Nadia Cattan para Enlace Judío México e Israel- En el año de 1923 llegó a la Ciudad de México Leib Fuller, proveniente de Polonia, quien era panadero. Como cualquier inmigrante con deseos de prosperar Leib empezó a trabajar en una panadería y cinco años más tarde se independizó.
El inicio de todo se sitúa en la calle de Academia, en el Centro Histórico, pues ahí rentó un horno en donde elaboraba bizcochería europea y algunos tipos de pan a base de harina de trigo. Para el año de 1936 compró una propiedad en la calle Casa del Niño en el número 63, actualmente Toribio Medina, en la cual construyó su casa habitación y en la parte trasera de esta propiedad se dedicó a fabricar un horno de tabique en donde horneó pan negro y pan de centeno, ambos hechos a mano.

El Señor Fuller no tenía recursos económicos, tanto,  que el primer costal de harina con el que Leib trabajó fue fiado. Éste es el inicio de una gran historia llena de éxitos, de dificultades y de un admirable emprendimiento. En entrevista para Enlace Judío, Bernardo Goldaper, Director General de la empresa, nos cuenta más sobre una de las empresas más longevas de nuestra comunidad.