y subtituladas en rumano a las televisoras de dicho país. Hoy, miles de personas —sobre todo mujeres— del país balcánico han aprendido a expresarse en una lengua ajena.

En palabras del exdirector de la Real Academia Española, Gregorio Salvador: “Las telenovelas pueden hacer más por el idioma castellano que, por ejemplo, una reunión de académicos”. (BBC, Mundo 9, 11-2010).

La lección es clara: No es el “quién” lo enseña, sino el “cómo” y “para qué” se enseña, lo que hace un sistema de aprendizaje exitoso.

Aprender fuera de nuestra costumbre un nuevo idioma es una lección; aprender nuevas tecnologías, otra. El caso de Sugata Mitra es paradigmático, quien en el año de 1999 colocó una computadora en un hueco de una pared callejera en un barrio muy pobre en Kalkaji, Nueva Delhi, y los niños al tener libre acceso a utilizarla, aprendieron de la nueva tecnología. Hoy esos niños manejan equipos de cómputo sin profesores, sin instrucciones, sin manuales, sin ningún entrenamiento formal en la materia. El experimento —conocido como Educación Mínimamente Invasiva (EMI)— probó, por lo menos, tres lecciones: 1) Los niños aprenden bajo el sistema de auto-organización con mucha facilidad. 2) Lo trascendente para aprender no conlleva memorizar ni tener acceso a un profesor con todas las respuestas, sino un facilitador que induzca un ambiente que provoque preguntas retadoras y que estimule las mentes curiosas de sus alumnos para aprender a aprender. 3) Los niños terminan aprendiendo más de sus colegas y pares debido a la necesidad de pertenencia que de sus padres y maestros. Desde entonces el método EMI ha sido probado en 23 espacios en la India rural y en 105 países en el mundo entero.

La pregunta relevante es: ¿qué sucede si las escuelas tradicionales, como hoy las conocemos, aniquilan la creatividad?

Sir Ken Robinson, experto en la materia, nos comparte que el actual sistema educativo se ha sustentado en las necesidades de industrialización y capacitación para el trabajo en serie del Siglo XIX. Hoy sabemos del cerebro humano y de los métodos de aprendizaje lo jamás imaginado; y lamentablemente, seguimos patrones educativos arcaicos.

Yo celebro las propuestas disruptivas de Esteban Moctezuma. Las probadas por Sugata Mitra, por Sir Ken Robinson y hasta por las televisoras rumanas que provocan nuevas concepciones del mundo.

No estaría mal comenzar por sumar esfuerzos en sectores públicos, privados y redes sociales para lograr una programación televisiva y de redes mediáticas que, como en Rumania, tenga un enfoque bilingüe prioritariamente infantil.

Ya no se trata de una idea al aire o un experimento arbitrario. Por muy extraño que parezca, resulta que Bob Esponja también puede ser un buen maestro de inglés.

Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO

Fuente: El Universal