Enlace Judío México e Israel –El partido político británico de izquierda liderado por Jeremy Corbyn, que carga con acusaciones de antisemitismo a espaldas, deseó un feliz Pésaj a la comunidad judía, aunque el tiro le salió por la culata.

En un mensaje publicado a través de sus redes sociales y poco antes de que de inicio de la festividad judía, el Laborista deseó un Jag Pésaj Sameaj que a primera instancia parecía normal.

“Mientras el pueblo judío se prepara para Pésaj, le deseamos a todos en la comunidad judía un Jag Sameaj”, se leyó en el mensaje. Pero un fino detalle que quizá pasó desapercibido para muchos, no lo fue así para el ojo judío: los simples diseños de acompañamiento, una copa y una Estrella de David, también mostraban un pan claramente fermentado.

Durante los ocho días que dura la festividad de Pésaj, los judíos tienen prohibido por la Torá consumir cualquier producto fermentado de cinco tipos distintos de granos, que lleva el nombre de Jametz, y violar este precepto se considera una de las transgresiones más grandes que pueden existir en el judaísmo.

Por eso, durante Pésaj todo tipo de panes, pastas, harinas, levaduras, galletas, bebidas fermentadas o cualquier otro producto con dichos granos quedan fuera de la escena desde días antes de la festividad para no tener interferencia con ellos.

El único alimento de la índole que se puede comer en la festividad es el Matzá o pan ácimo. Éste es un pan en forma de lámina hecho con alguna de las cinco semillas y preparado de manera especial para que no se hinche como un pan fermentado.

Tras la ola de críticas y burlas que se desataron en redes, el Laborista eliminó el mensaje de sus cuentas de redes sociales, publicando una nueva mostrando ya sólo las buenas felicitaciones.

Múltiples casos de presuntos discursos de odio contra judíos se han registrado en el Laborista  desde 2015, cuando Corbyn, un político de extrema izquierda, fue elegido para dirigir el partido. La Junta de Diputados de judíos británicos ha acusado a Corbyn de alentar la retórica antisemita y, a veces, participar en ella, aunque él constantemente niega las acusaciones, y argumenta que su línea es solamente la de la crítica contra el Estado de Israel.

En febrero pasado, un total de 7 miembros del partido, entre ellos la legisladora judía Luciana Berger, renunciaron a sus filas debido, entre otras cuestiones, a las acusaciones de antisemitismo que cuelgan sobre el Laborista.

Tras el creciente escrutinio público del problema, el Laborista se enfrenta a la posibilidad de una investigación oficial de la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos del Reino Unido, el principal perro guardián contra el racismo.

En marzo, la Policía británica arrestó a tres personas cerca de Londres sospechosas de incitar al odio antisemita en las filas del Partido Laborista. Los arrestos fueron intervenciones poco frecuentes por parte de la Policía contra presuntos propagadores de antisemitismo dentro del partido.

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