Enlace Judío México e Israel.- Hay un pasuk (versículo) muy conocido en Tehilim (el libro de los Salmos). Lo decimos todos los días del año, 3 veces por día. Y este pasuk tiene una particularidad. Debe ser dicho con kavaná, o sea, pensando en lo que estamos diciendo, para internalizar su mensaje.

RABBI YOSEF BITTON

En el Salmo 145, Tehilá le David (ashré…) el pasuq 16, dice así: «poteaj et yadeja…». La traducción convencional es: « [Tu Hashem] Abres Tu mano y satisfaces a todas las criaturas de acuerdo a Tu voluntad».

La explicación tradicional es que este pasuq habla de «las manos de Dios», lo cual obviamente es una metáfora. Y significa que a su debido momento (be’itó) El Creador «abre Sus manos» y nos colma con Su bendición, proveyendo de mil formas diferentes el alimento a todo ser vivo. ¿Y cómo es que Hashem abre «su mano»? En el mundo de la naturaleza, Hashem ha diseñado un mecanismo milagroso y altamente sofisticado, que los científicos llaman ecología o cadena alimenticia, a través de la cual todos los seres vivos tienen asignado su alimento. Hay una cadena alimenticia de una extraordinaria sofisticación, milagrosa, que hace que cada criatura del bosque, de la selva o del mar, tenga que comer….

Ahora bien. ¿Cuál es el mecanismo de alimentación en la civilización humana? Es cierto que tal como hacen otros seres vivos, también los seres humanos procuramos nuestro alimento consumiendo plantas u otros seres vivos.

Pero hay un elemento particular que corresponde exclusivamente a la raza humana y se llama «solidaridad» o «altruismo», esto significa que el que tiene más ayuda al que tiene menos.
Este mensaje también está incluido en el mensaje de este hermoso versículo de los salmos.

Como todos sabemos, la Torá nos permite (o nos exige) múltiples interpretaciones. Hay interpretaciones literales (peshat) e interpretaciones no literales (derash). La diferencia es que mientras las lecturas no literales se expresan con más licencia lingüística, las interpretaciones literales se deben ajustar a la semántica convencional del idioma Hebreo. Y por lo general, mientras las interpretaciones no literales suelen ser muchas y muy variadas, la interceptación literal se reduce, por lo general, a una sola posible lectura.

Nuestro pasuk en Tehilim es una excepción. Ya que se presta a una lectura alternativa, (o quizás complementaria, creo yo) que se ajusta estrictamente al sentido literal de sus palabras. ¿Cómo puede ser posible? En hebreo, los verbos en el tiempo presente se dicen de igual manera para la primera, segunda o tercera persona del singular. En hebreo, «yo escribo», «tu escribes» o «él escribe», se dirá de la misma forma: «KOTEB». La primera palabra de nuestro versículo, POTEAJ, se puede leer entonces como la hemos leído: » [Tú, Hashem,] abres Tu mano y satisfaces a todas las criaturas, hasta que colmas su voluntad». Pero también, las primeras tres palabras de este versículo se pueden leer de una manera distinta, sin violar el sentido literal: « [Hashem] abre tu mano, y así satisface a todas las criaturas según Su voluntad». En esta segunda lectura, El Creador abre «nuestras manos», las manos humanas, para satisfacer a todas sus criaturas. De acuerdo a esta segunda interpretación, de alguna manera Hashem abre nuestras manos para ayudar a los que no tienen que comer.

¿Y cómo hace Dios para abrir nuestras manos?

La respuesta la encontramos en la Perashá de esta semana, Ree. En el capítulo 15:7 la Torá habla de la Mitzvá de Tsedaká. Hashem nos pide que no cerremos nuestra mano cuando nuestro hermano nos necesita (לא תקפוץ את ידך מאחיך האביון). Y en el siguiente pasuq 15:8, la Torá usa unas palabras que es imposible no asociarlas con las de nuestro pasuq en Tehilim. El pasuq 15:8, dice: «Porque abrirás tu mano … [a tu hermano necesitado] y le proveerás de todos lo que le haga falta «. En hebreo «patoaj tiftaj et yedejá lo ( פתוח תפתח את ידך לו)».

Según esta interpretación, Hashem abre nuestras manos a través de la Mitzvá de Tsedaká y al abrir nuestras manos, le concede a cada persona el alimento que necesita.

Así, a través de la Tsedaká, nos transformamos en un instrumento de Hashem. Formamos parte de esa ecología, esa cadena humana de Jesed que Hashem implementa a través de nuestras manos para que todos tengan lo que comer….

 

 

Fuente:halaja.org