Enlace Judío México e Israel – El Tribunal de Revisión de Detención Migratoria ordenó liberar a una trabajadora filipina y su hijo con problemas de aprendizaje que se encuentran en Israel ilegalmente hasta que el Ministerio del Interior otorgue una respuesta definitiva a su solicitud de permanecer en Israel por motivos humanitarios.

Hace una semana, funcionarios de inmigración irrumpieron en el hogar de Ofrecina (Precy) Koanka y su hijo Michael James de 12 años, conocido como MJ, en Yehud. Desde entonces, ambos fueron encerrados en una instalación en el aeropuerto Ben Gurion previo a su deportación a Filipinas.

Michael, nacido en Israel, estudia en un marco de educación especial y comenzará el séptimo grado en el otoño. Según una apelación presentada por el abogado de la familia, la discapacidad de Michael le dificultará aprender un nuevo idioma si es deportado.

Mientras tanto, los alumnos de la Escuela Hillel en Ramat Gan se manifestaron con sus padres esta mañana ante el tribunal exigiendo la liberación de Khean Esta, su compañero filipino de 10 años, quien también enfrenta deportación.

La abogada y miembro del consejo de Ramat Gan, Haya Mena solicitó a la corte anular la orden de deportación contra Geraldine, Khean y Kathryn Esta, de cinco años de edad, y permitir a la familia permanecer en Israel, también por razones humanitarias.

El juez Ilan Halabaga pidió al Estado explicar cómo su decisión de detener y deportar a las familias podría beneficiar a niños que nacieron y se criaron en Israel.

La abogada Shirán Tourjeman, quien representa al Estado, respondió que las familias no están obligadas a permanecer detenidas, tienen la libertad de abandonar el país y pueden solicitar volver a Israel una vez que arriben a Filipinas.

No esta claro cuándo el juez dará a conocer su decisión en el caso de la familia Esta.

Ambos casos son vistos como antecedentes para decenas de otros niños de trabajadores extranjeros que nacieron y crecieron en Israel y ahora enfrentan deportación.

Las imágenes de video de funcionarios de inmigración que irrumpen en la casa de la familia Esta en Ramat Gan y arrestan a la madre y a sus dos hijos desconcertados en medio de la noche han generado críticas generalizadas.

Los tres fueron trasladados al centro de detención de la Autoridad de Población, Inmigración y Fronteras en el aeropuerto Ben Gurión y luego a la prisión de Givon en Ramle. Los compañeros de escuela de Khean se manifestaron fuera de ambas instalaciones la semana pasada.

En una nota titulada “Carta desde la prisión” publicada en Facebook el jueves, Khean escribió: “Soy israelí y no quiero ir a Filipinas. Quiero quedarme en Israel y te amo. No me quiero ir”.

Geraldine Esta arribó a Israel en 2004 para trabajar como cuidadora. Pero cuando se quedó embarazada de Khian en 2009, tuvo que dejar su trabajo. Al igual que muchas otras trabajadoras extranjeras que aún se encuentran ilegalmente en el país, no cumplió con las regulaciones según las cuales las trabajadoras extranjeras que quedan embarazadas deben enviar a sus bebés a casa y sus visas no son renovadas. Además, deben ser arrestadas si no abandonan el país por su propia voluntad.

Muchas mujeres se quedan, y terminan haciendo trabajos bajos, para proporcionarles a sus hijos una vida mejor de la que tendrían en Filipinas.

Varias figuras públicas se han opuesto a las deportaciones, entre ellas Nitzan Horowitz y Mossi Raz del partido Meretz, el ex primer ministro Ehud Barak, el alcalde de Yehud, Ye’ela Mijal Maklis, el alcalde de Ramat Gan, Carmel Shama-Hacohen, exdiputado del Likud y la actriz Yael Abecassis.

El sitio de noticias Ynet informó que pese a que el legislador de la Unión de Partidos de Derecha Bezalel Smotrich está a favor de deportar a los trabajadores extranjeros, Rafi Peretz, quien también asume la cartera de educación, dijo al municipio de Ramat Gan que planeaba pedirle al ministro del Interior Aryeh Deri que “considerara seriamente” permitir que los niños permanezcan en el país debido a las “circunstancias especiales” en las que se han convertido en parte de la sociedad israelí.

