Enlace Judío México e Israel – Algunas de las fincas cafetaleras del Soconusco propiedad de alemanes fueron utilizadas durante la Segunda Guerra Mundial para esconder armas y agentes del Tercer Reich que cruzaron ilegalmente la frontera con Guatemala, reportan documentos desclasificados por el Archivo Nacional de Washington.

JUAN ALBERTO CEDILLO EN EXCLUSIVA

No obstante, también existieron otros alemanes que desde México se opusieron a las políticas de Adolf Hitler.

En la capital mexicana conformaron una organización antifascista llamada Liga Pro-Cultura Alemana para oponerse a los dictados del Partido Nacionalsocialista (Nazis).

En Chiapas destacó un empresario dueño de una imprenta en Berlín, la cual utilizó para publicar propaganda contra Hitler.

Debido a ello, la Gestapo, la policía secreta nazi, intentó ubicarlo en la zona de Soconusco para poder capturarlo y solicitar su extradición. Es una historia inédita de la que existe muy poca información y está incompleta.

En cambio, sobre los empresarios alemanes de café que colaboraron con el Tercer Reich existe una buena cantidad de documentos.

Los archivos de Washington revelan que el patriotismo de los empresarios cafetaleros los hizo apoyar a los agentes del servicio de inteligencia militar que operaron en la República Mexicana.

Para 1930 las fincas del Soconusco formaban un emporio del café que hizo millonarios a sus propietarios, la mayoría estadounidenses, alemanes y japoneses.

Durante la Segunda Guerra Mundial las fincas propiedad de alemanes sirvieron para dar refugio a espías del Tercer Reich que llegaron clandestinamente a la República Mexicana.

Cruzaron ilegalmente la frontera con Guatemala para posteriormente llegar a los Estados Unidos con el objetivo de realizar actividades de espionaje y sabotaje.

Para colaborar en defensa de su patria, los ricos empresarios alemanes también se dedicaron a acumular armas e incluso aeronaves, para en determinado momento atacar a los Estados Unidos desde el “flanco sur”.

Entre ellos destaca “Casa Grande”, la finca cafetalera de Santo Domingo ubicada en un apartado paraje del municipio de Unión Juárez, en la región del Soconusco.

Casa Grande fue edificada en 1920 muy cerca de la frontera entre Chiapas con Guatemala por el rico empresario Enrique Braun.

Debido a su apellido lo señalan como hermano de Eva Braun, la esposa de un día de Hitler, dato erróneo debido a que Eva no tuvo hermanos, sólo hermanas.

Los pobladores de Santo Domingo refieren que Casa Grande tiene sótanos y pasajes secretos por donde podrían escapar los agentes en caso de ser descubiertos.

En contraste, los alemanes opositores a Hitler también realizaron intensas campañas en México en contra de los nazis.

Debido a ello, algunos fueron golpeados, amenazados y su embajada les negó permisos de importaciones de productos alemanes para sus empresas o negocios.

En el caso de empresario dueño de la imprenta en Berlín, la Gestapo intentó ubicarlo en Chiapas, para lo cual pidieron colaboración al gobierno municipal.

Con ese objetivo la embajada Alemana envió un documento oficial al Ayuntamiento de Tapachula solicitando ayuda para conocer en “dónde se escondía”.

El documento se encuentra en el Archivo Histórico de la Casa de la Cultura de Tapachula pero aún no es público.

María Eusebia Antonio Gómez, directora del Archivo, contó que actualmente se están clasificando documentos inéditos, entre los que se encuentra la petición de la Embajada Alemana.

Hasta ahora se desconoce si el empresario antifascista fue aprehendido o si pudo evadir las pesquisas de la Gestapo para localizarlo.

 


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.