Enlace Judío México e Israel.- En su lugar condena a los huzíes por violaciones de derechos humanos y exige que ordenen el cese del fuego.

WILL HURD

Con las tensiones escalando en el Medio Oriente, el Congreso está envalentonando a Irán al enviar el mensaje errado acerca de Yemen. La semana pasada el Senado votó detener las ventas militares a Arabia Saudita y a los Emiratos Árabes Unidos. A principios de este año, el Presidente Trump fue forzado a vetar una resolución del Congreso dirigida a terminar la ayuda de EE.UU a la coalición liderada por Arabia Saudita en Yemen. El Congreso evidentemente no puede separar su respuesta al asesinato de Jamal Khashoggi de las amenazas presentadas por los huzíes, iraníes y terroristas en Yemen. Este no es el momento para estar enviando mensajes confusos a Teherán.

Yo conozco Yemen. Trabajé allí como oficial encubierto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a raíz del letal bombardeo en el año 2000, por parte de Al Qaeda, del USS Cole en el puerto de Adén. Desde el 2014, cuando el gobierno huzí apoyado por Irán atacó al gobierno reconocido internacionalmente de Yemen y capturó la capital, Sana’a, el país ha descendido en una crisis humanitaria que está entre las peores del mundo. Según Naciones Unidas, unos 24 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y protección, más que nada en territorio retenido por los huzíes. Un estimado de 7.4 millones necesitan tratamiento por desnutrición, incluidos dos millones de niños menores de 5 años de edad. El uso extenso de minas terrestres por parte de los huzíes ha matado y mutilado civiles y dejó a las comunidades vulnerables apartadas de sus cosechas, agua limpia y ayuda humanitaria.

Irán ha capitalizado el sufrimiento. Teherán está convirtiendo a Yemen en un estado satélite y refugio para grupos terroristas. Esto es lo que la coalición saudí está luchando por prevenir. Los esfuerzos del Congreso para terminar el apoyo de inteligencia y logística a los saudíes y emiratíes en Yemen son la forma equivocada de castigar a Riad por el asesinato de Khashoggi. Me uní a muchos de mis colegas en condenar este asesinato y he pedido un cambio de curso en Riad. Las preocupaciones por las víctimas civiles y otras acciones por parte de la coalición son válidas y merecen atención.

Una respuesta más eficaz de EE.UU. sería retener la influencia sobre la coalición continuando nuestro apoyo sin involucrarnos en hostilidades activas. La alternativa es la radicalización de una generación entera de yemeníes. La consigna del movimiento huzí es “Dios es grande, muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, maldición sobre los judíos, victoria al Islam.” Esta ideología ha dado forma a la educación de niños en áreas de Yemen que controlan. Las escuelas huzíes obligan a los niños a adoptar esta consigna de odio, la cual fue inspirada por la revolución de Irán de 1979. La radicalización de la juventud de Yemen representa una amenaza a largo plazo para la región y los intereses de Estados Unidos que no puede ser ignorada.

Los recientes intentos de Irán para provocar un conflicto militar con Estados Unidos hizo aún más importante que el Congreso envíe un mensaje claro respecto a Yemen. Como primer paso, los legisladores deben aprobar una resolución condenando a los huzíes por violaciones de derechos humanos y exigiéndoles que sostengan su parte del cese del fuego negociado por la ONU. Esto mostraría al mundo que EE.UU no aceptará campañas iraníes para sembrar caos en la región.

Nadie debe tratar como una víctima al régimen maligno en Irán. Es el principal estado patrocinador de terrorismo del mundo. Los grupos terroristas y milicias violentas que apoya han lanzado miles de cohetes a civiles israelíes y mataron a más de 600 tropas estadounidenses en Irak. El foco en el programa nuclear de Irán ha distraído a menudo del programa de misiles convencionales iraní y su apoyo al terrorismo que amenaza a nuestros aliados y desestabiliza al Medio Oriente.

Si los huzíes ganan la guerra civil y consolidan el control sobre todo o parte de Yemen, Irán ganaría un pie de apoyo sobre la Península Arábiga. Desde el umbral de Arabia Saudita los satélites iraníes podrían amenazar el Estrecho Bab-el-Mandeb, un punto de estrangulamiento estratégico que conecta al Océano Indico con el Mar Rojo. Con el control del estrecho, Irán podría bloquear el acceso a la navegación al Canal de Suez y mantener como rehén al comercio global. Nunca se debe permitir que ocurra esto.

Espero que mis colegas en el Congreso se unan a mí en apoyar una resolución condenando a los huzíes por sus acciones y comportamiento en Yemen. Es vital que demostremos nuestro apoyo al pueblo yemení y reforcemos el trabajo del enviado especial de la ONU. Al asumir una postura clara, podemos proteger los intereses estadounidenses, hacer frente a Irán, ayudar a nuestros aliados y aliviar el sufrimiento innecesario de millones de yemeníes inocentes.

 

 

*Will Hurd es republicano, representa al 23° Distrito del Congreso, de Texas.

 

 

Fuente: The Wall Street Journal

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México