Enlace Judío México e Israel – Orna Porat nació con el nombre de Irene Klein en 1924 en Alemania…desde pequeña fue una mujer sumamente inquieta, una mujer que no cesaba de buscar alguna postura ideológica a la cual adherirse… en tiempos que la Primera Guerra Mundial, aún permeaba profundamente el ambiente germano.
Su padre fue católico y su madre protestante, pero Irene optó por afiliarse al socialismo; activista política en aquel entonces…en tanto cuando se muda a Palestina hacia 1946 enamorada de Joseph Proter, quien formaba parte de la Brigada Judía del Ejército Británico.
Ambos emigraron a Palestina, se casaron en una ceremonia civil y 11 años más tarde, Irene Klein se convirtió al judaísmo y desde entonces adoptó el nombre de Orna Porat.
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La pareja no pudo tener hijos, razón por la cual adoptaron dos, tal vez para consolidar una familia más sólida.
Orna desde sus 30 y pico años estuvo muy activa en el teatro, primero como actriz en el Teatro Camérin, donde trabajó activamente hasta 1984. Orna era feliz en los escenarios; Orna noche tras noche entregaba lo mejor de sí misma en cada personaje que interpretaba.
En forma paralela, a su actividad como actriz, a inicios de los 60 estudió en Francia e Inglaterra los fundamentos del teatro infantil al cual entregaría su vida, mientras que su salud física se lo permitió, y fue tal su pasión por el teatro para niños, que Orna murió longeva en el 2015, a causa de una enfermedad.
En el 2010, a Orna Porat le correspondió el gran honor de dar el mensaje del Día Mundial del Teatro para Niños y Jóvenes. Su discurso fue sumamente emotivo desde sus primeras palabras: “Las cosas que nos dan forma, nuestro carácter, son aquellas que están guardadas en nuestra memoria, esfuerzos y eventos que hemos experimentado y que se convierten en recuerdos…”.
Más adelante Porat dijo centrándose en el teatro para niños: “…el público joven encuentra no sólo una realidad que le es familiar, sino también otra nueva y desconocida…Ellos absorben impresiones estimulantes y descubren nuevas posibilidades, como la formación, una nueva experiencia de vida…”.
Orna Porat creyó en el espíritu grácil y bello de la humanidad, al final de su entrañable discurso leemos: “…la actuación expresa el secreto de la alegría, la infancia, el anhelo y la esperanza”.
A lo largo de su trayectoria artística obtuvo varios premios, entre ellos en el 2005, el Premio EMET, por la ciencia, el arte y la cultura que le fue entregado por Ariel Sharon en aquel entonces primer ministro de Israel.
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