Enlace Judío México e Israel.- Este año el ganador del Premio Avner Shalev, que se otorga a las películas relacionadas con el Holocausto, lo ha recibido el filme “Miel Negra” (Black Honey”) en el cual se habla de la vida de Abraham Sutzkever, uno de los más importante poetas en lengua Yiddish.

THELMA KIRSCH PARA ENLACE JUDÍO

Sustzkever nació en 1913 en Smorgón, un villorrio cercano a Vilna. Tuvo una infancia de podredumbre y orfandad. Siendo adolescente perteneció al movimiento literario de la lengua Yiddish “Jóvenes Lituanos” quienes más tarde tuvieron gran trascendencia en la salvación de la cultura Yiddish y del judaísmo en muchos sentidos. (Fueron una parte activa de la Brigada de Papel, de la cual hablaremos más adelante).

Quedó atrapado en el Gueto de Vilna cuando cayó Lituania en manos de los nazis. Huyó hacia los bosques y participó en la lucha siendo parte de los partisanos. Tras la guerra, asumió el rol de testigo en los juicios de Núremberg y finalmente su poesía renació con la fundación del Estado de Israel transformándose, precisamente allí, en uno de los puntales de la creación literaria en lengua Yiddish.

Falleció en Tel Aviv en enero del 2010.

Cada uno de sus poemas es un encuentro cara a cara con la historia, cobra una identidad dotada de tiempo, de vuelo atemporal, de fuerza, de un compromiso y de una belleza singular y única.

Fue candidato al premio Nobel en varias ocasiones y quizá no lo recibió por haber pertenecido al mundo poético, casi secreto, de la lengua Yiddish y también por que su obra nunca fue traducida a otras lenguas más conocidas en la actualidad.

(Recordemos que Bashevis Singer recibió el premio Nobel a partir de las excelentes versiones en inglés de su obra hecha por Eliahí Toker y publicada por la Editorial Paredes en 1983 en Argentina).

¿Porqué Sustzkever se considera uno de los héroes que salvaron la cultura judía?

Durante la guerra, existió en Vilna una biblioteca construida por los nazis a la que llamaban: “Instituto Nazi para la Investigación de la Cuestión Judía” y que se estableció desde 1941. Llenaban este espacio con material relacionado con el judaísmo. Los nazis deseaban basar sus teorías antisemitas en estos mismos escritos, pero como no podían leerlos, obligaban a los escritores judíos a que los tradujesen al alemán y al mismo tiempo usarían dichos textos posteriormente para conocer a “una raza extinta” de acuerdo con sus planes.

Estos escritores y poetas valientemente escondían los libros entre sus ropas y los enterraban en los bosques o los dejaban en sitios de la ciudad donde esperaban no fuesen encontrados, protegiéndolos así de la destrucción alemana.

Tuvieron muchos problemas con la población judía misma de la época en Vilna, ya que los mismos habitantes del Shtetl alegaban que no era justo que se arriesgasen por unos cuantos libros o por tan solo papeles cuando tantas vidas humanas estaban en peligro constante o eran masacrados en los malditos pozos de Panerai. Deseaban salvar a los niños, conseguir alimentos, antes de salvar libros, pinturas, poemas y otros escritos.

Sin embargo, estos poetas continuaron su labor y no fue hasta hace apenas diez años que se les dio un merecido reconocimiento y se expusieron todos los documentos recuperados en la ciudad de Nueva York.

Bajo las condiciones más angustiosas salvaron numerosos tesoros culturales. Una increíble historia de resistencia cultural frente a una muerte casi segura.

Comprendieron que aunque ellos mismos no sobrevivieran a la guerra, su preservación cultural serviría a los judíos para generaciones venideras.
Cuando se liquidó el Gueto de Vilna estos escritores se esparcieron, muchos desaparecieron y murieron en los campos, pero otros sobrevivieron y varios hicieron aliá.

Abraham Sustzekever se unió a los partisanos y peleó contra los nazis salvando también muchas vidas humanas. Más tarde regresó a Vilna y encontró que el 90% de la comunidad no existía más, pero que mucho de lo que había enterrado había logrado sobrevivir. Apenas quedaba una chispa de lo que había sido la vida judía en Vilna.

