Enlace Judío México e Israel.-Londres y Teherán intercambian acusaciones a medida que Gran Bretaña se enreda más en la crisis poniendo a Irán contra Estados Unidos.

MAX COLCHESTER Y FRANCOIS BENOIT

La decisión de Gran Bretaña de capturar un buque petrolero iraní fuera de la costa de su territorio de ultramar de Gibraltar este mes está intensificándose más rápido, arrastrando al país dentro de una crisis más profunda en escalada entre Irán y el Occidente.

Irán capturó el viernes un petrolero de bandera británica en el Golfo Pérsico, diciendo que éste había colisionado con un barco pesquero, una medida vista ampliamente como represalia. El sábado, el Stena Impero arribó al puerto iraní de Bandar Abbas con los 23 miembros de la tripulación aún a bordo.

El gobierno de Reino Unido advirtió de una respuesta firme, pero el Secretario del Exterior, Jeremy Hunt, no llegó a incluir la acción militar, diciendo que tal medida aún no estaba justificada.

“Nuestra prioridad continúa siendo encontrar una manera de disminuir la tensión,” dijo Hunt el sábado, agregando que el lunes se presentarían ante el Parlamento nuevas medidas contra Irán. Hunt dijo que el buque británico había sido detenido en aguas de Omán y forzado a entrar en aguas iraníes. “Esto es total y absolutamente inaceptable”, dijo.

Él escribió en Twitter que había hablado con el ministro del Exterior de Irán, Javad Zarif, sobre su disgusto por las medidas de Teherán. El encargado de asuntos de Irán en Londres fue convocado también a la oficina del exterior británica.

“Esto tiene que tratarse de acciones, no de palabras, si vamos a encontrar una salida,” tuiteó Hunt. “La navegación británica debe ser y será protegida.”

Zarif tuiteó que “a diferencia de la piratería en el Estrecho de Gibraltar, nuestra acción en el Golfo Pérsico es para sostener las normas marítimas internacionales.”

Y agregó: “El Reino Unido debe dejar de ser un accesorio del TerrorismoEconómico de EE.UU.”

La crisis llega en un momento difícil para el gobierno británico, el cual enfrenta un cambio de liderazgo la próxima semana, cuando Hunt sea uno de los últimos dos contendientes para convertirse en primer ministro junto con el favorito, Boris Johnson.

El Reino Unido está también tratando de equilibrar su relación tanto con EE.UU como con la Unión Europea mientras se prepara para abandonarla este año. Londres dijo que capturó al petrolero iraní fuera de Gibraltar en parte porque estaba en camino a entregar petróleo a una refinería en Siria que está actualmente bajo sanciones de la UE.

El viernes, un tribunal en Gibraltar extendió la detención del buque al 15 de agosto. El Reino Unido había estado tratando de resolver la cuestión pidiendo a Irán que encontrara un destino para el barco distinto a Siria y asegure que una entidad sancionada no compraría el petróleo. Zarif y Hunt han dicho que sostuvieron conversaciones constructivas sobre el tema la semana pasada. Pero los intentos por encontrar un nuevo destino han probado ser difíciles, con la propiedad compleja del buque complicando las cosas.

Irán está buscando nuevos destinos que incluyen almacenar petróleo en el cercano Marruecos o Argelia, según ejecutivos navieros y de comercio familiarizados con las consideraciones.

Algunos expertos en seguridad cuestionan cómo el gobierno británico está lidiando con la crisis.

“No hemos manejado bien la respuesta en lo absoluto,” dijo Alan West, un almirante retirado de la Armada Real y ex asesor en seguridad del gobierno británico. Después de dejar vulnerable ante las represalias a la navegación mercante de Gran Bretaña, el gobierno ahora es atrapado tratando de desactivar la situación mientras muestra que no será intimidado por Irán.

West dice que la Armada Real de Gran Bretaña podría destruir la flota de Irán “y estar de regreso a tiempo para el té,” pero una represalia más realista serían sanciones británicas sobre Irán.

Los expertos en política exterior dicen que Gran Bretaña pudo haber evitado el incidente asumiendo un enfoque menos confrontador, advirtiendole al buque iraní que pasaba por Gibraltar en lugar de enviar fuerzas especiales para abordarlo.

Como resultado, el gobierno podría también haber tomado acciones más decisivas, enviando una flota más grande de buques a escoltar la navegación mercante británica que pasa por el Estrecho de Ormuz. Gran Bretaña tiene actualmente una fragata y un destructor en la región junto con cuatro barreminas, y ha enfatizado que había una base legal para interceptar y detener al buque cisterna iraní fuera de Gibraltar.

Con el drama que probablemente se desarrollará, quien sea que remplace a la Primera Ministra Theresa May, en Downing Street la próxima semana, enfrenta un dilema sobre cómo manejar la cuestión.

El Reino Unido ha estado tratando de apaciguar tanto los objetivos de política exterior de EE.UU. como los de la UE. Como otras naciones europeas, Gran Bretaña ha instado a EE.UU a no abandonar un acuerdo dirigido a desalentar a Irán de desarrollar armas nucleares. Al mismo tiempo, el Reino Unido está buscando mantenerlo de su lado mientras se prepara para dejar la UE.
La captura del buque petrolero iraní fue resultado de información de fuentes estadounidenses, dicen personas familiarizadas con tema.

En las primeras horas del sábado, el gobierno británico convocó a una reunión de crisis para discutir la situación y aconsejó a la navegación británica permanecer fuera del Estrecho de Ormuz.

“Habrá consecuencias serias si la situación no es resuelta,” dijo en una declaración la oficina del exterior británica después de la reunión. El gobierno sostuvo más reuniones urgentes durante el fin de semana.

 

*Aresu Eqbali, Costas Paris, Sune Engel Rasmussen, Laurence Norman y Ryan Dezember contribuyeron con este artículo.

 

Fuente: The Wall Street Journal

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México