Enlace Judío México e Israel.- Como hemos explicado anteriormente, la arqueología moderna nos ayuda a corroborar algunos aspectos históricos de las narraciones de la Torá y, a veces, también nos proporciona herramientas culturales o históricas para comprender algunos pequeños detalles que la Torá nos dice y que podrían pasar desapercibidos.

RABBI YOSEF BITTON

Hoy vamos a ver un par de ejemplos.

LA CAUSA DEL HAMBRE

Todos conocemos la historia de Yosef y cómo se convirtió en el visir de Egipto. Yosef interpretó el sueño de Faraón, que vio siete vacas “gordas” (=saludables) subiendo del Nilo, y luego siete vacas delgadas (poco saludables) que subían del Nilo. Yosef interpretó el sueño prediciendo que Egipto se beneficiaría de siete años de abundancia seguidos de siete años de hambre. El hambre llegó y también afectó a otras regiones de la zona, como la tierra de Israel (Canaán). Fue entonces cuando los hermanos de Yosef llegaron a Egipto en busca de alimento. Yosef los reconoció y después de una dramática reconciliación, su padre y sus hermanos se establecieron en Egipto.

Personalmente, y aunque confieso que nunca pensé mucho en el tema, siempre asumí que los años de hambruna en Egipto se debieron al mismo factor que determinó el hambre en la tierra de Israel: la sequía. El problema con este supuesto es que prácticamente no hay lluvia en Egipto (entre 10 y 15 días al año). La abundante agua de Egipto proviene exclusivamente del Nilo. Pero si la falta de lluvia no es un fenómeno que podría afectar a Egipto, ¿qué fue lo que causó el hambre en Egipto?

LOS ARCHIVOS DE AMENEMHAT

El arqueólogo y egiptólogo moderno David Rohl menciona ciertos archivos antiguos que registraban las mediciones del río Nilo. Los registros muestran que el nivel promedio del Nilo era de aproximadamente 30 pies de altura. Cuando el nivel del río descendía a 25 pies, se esperaban menos cultivos, ya que las aguas que anualmente desbordaban el río cubrirían menos terreno. Cuando esto sucedía, los faraones bajaban los impuestos para aliviar a los campesinos. Por otro lado, cuando el nivel del río se elevaba a 40 o 45 pies, el agua cubría más territorio, produciendo más cultivos, y los impuestos obviamente aumentaban.

Lo más interesante para nuestro tema son los registros de una inundación gradual y “excepcional” del Nilo en la época de Amenemhat III, que nos permite ensayar una explicación quizás diferente de algunos de los detalles de la historia de Yosef.

CUANDO MUCHA AGUA NO AYUDA

Los archivos registran que en los tiempos de Amenemhat el Nilo se elevó a 50 pies, produciendo una abundancia sin precedentes en Egipto. Pero unos años más tarde, de acuerdo con estos mismos registros, las aguas subieron más y más, alcanzando casi 70 pies de altura. Y de repente, la crecida del Nilo se convirtió en una situación de emergencia nacional. Las aguas del Nilo se levantaron como tsunamis, destruyendo los diques, ahogando el ganado y arrasando las casas de adobe. El agua no retrocedió e inundó la tierra durante las temporadas de arado y siembra. Y como resultado, obviamente, no hubo cosecha. El hambre causada por estas inundaciones amenazó a Egipto en una escala sin precedentes.

Según lo que se descubrió en estos archivos, es probable que la hambruna en la época de Yosef no fuera producto de la sequía, sino de un inusual desbordamiento del Nilo. Esta información nos permitiría comprender mejor una misteriosa (o aparentemente superflua) palabrita que la Torá menciona incidentalmente, así como al pasar….

Cuando Yosef intenta consolar a sus hermanos, que se sentían culpables de haberlo vendido como esclavo a Egipto, les dice que en todos estos eventos intervino la “Divina Providencia”. Yosef, según sus propias palabras, fue enviado por Dios a Egipto, para salvar a su gente del hambre. Y luego Yosef dice (Génesis 45: 6): “… ya pasaron dos años de hambre, y aún quedan cinco años más en los que [la tierra] no será arada ni cosechada”

Está muy claro por qué la Tora dice que no habrá cosecha. Pero ¿por qué Yosef menciona que la tierra no será arada? Normalmente, cada año, el agricultor trata de arar y sembrar en la temporada correcta, inclusive después de un año de sequía, esperando que llegue la lluvia. La variable es la cosecha, no el arado.

Ahora podemos entender que en Egipto el problema no fue la sequía sino la inundación, que impidió el arado y la siembra de la tierra.

Vemos entonces, gracias al descubrimiento de estos archivos, que podemos apreciar mejor la precisión exquisita del relato bíblico, incluso en lo que parece ser un detalle superfluo y que pasa desapercibido: “que la tierra no será arada”.

CUANDO UNO SUEÑA CON VACAS…

Los registros del Nilo pueden también ayudar a entender el sueño de Faraón y su confusión de una manera diferente. Imaginemos que “las vacas que suben a la superficie desde el Nilo” (עולות” מן היאור “) representan inequívocamente la crecida del Nilo. Normalmente, “las vacas están “gordas”, “saludables”, es decir, la inundación anual del Nilo trae alimento y prosperidad. El elemento misterioso y confuso del segundo sueño del Faraón es que vio siete vacas “delgadas”,” hambrientas” que también subían del Nilo. Estas vacas flacas eran un oxímoron para el Faraón, porque la inundación del Nilo se suponía que era una fuente de abundancia, ¡no de hambre!

Si la inundación extrema del Nilo, como sugiere David Rohl, fue un fenómeno excepcional en la historia de Egipto, no es sorprendente que ni el Faraón ni ninguno de sus asesores pudieran descifrar el significado de ese sueño misterioso… hasta que Yosef llegó al Palacio.

 

Continuará.

 

 

Fuente:halaja.org