Enlace Judío México e Israel- A raíz de la ejecución de dos delincuentes israelíes en una plaza comercial del sur de la Ciudad de México, muchos medios han utilizado indistintamente los apelativos “israelí” o “israelita” para referirse a las víctimas. ¿Cuál es el correcto y por qué?

IRVING GATELL EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

Hay una gran diferencia entre usar la palabra “israelí” y la palabra “israelita”. No es una distinción casual, sino que tiene un trasfondo definido y relevante. Por ello, hay que comenzar diciendo que usar la palabra “israelita” para el tema que nos ocupa esta semana —la ejecución de dos delincuentes provenientes de Israel— es incorrecto.

“Israelí” es un gentilicio que se refiere a una condición jurídica.

“Israelita” es un gentilicio que se refiere a una identidad histórica.

Ahora vamos a explicarlo.

La historia del pueblo judío se remonta a más de 4 mil años, desde sus orígenes en los antiguos clanes hebreos, grupos semi-nómadas que deambularon por la zona de Mesopotamia y luego se movilizaron hacia la antigua Canaán, pasando también a Egipto.

Poco a poco, por diversos factores internos y externos, la sociedad hebrea fue evolucionando hasta consolidarse como una monarquía hacia el siglo X AEC. Dicho reino recibió el nombre de Israel. Tras casi un siglo de existencia como reino unificado, el antiguo Israel se dividió en dos. Al norte, el Reino de Samaria; al sur, el de Judá.

El Reino del Norte fue destruido por los asirios en el año 722 AEC, y el del sur sufrió lo propio a manos de los babilonios en el año 587 AEC. Tras un breve período de exilio en Babilonia, a partir del año 539 AEC los israelitas —para entonces, súbditos del imperio persa— recibieron la autorización de restaurar su nación, y eso se hizo teniendo a Jerusalén como capital. Es decir, la capital del antiguo Reino de Judá. Por ello, el reino restaurado pasó a llamarse Judea.

Este nombre se mantuvo vigente durante los siguientes seis siglos, durante los cuales fue vasallo primero de los persas y los medos, y luego de los macedonios, egipcios y sirios-seléucidas. Tras la Guerra Macabea, Judea se independizó y durante casi un siglo fue gobernado libremente por los reyes de la dinastía Hasmonea. Finalmente, a partir del año 63 AEC pasó a ser una provincia romana.

Tras la segunda revuelta anti-romana, acaecida durante los años 132-135, el emperador Adriano tomó la decisión punitiva de cambiar el nombre de la provincia rebelde. A partir de ese momento, oficialmente dejó de existir Judea y pasó a llamarse Palestina (latinización de Filistea). Tras el colapso del Imperio Romano y su división en Occidente y Oriente, Palestina pasó a ser provincia del Imperio Romano de Oriente, y luego lo fue del Imperio Bizantino, los califatos árabes, los reinos cruzados, el Imperio Mameluco, el Imperio Otomano y el Imperio Británico. En esta última fase ajustó su nombre a Protectorado o Mandato Británico de Palestina.

En 1947, como parte de todo el proceso de desmantelamiento del colonialismo inglés y francés en Medio Oriente, se aprobó el Plan de Partición mediante el cual se legalizó la creación del moderno Estado de Israel, mismo que nació oficialmente el 14 de mayo de 1948.

Desde entonces, el territorio conserva ese nombre.

Entonces, ese mismo territorio ha recibido cuatro diferentes nombres en cinco diferentes etapas:
1. Canaán – hasta el siglo X AEC
2. Israel – desde el siglo X AEC y hasta el siglo VI AEC
3. Judea – desde el siglo VI AEC y hasta el año 135 EC
4. Palestina – desde el año 135 y hasta el año 1948
5. Israel – desde 1948 y hasta la fecha

Ahora podemos entender a qué nos referimos cuando decimos que “israelí” se refiere a una identidad jurídica, e “israelita” a una identidad histórica.
“Israelí” es como se le llama al ciudadano del moderno Estado de Israel, sin importar si pertenece al pueblo judío.

Al igual que con cualquier otra nación moderna de la actualidad, basta con que el Estado de Israel le reconozca como ciudadano ya sea por nacimiento o por naturalización.

“Israelita” es como se le llama a los habitantes del antiguo Reino de Israel, por lo que es una identidad que —en estricto— ya no existe. Es una identidad propia de otra etapa de la Historia.

Por ello, el modo correcto de referirnos a los dos delincuentes ejecutados este miércoles en el sur de la Ciudad de México, es “israelíes”. Es decir, ciudadanos del moderno Estado de Israel