Unos 60.000 cuidadores extranjeros, en su mayoría mujeres, trabajan actualmente en Israel, según un reporte de La Línea Directa para Asistir trabajadores Extranjeros. La mitad de ellos son de Filipinas, con un número mucho menor proveniente de Nepal (15 por ciento), la India, Sri Lanka y Moldavia (10 por ciento cada uno) y el resto de varios países de Europa del Este.

Todos ellos fueron buscados originalmente por las autoridades israelíes para atender a una creciente población de personas de edad avanzada. Ingresaron al país legalmente, a menudo pagando enormes honorarios de intermediación ilegal.

En 2006 y 2009, el Ministerio del Interior amenazó con deportar a cientos de niños nacidos en Israel cuyos padres filipinos habían rebasado el plazo de validez de sus visas de trabajo. Una gran protesta pública condujo a una “decisión humanitaria” de 2010 que permitió a alrededor de mil niños en edad escolar, nacidos hasta 2004 permanecer en Israel. Los niños crecieron y la mayor parte de ellos sirvió en el ejército israelí y obtuvo la ciudadanía israelí.

Aunque no hubo ningún cambio en la ley, la Autoridad de Población, Inmigración y Fronteras del Ministerio del Interior respetó esa decisión en gran medida durante nueve años.

Sin embargo, hace unos meses, funcionarios de inmigración enviaron avisos a los cuidadores cuyas visas habían expirado que serían deportados en el verano.

Según la ONG United Children of Israel, creada por madres filipinas y sus partidarios israelíes para luchar contra las deportaciones, entre 1000 y 1200 niños en edad escolar nacidos en Israel se encuentran actualmente en peligro de deportación.

Treninta y seis cuidadores ilegales con niños nacidos en Israel han firmado avisos de deportación comprometiéndose a volver a sus países de origen entre el 15 de julio y el 1 de agosto, de los cuales 25 son filipinos, dos son nepaleses, uno es de la India y el otro es de Moldavia. Se cree que entre los filipinos se encuentra a una madre anónima con un bebé de 11 meses que también fue arrestada durante la redada en la casa de Khean.

Los manifestantes se reunieron este domingo frente al Ministerio del Interior en Tel Aviv. El miércoles, alumnos filipinos de Hillel y otras escuelas en el área de Tel Aviv viajaron a Jerusalén para manifestarse frente a la Residencia del Primer Ministro.

Israelíes nacidos de cuidadores filipinos protestan contra deportaciones frente a la residencia oficial del Primer Ministro en Jerusalén, el 24 de julio de 2019. (Sue Surkes)

United Children of Israel ha recibido mensajes de apoyo del público diciendo que no pueden imaginar lo que hubiese sucedido con ellos y sus padres ancianos sin el cuidado amoroso que los trabajadores filipinos han brindado.

“Como muchos, muchos otros en Israel, mi padre también tuvo la suerte de ser atendido por una persona amorosa, sabia y sensible que vino de Filipinas”, escribió Kobi Peterziel en Facebook. “No puedo imaginar lo que habría sido de mi madre y de nosotros sin su cuidado.

“Hay cientos de miles como yo aquí. El Estado de Israel debería haber buscado todas las formas posibles de expresar su gratitud a la devota comunidad filipina, por su increíble contribución al bienestar de los ancianos en Israel (y no, el bajo salario que reciben no es la forma de agradecer. En cambio, el Estado va tras ellos y sus hijos. ¡Qué terrible, qué ingrato, qué inhumano!

La gran mayoría de los comentarios en Facebook abogan por permitir que los niños se queden. Un israelí sugirió que los cuidadores filipinos se declararen en huelga en lugar de protestar “frente a oficinas vacías”. Otro escribió: “Estas imágenes me hicieron sentir lo que sentían los niños judíos cuando los soldados nazis los descubrieron escondidos”. Varias personas sugirieron ocultar a los niños que podrían estar en peligro de deportación.

La Autoridad de Población Inmigración y Fronteras dijo en un comunicado que, pese a que los trabajadores habían sido arrestados por permanecer en el país ilegalmente, “por consideración y voluntad de acogerlos, se tomó una decisión en principio para permitir que sus hijos terminaran el año escolar debidamente”.

“Después de esto, se esperaba que las madres cumplieran con los acuerdos que habían firmado y abandonen el país voluntariamente. Lamentamos los incesantes intentos de explotar la considerada decisión”.

Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico