Enlace Judío México e Israel – Ataques con armas de fuego motivados por el odio ocurrieron hoy contra dos mezquitas llenas de devotos musulmanes en Nueva Zelanda, lo que dejó un saldo de 49 muertos y decenas de heridos.

El australiano de 28 años Breton Tarrant, el presunto atacante involucrado en el tiroteo a la mezquita de la localidad de Christchurch, además de transmitir en vivo a través del internet su acto asesino que ha dejado consternado al mundo, dejó plasmada su cosmovisión en un documento de 73 páginas que subió al internet de manera pública previo a realizar la masacre, al que tituló “El Gran Reemplazo”.

A lo largo del texto, Tarrant justifica el por qué de su agresión, a la que asume plenamente como un acto terrorista y de venganza, y los fines a los que quería llegar con este acto, saliera o no vivo del mismo, en los que sugiere un intento de provocar incluso una guerra civil en EE.UU. alrededor del tema de la portación de armas y el tema racial.

Su principal preocupación y obsesión la enmarcaba en el peligro presente y futuro que aseguró acecha al “pueblo europeo”: los “invasores”, como llama a los inmigrantes no europeos establecidos en “tierras europeas”, primordialmente, de origen musulmán, y el riesgo de que su alta tasa de fertilidad termine por cometer lo que llamó un “genocidio blanco”, según aseveró en su manifiesto.

“Debemos de asegurar la existencia de nuestro pueblo, y un futuro para los niños blancos”, afirma.

Tejiendo un mosaico de ideas de odio, supremacismo blanco, así como los pasos que siguió para preparar su ataque, e incluso una defensa del entorno ambiental, el presunto agresor aborda dentro de sus pensamientos también al pueblo judío, al que igualmente considera un potencial enemigo para su propio pueblo.

De acuerdo a Tarrant, mientras los pueblos y las culturas vivan en su propia tierra, asegura no tener problemas con ellos. Pero no así en cuanto uno “invade” la tierra de otro, y en su caso, la del “pueblo europeo”, del cual consideraba a Nueva Zelanda o a su natal Australia también parte del mismo, una extensión de la tierra de Europa.

“¿Eras/eres un antisemita?”, es una de las preguntas a las cuales respondió Tarrant en su manifiesto, en una sección en la que contesta a múltiples cuestiones que dan luz acerca de su forma de pensamiento.

“No. Un judío viviendo en Israel no es un enemigo para mí, mientras no busque subvertir o dañar a mi pueblo”, contesta el joven australiano, aludiendo a su idea de que cada cultura y pueblo tiene que vivir en su propia tierra sin invadir la de otros.

Mientras que en otra sección de su manifiesto en la que redactó mensajes dirigidos a cierto tipo de grupos o ideologías, o simplemente ideas expresadas en algunos párrafos, Tarrant trajo a colación la misma idea lanzada sobre los judíos, aparentemente aludiéndolos como “semitas”.

“Los invasores deben ser removidos del suelo europeo, sin importar de dónde vengan o cuándo llegaron”, dice en la página titulada Europa para los europeos.

“Gitanos, africanos, indios, turcos, semitas u otros. Si no son nuestro pueblo, pero viven en nuestras tierras, deben ser erradicados”, sentenció Tarrant.

“Ninguna cultura me espanta. Sólo me preocupan aquellas culturas con altas tasas de fertilidad que remplazan a otras”, dice en su manifiesto, en el que también aseguró que viajó por muchos países y que no odiaba a ningún pueblo extranjero, incluso “deseaba lo mejor” a todas las culturas, siempre y cuando no invadieran la “tierra de mi pueblo”.

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