Enlace Judío México e Israel – Las autoridades militares y sanitarias ahora deben aceptar que una nueva generación de soldados de las comunidades que bordean el enclave controlado por Hamás, que creció bajo una amenaza constante de Gaza, está plagada de postrauma incluso antes de comenzar su servicio militar.

MATAN TZURI

Israelíes de 18 años, residentes de las comunidades fronterizas con Gaza, se alistan en el ejército y llevan consigo el peso de toda una vida bajo la amenaza de cohetes.

Algunos se ven tan afectados que no pueden realizar sus deberes como soldados, principalmente en las demandantes unidades de combate.

La dimensión del problema comienza a salir a la luz cuando los padres de los nuevos reclutas acuden a los servicios de salud mental con informes de las dificultades de sus hijos.

“Mi hijo quería ser soldado de combate”, dijo una madre. “Esos son los valores que le inculcamos al crecer”.

“Los signos de su trauma fueron notables durante su infancia, pero no severos. Un portazo lo ponía tenso. Una sirena de ambulancia lo asustaba”.

Pero cuando se alistó en una unidad de combate se sintió abrumado. Su infancia y juventud bajo el fuego le causaron demasiados problemas. Sólo después de ser movido a otra posición no de combate logró servir de manera efectiva.

Los líderes de la comunidad dicen que están conscientes del problema.

“Vemos las señales un año antes de comenzar su servicio. Durante el bachillerato aún logran mantener sus sentimientos reprimidos”, dice Nuki Goldfisher, quien dirige el apoyo a los jóvenes del Movimiento Kibutziano. “Pero a medida que comienzan a lidiar con los desafíos de su servicio militar, frecuentemente vemos que no pueden cumplir con sus deberes y desertan”.

Ahora se pide a las FDI y al gobierno que aborden el problema y encuentren una manera de ayudar a la primera generación de soldados que nacieron en una realidad de bombardeos, refugios y temor, que ha tenido un efecto prolongado en su vida.

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