Enlace Judío México e Israel – Ante la creciente tensión entre Estados Unidos e Irán, las organizaciones respaldadas por Irán y especialmente Hezbolá, podrían actuar contra Israel si Teherán lo considera adecuado de acuerdo con sus intereses.

GIORA EILAND

El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, sabe que el público libanés no lo perdonará si comienza la Tercera Guerra del Líbano, que probablemente conduciría a la destrucción parcial del Líbano, todo en nombre de Irán.

Sin embargo, Nasrallah entiende que podría justificar una guerra de este tipo si está motivada por intentos aparentemente genuinos de defender los intereses nacionales libaneses. En lo que a él respecta, hay un interés que vale la pena defender, cree que Israel tiene campos de gas que se extienden a territorio libanés, campos con un valor estimado de miles de millones de dólares.

En mayo de 2000, Israel sorprendió al mundo cuando retiró sus tropas del sur del Líbano y puso fin a un conflicto de 18 años de manera unilateral. El gobierno libanés se negó a cooperar con Israel, lo que llevó al Estado judío a negociar con la ONU para acordar fronteras terrestres internacionalmente reconocidas.

La cuestión de la frontera marítima, sin embargo, nunca se resolvió por completo. Israel y el Líbano sugirieron cada uno un sistema diferente mediante el cual se determinaría la frontera marítima. La ONU se negó a resolver el problema, creando un espacio marítimo que ha estado en disputa desde entonces.

La disputa fue insignificante hasta que Israel comenzó a descubrir grandes cantidades de reservas de gas natural en las aguas disputadas. Israel concede licencias de exploración para aguas dentro de la frontera determinadas por su sistema, mientras que el Líbano hace exactamente lo mismo. Esto crea un conflicto de intereses peligroso.

Recientemente, el gobierno libanés, muy sabiamente, eligió otro método para establecer la frontera marítima, que según el país cumple con el derecho internacional. Sobre la base de este sistema internacional, gran parte del área en disputa debe estar bajo la soberanía libanesa. Israel no tiene que adherirse a las reglas del Líbano, especialmente porque la propia ley establece que la frontera se puede debatir por “razones históricas o circunstancias especiales”.

Si se descubren reservas de gas natural más grandes en las aguas en disputa, el conflicto en la frontera marítima se intensificará, que es exactamente lo que Nasrallah está esperando.

El gobierno de Israel tiene dos opciones: continuar insistiendo en la frontera determinada por su sistema hace muchos años o coincidir con el Líbano e iniciar negociaciones indirectas con el gobierno libanés para resolver la disputa.

Y, ante la reciente escalada entre Washington y Teherán, la necesidad de una solución es más apremiante que nunca.

Fuente: Ynet / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico

Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.