El cadáver se enclavó en una playa para perros en en la zona de Yafo, a varios kilómetros al sur de la playa de Tzuk, donde el otro cadáver llegó a las arenas de la costa el sábado pasado.
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Roi Erel, quien estuvo presente en la playa el domingo por la mañana cuando identificaron a la vaca flotando hacia la costa, dijo al sitio de noticias Ynet que las primeras personas que vieron al animal comenzaron a gritar pidiendo ayuda para salir del agua.

“Al principio, pensaron que podría ser el cuerpo de un hombre”, dijo, y agregó que era “repulsivo y repugnante”.

Erel aseguró haber llamado entonces a la línea directa del municipio y que los bañistas esperaban a que llegaran los funcionarios para retirar el cadáver. Expresó su preocupación por los perros que se acercaban al cadáver debido al olor, y agregó que ese contacto podría ser peligroso.

Animals, un grupo a favor de los derechos de los animales, ha dicho que los barcos a menudo arrojan animales enfermos o heridos al mar, a veces cuando todavía están vivos, hecho que podría ser la explicación para ambos cadáveres descubiertos en Tel Aviv.

Un total de 685,000 becerros y corderos fueron enviados a Israel en 2018, en comparación con alrededor de 500,000 en 2017, un aumento del 37 por ciento. Tan solo cerca de 50,000 becerros fueron enviados a Israel para su engorde y sacrificio el pasado mes de enero.

El año pasado, la Knéset dio luz verde a un proyecto de ley para detener los transportes en vivo de cientos de miles de corderos y becerros de Australia y Europa a Israel cada año.

La legislación propuesta busca reducir gradualmente el número de animales que se importan a Israel y detenerlos por completo en un plazo de tres años, pasando completamente a la importación de carne refrigerada.

De acuerdo con las notas explicativas del proyecto de ley, los animales en transportes de ganado están sujetos a un hacinamiento severo, se empapan en sus heces y las de otros animales y sufren de sobrecarga de calor y de lesiones graves como resultado de las olas, lo que lleva a que muchos enfermen o no sobrevivan al viaje.

En julio pasado, 228 abogados firmaron una petición que pedía que se detuvieran los envíos de animales vivos, diciendo que contravenían la legislación sobre derechos de los animales. En mayo de 2018, 60 rabinos mayores firmaron una carta que decía que “ni el camino de la Torá ni la moral humana permiten tal crueldad a los animales”.

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