¡Cuatrocientos sesenta y cinco cajas de tesoros culturales fueron recuperadas gracias a la Brigada de Papel!

Estos tesoros son mudos sobrevivientes del Holocausto. Y es gracias a hombres como él que hoy en día podemos decir que la cultura judía no sucumbió ante el genocidio.

A continuación, incluiré tres poemas de Sustzkever que me he atrevido a interpretar en español traduciendo del inglés, sin embargo, el ritmo se ha perdido. Sustzkever decía que mantenía el ritmo del poema tarareando una melodía que llevaba en el corazón y era ésta la que “le salvaba la vida de las minas plantadas por los nazis en los bosques”, que siempre recordaría esos poemas, pero pocas veces la melodía.
Y finalmente, uno más de mi autoría que me inspiró su obra y su valentía.

En un artículo posterior compartiré la importancia de la Brigada de los Libros y su forma de actuar. Los datos que aquí presento han sido recopilados de diversas fuentes y el artículo solo incluye algunos datos esenciales para comprender su vida y su grandeza.

EN EL SACO DEL VIENTO
(In torbe funem vint)

Un vagabundo yace descalzo sobre la roca,
mientras el oro del atardecer
sacude el polvo del mundo.
desde dentro del bosque hacia fuera de su vida.
Extiende un ave su vuelo
y tajante atrapa al último rayo del Sol.

Junto al río un sauce, también hay.

Un camino.
Un campo.
Una palpitante pradera.
Secretos pasos
de hambrientas nubes.
¿Dónde están las manos que engendran maravilla?

Un violín vivo, también hay.

Pregunto: ¿qué queda por hacer en este momento?
¡Oh! mundo mío de miles de tintas
a no ser que
la roja belleza
y le traiga a casa… a cenar.

Una soledad como en un monte, también hay.

BAJO TUS ESTRELLAS BLANCAS
(Unter Dayne Vayse Shtern)
Bajo tus estrellas blancas
acerca tu blanca mano.
mis palabras son lágrimas
que en ella quieren descansar.

Mira, oscurece su brillo
sótano de mi mirar
y ya no tengo un rincón
para dártelo a ti.

Todavía quiero, Señor, fiel
a ti confiar lo mío,
ya que en mi se gesta un fuego
y en el fuego arden mis días.

Pero en sótanos y en hoyos
llora asesina calma
corro alto, sobre los tejados
y busco: ¿dónde estás, tú?

La sorpresa me persigue
por escaleras y patios,
cuelgo una cuerda averiada
y así te canto a ti:

Bajo tus estrellas blancas
acerca tu blanca mano.
mis palabras son lágrimas
que en ella quieren descansar.

AQUÍ MISMO ESTOY
(Ot bin ij do)

Aquí mismo estoy,
florecido en todo mi tamaño,
atravesado de cantos como abejas de fuego.
escuché tu llamado a mí desde los primeros rayos del alba
y me abandoné a ti a lo largo de la noche,
y del polvo, y del sudor.
Ciudades y aldeas de mi se desprendieron,
un relámpago prendió mi viejo, gris hogar.
una lluvia disolvió los rojos rastros.
Y me mantuve por tu nombre erguido,
como frente a un espejo azul de la conciencia.
mis manos como ramas desgarradas

Mis ojos, pupilas maravilladas,
navegan hacia ti como dos velas.
Súbitamente la puerta está abierta.
No estás.
Todo se fue…
No estás.

Queda un poema.
un tonto llanto,
un “no-se-entiende”.

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Esta es una aportación que después de tanta belleza me atrevo a compartir.
Negro
La luz intenta el brillo
sobre dinteles glaucos y rectos,
la oscuridad aguarda en silencio
llevar su presa a un túnel incógnito y secreto.
El ángel inventa un telón
con desprolijo tejido incierto.
Miro tambalear mis propios miedos
y moverme… no me atrevo.

¡De cara al sol esquivo el túnel negro!
Pues me rindo entre salmos,
ante el Señor del Universo.