Enlace Judío México – Este año es un año muy especial para el ciclo de tiempo judío. Porque es un año bisiesto, en vez de tener 12 meses como el resto de los años tiene 13 meses. Al igual que en el calendario gregoriano en el calendario judío cada cierto tiempo es necesario agregar días para que el ciclo de los meses siga coincidiendo con las estaciones de la Tierra y el Sol. La diferencia es que en lugar de agregarse un solo día como hacemos en el año bisiesto gregoriano, los judíos duplicamos un mes para no altear el ciclo que lleva la luna y la influencia espiritual que cada mes tiene sobre nosotros. El mes que se duplica se llama Adar y es el mes de la alegría. Por eso este año es especialmente alegre. Porque baja sobre el mundo doble alegría. El siguiente artículo de Rab. Yehuda Prero nos habla de ello.

Rab. Yehuda Prero. Un mes de alegría

La Guemara (Taanit 29a) nos dice que “Así como al entrar el mes de Av reducimos nuestra alegría, también cuando el mes de Adar entra, aumentamos nuestra alegría.”

El Ksav Sofer explica la conexión y comparación que hace la Guemará entre estos dos meses. En el mes de Av, nuestros dos templos sagrados fueron destruidos; la nación de Israel fue exiliada y muchas tragedias terribles para los judíos ocurrieron en ese mes. Por esa razón Av es siempre un mes de tristeza. Incluso en tiempos en que los judíos no sufren opresión y pueden practicar libremente su religión sin ninguna dificultad, el mes de Av permanece como un mes de tristeza. En Av disminuimos nuestra felicidad no porque lamentemos nuestro estado físico en el exilio. Disminuimos nuestra felicidad porque reconocemos el dolor y el sufrimiento que nuestra alma tiene al vivir en el Exilio.

En Adar en cambio, la nación de Israel fue salvada del aniquilamiento, los judíos que vivían en los confines del imperio persa estaban por enfrentar una muerte segura. A través de un cambio de eventos milagroso, esa amenaza terminó y los judíos fueron salvados. Hubo celebraciones en todos lados y los judíos de esa época reiniciaron su compromiso con los mandatos de la Torá. Fue un tiempo de extrema felicidad. Durante el mes de Adar, no nos regocijamos porque hayamos sido salvados de una muerte física; nos regocijamos porque vivimos un tipo de redención: los judíos recibieron una amenaza de muerte como castigo por sus pecados, y al arrepentirse fueron salvados. Los judíos no sólo se arrepintieron de sus pecados, incrementaron su compromiso con D-os y la Torá a niveles superiores. Es gracias a dicha redención espiritual que celebramos todo el mes de Adar. Así como en Av hacemos luto por nuestra pérdida espiritual, celebramos en Adar por nuestra ganancia espiritual.

El Jasam Sofer señala que la ley “Cuando Av entra disminuimos nuestra felicidad” aparece codificada por el Rambam (Maimónides) en Mishne Torá. Sin embargo, la ley “Cuando Adar entra aumentamos nuestra felicidad” no es mencionada. La razón de ello, nos explica rab. Sofer, es que en Av hay manifestaciones físicas de nuestro luto. Uno tiene prohibido hacer casamientos, construir estructuras o sembrar plantas con motivos festivos. Esas acciones se pueden codificar; sin embargo, el aumento que tenemos de felicidad en Adar no tiene una manifestación normativa. Estamos obligados a sentir gran felicidad en nuestro corazón durante el mes de Adar. Esa es la ley, sin embargo el aumento en nuestros sentimientos de alegría no puede ser codificado.

Durante el mes de Adar, debemos luchar por sentir esta felicidad. Debe ser un mes de alegría para todos y para la eternidad.

Fuente: torah.org